Outsider: Aleix Puig, fundador de Vicio

Aleix Puig, exconcursante de Masterchef, ha sacado adelante una de las últimas sensaciones gastronómicas y de las redes sociales que nació durante la pandemia. La marca de hamburguesas Vicio ha levantado millones en rondas de financiación y ha llegado a las redes de varios influencers. 

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¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta un ejecutivo de su sector?

Principalmente, arrancar la compañía manteniendo la filosofía del proyecto y la cultura que rodea el producto. Un aspecto clave es conseguir escalar el modelo de negocio y visionar el futuro para intentar cuestionar el presente e ir un paso por delante de la competencia. 

¿Cuál es la primera norma para ser un buen manager?

Una regla de la que intento no olvidarme nunca es empatizar mucho con el equipo. Un buen jefe tiene que saber por qué su equipo se levanta por las mañanas y con qué ánimo vienen a la oficina. Es difícil y no siempre se puede, pero durante las horas de trabajo intento siempre ser uno más. 

¿Y qué debe evitar un directivo?

Depende de cómo te haya ido, es posible que puedas pensar que estás por encima de los demás en la empresa, por el éxito que tienes o las cosas que te llegan de fuera, pero no puedes caer en eso. No puedes dejarte creer que ya lo has conseguido, es un camino a largo plazo. 

¿Qué perfiles no pueden faltar en un equipo directivo?

Un equipo ha de estar bien coordinado. Si te rodeas de tus amigos, tiene que haber de todo: el que tira, el que asienta, el que se hace las preguntas, el que cuida muchísimo a la junta. Es una pequeña tribu con perfiles variados. 

¿Qué rasgos son hoy más importantes en un manager?

Algo en lo que caía al principio es dejarme llevar mucho por las emociones: lo bueno era muy bueno y lo malo era muy malo. Es un camino demasiado cansado y con el que no puedes rendir a largo plazo. Creo que uno de los rasgos más importantes para un manager es tener emociones lineales. 

Una lección aprendida de la crisis.

Nosotros abrimos en medio de la pandemia y como estaban todos los restaurantes cerrados nos centramos mucho en el delivery. Cuando estábamos preparando la apertura de un restaurante físico hubo contagios de Covid y no pudimos abrir: ese día pensábamos que se nos iba a la mierda, pero no. De ese episodio entendí que estas cosas no van en línea recta, sino en zigzag. Hay que aprender de ello. 

¿Qué envidia del sector de la moda?

Algo que nos gusta del sector es la aspiracionalidad que le rodea, el sentimiento que generan las marcas de moda, aquella necesidad que crean que te hace querer vestirlo porque se identifica con una personalidad o un tipo de vida. En nuestro sector es difícil, pero lo hemos hecho.

¿Qué podría aprender la moda de su sector?

Hay mucho recorrido que hacer con el branded en las marcas como la nuestra. El objetivo es que, como en la moda, consigan llevarte a un imaginario común del que los clientes se quieran sentir parte y que la marca se identifique con alguien.