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Francisco Álvarez, volver a casa

Ha dado la vuelta al mundo pero siempre vuelve el fin de semana a casa, a Getxo. Francisco Álvarez asumió a principios de julio la dirección de Aristocrazy, propiedad de Grupo Suárez, tras pasar los últimos años en GrandVision. Álvarez escribe un nuevo capítulo tras pasar por casi todos los subsectores de la moda: textil, cosmética y óptica y, ahora, joyería.

Francisco Álvarez, volver a casa
Francisco Álvarez, volver a casa
Su primer contacto con el sector llegó de la mano de Marks&Spencer, Levi’s y Pepe Jeans.

I. P. G.

24 jul 2023 - 05:00

Francisco Álvarez (Getxo, 1972) estudió para abogado laboralista, empezó su carrera en tienda y ha acabado dirigiendo equipos en casi todos los subectores de la moda. La hasta ahora última etapa de este recorrido la emprendió a principios de julio, cuando regresó a Madrid para asumir la dirección general de Aristocrazy, propiedad de Grupo Suárez.

 

 

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Su primer contacto con el sector llegó de la mano de Marks&Spencer, Levi’s y Pepe Jeans, donde ocupó distintos cargos vinculados a las operaciones de retail en España y en Europa. El primer salto en su carrera, dice, fue el paso del retail al wholesale de la mano de Barbour, donde fue director de ventas y márketing para el sur de Europa, con base en París.

 

“He vivido en Inglaterra, Sevilla, Barcelona, París en dos ocasiones y los últimos años en Países Bajos – repasa Álvarez-; pero curiosamente he vuelto a casa todos los fines de semana de mi vida”. Esa casa es Getxo, donde hoy le espera cada fin de semana su hijo, de catorce años.

 

 

 

 

“Una parte de lo que quiero negociar siempre es volver, porque nunca convencí a mi familia para seguirme”, rememora. Con su experiencia en retail y wholesale, llegó la llamada del grupo alemán Esprit, que le ofreció la dirección general en España. Ahí pasó cinco años, donde vivió el que recuerda como el peor momento de su carrera.

 

“Fue un proceso de expedientes de regulación de empleo (ERE) con una cantidad de cierres de tiendas alto en un espacio muy corto de tiempo”, rememora. El mejor fue el que vino después, de la mano del gigante LVMH, con quien asumió la dirección de Sephora en España.

 

La cadena se encontraba en plena expansión, y la filial española fue pionera en lanzamientos como los de las marcas Kat Von D o Fenty y en conceptos de retail como el que se implementó en el flagship del centro comercial Triangle, en Barcelona. “Tuvo un impacto mediático muy chulo, como un parque de atracciones de la belleza”, dice Álvarez. El ejecutivo también lideró un proceso de reposicionamiento del área de maquillaje que el grupo le pidió que replicara a escala global, lo que le llevó a París, donde estuvo año y medio como responsable de cosmética de color.

 

 

 

 

“El expresidente de Sephora se marchó a GrandVision, en Holanda, de consejero delegado, y me pidió que hiciera con las gafas lo que había hecho en Sephora con el maquillaje”, recuerda Álvarez. Allí ha estado basado hasta ahora, liderando el equipo global de gafas de sol y monturas.“He pasado por textil, belleza, óptica y ahora joyería, pero el hilo conductor ha sido entender cuáles son los puntos de personalidad de la marca que más se pueden convertir en deseables para el cliente; seducirle con artículos que no son de primera necesidad, pero tienen valor emocional”, dice el ejecutivo.

 

Aunque estudió Derecho laboralista y Económicas, dice que su pasión es el consumo. “Traducir los valores de marca en algo que sea entendible y que aporte emoción al consumidor me apasiona; hay un punto de psicología grupal que me encanta, tanto en la gestión de equipos como en entender cómo se mueve el consumidor”, afirma.

 

Cuando no está trabajando, Álvarez disfruta corriendo o dando paseos en bici. También le encanta viajar por todo el mundo, ha hecho “algunos pinitos” con la pintura y mantiene un gran grupo de amigos en Bilbao, adonde sigue escapándose siempre que puede. 

 

 

Francisco Álvarez mantiene buena relación con equipos a los que ha liderarado durante de su carrera. Muchos de esos exempleados asistieron el pasado noviembre a la fiesta con motivo de su cincuenta cumpleaños, que reunió a más de 150 personas en Getxo. “Creo que como jefe soy alguien inspirador en el concepto y duro en la ejecución, pero sobre todo me gusta hacer crecer a las personas profesionalmente más incluso de los que ellos mismos piensan que pueden”, asegura el directivo.