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Los ‘Ferrari’ de la sastrería italiana seducen a España

S. Riera

2 jun 2015 - 04:53

 

A Ferrari no le interesa vender muchos coches. Y a la sastrería napolitana, tampoco muchos trajes. Ambos tienen en común una firme apuesta por la excelencia, que deja en segundo plano la industria y, casi en lugar olvidado, el mass market. Genaro Formosa, propietario de Sartoria Formosa, se muestra inamovible: “Prefiero hacer una sola chaqueta perfecta, a mano, que cien de ready-to-wear”. En el mundo hay dos cunas de la sastrería: Savile Row, en Londres, y Casalnuovo, una pequeña localidad cercana a Nápoles.

 

Doce empresas napolitanas dedicadas a la sastrería participaron el pasado jueves en un encuentro en petit comité en Madrid con una veintena de comercios del país en la que fue una primera toma de contacto con el mercado español. Los zapatos de Calpierre, la camisería de Pietro Provenzale, las corbatas Marzullo, Calabrese o Marinella, los bolsos Tramontano o la propia Sartoria Formosa son algunas de las empresas que acudieron a la cita, que tuvo lugar en la sede del consulado italiano y que estuvo organizado por la agencia italiana para el comercio exterior (ICE) con fondos europeos para la promoción regional.

 

España es uno de los “mercado de ataque” del comercio exterior italiano. Según el director comercial del ICE en España, Marco Verma, España ha sido el único de los principales mercados europeos de destino para Italia que ha dado síntomas de crecimiento en los primeros meses de 2015. “Creo firmemente que es un buen momento para el comercio de bienes de consumo en el mercado español”, señala Verma. “A pesar de la crisis, en España se observan ganas de vivir y de cuidar el estilo”, apunta.

 

Las importaciones españolas de moda masculina italiana ascendieron en 2014 a 180 millones de euros, registrando un crecimiento interanual del 17,6%. Italia es en la actualidad el quinto proveedor español de artículos de moda para hombre, por detrás de China, Bangladesh, Turquía y Marruecos, y con una cuota de mercado del casi el 7%. Por artículos, Italia es el principal importador español de corbatas; el sexto de trajes; el cuarto de chaquetas, y el séptimo de camisas.

 

Sin embargo, el precio de las importaciones españolas de artículos italianos de moda masculina triplica al de los artículos chinos y multiplica por cuatro a los de Bangladesh. De media, el precio de entrada a España de una prenda de vestir para caballero procedente de Italia se situó en 2014 en 18 euros, frente a 6,1 euros de los productos de China y 4,3 euros de los de Bangladesh.

 

La moda, punta de lanza de la economía italiana

 

“En los últimos años, se nos recomendó desde Europa que abandonásemos las industrias tradicionales y apostásemos por las de un alto componente tecnológico, pero a la hora de la verdad, las que están ayudando a Italia a salir de la crisis son las de toda la vida”, subraya Cinzia Di Dio, responsable del sector moda en el ICE de Roma. “No se puede tener un éxito rápido de sectores en los que vendemos menos”, señala la directiva.

 

Di Dio señala que el Gobierno ha recuperado su apuesta por el textil porque se ha percatado  que un crecimiento del 1% en las exportaciones de un sector con una cuota importante en el comercio exterior vale más que un 5% en un ámbito en el que apenas hay ventas. “La moda, el calzado y la alimentación son los sectores que ayudarán a Italia a recuperarse”, apunta. Y, la moda, junto con el calzado, representan el 50% del Made in Italy.

 

El país es uno de los más acérrimos defensores ante las instituciones europeas del Made in y de obligar a las marcas de artículos de consumo a etiquetar el origen de la producción. “Italia no tiene posibilidad de vender barato porque los precios de producción son caros y la única manera de ser competitivo es con innovación y tecnología”, subraya la directiva, que considera que la moda es innovación. “Aunque sea un sector tradicional, la moda, sin innovación tecnológica, sería incapaz de sobrevivir”, argumenta.

 

 

De Nápoles al mundo

 

“Hay que dar a conocer la calidad de la producción de moda del sur de Italia, que está olvidada, pero que es donde producen todas las marcas italianas y francesas de gama alta”, asegura Verma. Durante la crisis, con el descenso de las ventas en el mercado interior, muchas de estas empresas han empezado a apostar por la exportación.

 

El evento celebrado en Madrid la semana pasada, bajo el lema L’Eccellenza del estilo napolitano, fue una continuación de una primera misión comercial celebrada el año pasado en Nápoles. Son celebraciones de promoción, de introducir y presentar una selección de las empresas de la región. “Más tarde, los pedidos pueden realizarse en Pitti Uomo”, señala el directivo.

 

Sartoria Formosa, una de las empresas que participó en el encuentro madrileño, comercializa sus chaquetas a medida a precios que oscilan entre los 3.300 euros y los 3.500 euros. La compañía cuenta con una plantilla de tan solo doce personas y un sólo sastre que se desplaza hasta Milán, Nueva York o Pekín para tomar medidas y cortar la tela.

 

De más reciente creación, la camisería Arvino inició su actividad en 2001. Pilotada por Arvino Franceso, elabora camisas a medida. Sin contar con ninguna tradición familiar que lo vincule a la sastrería, al textil o a la moda, este empresario napolitano sostiene que es “el oficio el que hace la pasión”. Por el momento, la compañía produce 500 camisas semanales, tanto para su propia marca como para terceros.

 

La tradición en la región persiste. Y la crisis, lejos de arrasarla, la ha consolidado. Por primera vez en mucho tiempo, los jóvenes de la región han vuelto a recuperar el interés. “Quien aprenda el oficio no le va a faltar el trabajo”, apunta Formosa. La sastrería que fundó su padre en los años sesenta, y que en la actualidad emplea a doce trabajadores, tarda tres años en formar un simple operario. Para llegar a ser sastre, al menos, precisa de siete años de aprendizaje.

 

Por otro lado, empresas como Kiton o Calpierre, asentadas en esta área geográfica, están contribuyendo a su popularidad gracias al desarrollo del retail.