Back Stage

‘Show me the money’: la bolsa, terreno vedado a los titanes

En España, las empresas de moda que cotizan en bolsa se cuentan con los dedos de una mano. La exigencia en cuanto a los procesos y la necesidad de un gran tamaño son las principales barreras.

I. P. Gestal / L. Molina

5 mar 2018 - 04:41

 ‘Show me the money’: la bolsa, terreno vedado a los titanes

 

 

Business angels, Marf, bonos, bolsa o venture capital eran hasta hace muy poco palabras casi desconocidas en las compañías españolas de moda. Pero la etapa de dependencia casi total del sector bancario comienza a quedar atrás, y las posibilidades alternativas para captar recursos son cada vez más frecuentes en el sector, que encadena un récord de operaciones corporativas en apenas un lustro. Modaes.es realiza, a lo largo de una serie de reportajes, una radiografía de las fuentes de financiación al alcance del sector: desde el confirming hasta el asset based learning.

 

 

Inditex, Liwe Española, Adolfo Domínguez y Dogi. En España, las compañías de moda que cotizan en bolsa se pueden contar con los dedos de una mano. El parqué es, en su mayoría, terreno vedado a titanes y compañías muy profesionalizadas, lo que ha frenado un mayor número de opvs en el sector, aunque los expertos subrayan que esto podría estar a punto de cambiar.

 

Para siquiera plantearse dar el salto a bolsa, la empresa debe estar entre 2.000 millones y 2.500 millones de euros de valoración, tener un plan de crecimiento sostenible y un equipo solvente”, apunta Mikel Bilbao, socio de GBS Finanzas.

 

“El motivo por el que han salido pocas empresas al parqué es porque no tienen suficiente tamaño”, apunta Cecilia de la Hoz, socia del área de transacciones de EY, que subraya que el tamaño mínimo para el salto es 500 millones de euros, aunque lo ideal es al menos mil millones de euros.

 

 

 

 

Según el informe Global IPO Trends, elaborado por la consultora, las empresas industriales y tecnológicas dominaron las salidas al parqué el año pasado, con 78 opvs y 70 opvs, respectivamente, seguidas de los grupos de artículos de consumo, con 51 operaciones.

De la Hoz destaca que, si bien la valoración en moda ronda su tamaño en ventas, otros sectores, como los tecnológicos, tienen múltiplos muy superiores por su popularidad y perspectivas de crecimiento.

 

Además del tamaño, la clave para salir a bolsa es, según la experta, “tener una historia que contar, un nicho de negocio o de público que haga atractiva la empresa para los posibles inversores”.

 

La hoja de ruta

Antes de comenzar a cotizar, existe un trabajo previo de preparación interna que puede durar hasta dos años. Las compañías deben adecuar su estructura y su equipo a las exigencias de los supervisores (la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en el caso de España), y de los futuros inversores.

 

Entre otras cosas, es necesario identificar los riesgos, crear nuevos departamentos, desarrollar procesos y profesionalizar la gestión. “No basta con que la empresa sea buena, además debe parecerlo”, dice De la Hoz.

 

Después, comienza el trabajo vinculado directamente con la opv: el contacto con la banca de inversión y con abogados que realizarán la gestión, y la búsqueda de inversores ancla para fijar el precio de salida. También es el momento de tomar decisiones como qué participación del capital se sacará a bolsa o si se realizará una opv a tramo minorista (el más habitual en las compañías de moda) o mayorista.

 

 

 

 

También hay que decidir en qué bolsa se quiere cotizar. En moda, lo más habitual es hacerlo en el mercado local, donde la marca tiene más popularidad, pero hay algunas excepciones, como la italiana Prada o la alemana Esprit, que cotizan en la bolsa de Hong Kong.

 

En otros sectores, en cambio, son más habituales las opvs transfronterizas, como en el caso de las biotech (que prefieren Londres) o las tecnológicas, que eligen el Nasdaq para su salto al parqué.

 

“Después está lo que llamamos el momento de no retorno, la decisión de dar el salto”, dice De la Hoz. Este momento depende fundamentalmente de dos factores: las condiciones del mercado, favorables cuando hay poca volatilidad y la tendencia es alcista; y las condiciones de la propia empresa. “El objetivo es obtener la mayor valoración posible, y si hay algo que pueda impactar en eso puede demorarse la salida”, apunta la experta.

 

La última fase es la de vivir como una compañía cotizada, que supone, según De la Hoz, “el principio de una nueva vida” que requiere un seguimiento exhaustivo, un control de la comunicación y una gestión sofisticada para convencer a los inversores.

 

 

 

 

La moda en bolsa

En España, sólo cinco compañías cotizan en bolsa: Inditex, que mantiene una puja con Banco Santander por ser la primera del Ibex35 por capitalización; Adolfo Domínguez, una de las primeras en dar el salto; Liwe Española, que cotiza en el mercado de corros; y Dogi.

 

Sin embargo, en los últimos años grupos como Tous o El Corte Inglés han abierto la puerta a una posible salida a bolsa. Grupo Cortefiel, controlada desde el año pasado por los fondos CVC y Pai, podría ser otra más que posible candidata junto con Mango, con una facturación de 2.260 millones de euros.

 

“En el sector de la moda en España hay bastante profesionalización, y muchas compañías están planteándose la sucesión generacional, que es una transición que puede motivar el salto a bolsa, así que podemos esperar en los próximos años varias operaciones”, apunta De la Hoz.

 

 

 

 

En los mercados internacionales, la plataforma de ecommerce Farfetch y el grupo SMCP, controlado por el grupo chino Shandong Ruyi, protagonizarán los próximos saltos al parqué, previsiblemente este año.

 

Otras como Versace o Valentino han retrasado la decisión o bien porque consideran que el contexto del mercado no es lo suficientemente favorable o  porque han puesto en marcha un plan de expansión para impulsar su valoración antes de dar el paso.

 

La moda está mucho más presente en bolsas internacionales como la francesa, la italiana, la británica o la estadounidense, mercados que cuentan con compañías del sector de mayor tamaño.

 

 

 

 

En el caso de Francia, por ejemplo, el número de empresas del sector que cotizan en bolsa asciende a casi una veintena. La mayoría operan en el sector del lujo, con grupos como LVMH, Hermès o Christian Dior, o la perfumería, con compañías como L’Oréal o Interparfums. Tres empresas de moda, L’Oréal, Kering y LVMH se cuelan, además, en el índice CAC 40, que incluye los cuarenta valores más grandes de la bolsa parisina.

 

Italia cuenta a su vez con un gran número de empresas que han decidido dar el salto al parqué para impulsar el crecimiento. Entre las más de quince compañías de moda listadas en la bolsa milanesa se encuentran Safilo, OVS, Tod’s, Brunello Cucinelli, Yoox-Net-a-Porter, Geox o Luxottica, esta última incluida en el índice MIB 30.

 

Las bolsas de Alemania y Reino Unido cuentan también con destacados representantes del sector de la moda. AB Foods (el grupo propietario de Primark), Burberry, Marks&Spencer y Next se encuentran en el FTSE100. En Alemania, Hugo Boss, Zalando o Adidas son algunas de las compañías que representan al sector en el parqué.

 

 

 

 

Del MAP al AIM, alternativas para las pymes

Para las empresas más pequeñas, sin embargo, también hay opciones. Es el caso por ejemplo del Mercado Alternativo Bursátil (MAB), supervisado también por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv) y que, a diferencia del mercado continuo, está pensado especialmente para las Sicav y pymes en crecimiento.

 

Su referente internacional es el británico Alternative Investment Market (AIM), donde cotizan algunas compañías de moda como Asos (la mayor del mercado por capitalización) o Boohoo. Sin embargo, ambos mercados han recibido críticas por la falta de control y transparencia, pese a estar controladas por el supervisor bursátil de cada país.ç

 

A escala Europea, existen también otros como el Euronext Growth, operado por los operadores locales de Bruselas, Lisboa o París. Sin embargo, otros mercados alternativos en países como Alemania (Neuer Markt) o Francia (Neuer marché) han desaparecido.