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Socios no, gracias: JD y otros gigantes que tomaron el control de su negocio en España

La compañía acaba de cerrar la compra del 100% de la joint venture que mantenía con Sonae, en la que también tenía una participación la familia Segarra, dueños de Sprinter.

Socios no, gracias: JD y otros gigantes que tomaron el control de su negocio en España
Socios no, gracias: JD y otros gigantes que tomaron el control de su negocio en España
La operación valora la ‘joint venture’ en alrededor de 0,7 veces su facturación y 2,8 veces su resultado neto.

I. P. G.

10 jul 2023 - 05:00

Entrar en un país extranjero puede hacerse por la vía lenta de la inversión, el márketing y la penetración tienda a tienda, o por la rápida, de la mano de un socio local con conocimiento del mercado y el cliente, una base sólida de consumidores y años de trayectoria en el país. Esta fue la última vía por la que optó JD Sports al comprar, primero, Sprinter, y más tarde crear una joint venture con Sonae. Ahora, como hicieron muchos otros en el pasado, acaba de tomar el 100% de su negocio en el país.

 

El grupo británico empezó su ofensiva en España en 2011, cuando se hizo con el 50,1% de Sprinter por 20 millones de euros. Los fundadores, las familias Segarra y Bernad, mantuvieron una participación minoritaria en el capital.

 

En 2017, llegó un nuevo salto adelante, con la creación de Iberian Sports Retail Group (Isrg), una joint venture con la compañía portuguesa Sonae que pasaba a operar las cadenas Sprinter, Sport Zone, JD Sport y Size. Fruto de este acuerdo, los Bernad salieron del capital. Un año después, la sociedad (controlada al 50% por JD Sports) compró de la cadena Sport Zone por 1,3 millones de libras.

 

 

 

 

A partir de ahí, la joint venture fue creciendo con compras: en 2021 se hizo con el 80% de Deporvillage por 140 millones de euros, y un año después elevó su participación hasta el 98% por 19,8 millones de euros más. Los fundadores de Deporvillage, Xavier Pladellorens y Àngel Corcuera, continúan en el capital, aunque JD Sports mantiene una opción de compra.

 

También en 2021, Isrg compró el 50,1% la empresa de equipamiento de fitness Bodytone por 8,9 millones de libras, con un pago adicional de 3,1 millones de libras pactado si se cumplía determinadas condiciones, y que finalmente se rebajó a 2,9 millones de libras. La opción de compra sobre el restante se puede ejecutar a partir de 2024 Además, ese mismo año JD Sports traspasó su negocio en Países Bajos, que engloba las cadenas Aktiesports y Perry Sport, a la sociedad conjunta española.

 

El viernes, el grupo anunció lo que ya había anticipado en el pasado: que había llegado a un acuerdo para comprar la participación de Sonae y la que mantenía la familia Segarra en Isrg por 500 millones de euros, valorando la compañía en unos mil millones de euros.

 

La sociedad engloba, además de Deporvillage y Bodytone, una red de 203 tiendas de Sprinter, 88 de Sport Zone, setenta de Perry Sport en Holanda y 84 de JD Sports en el mercado español. En el último ejercicio, facturó 1.152 millones de libras, y ganó 266,2 millones de euros, lo que supone que la última operación valora la joint venture en alrededor de 0,7 veces su facturación y 2,8 veces su resultado neto.

 

 

 

 

 

La fórmula de JD Sports es poco habitual en el mercado español: lo más frecuente entre los operadores internacionales ha sido o bien crecer con compras (como hicieron grupos de ecommerce como Veepee, con la adquisición de Privalia) o de la mano de distribuidores nacionales.

 

El caso más similar es la joint venture creada este mismo año entre Druni y Arenal, esta última propiedad de Sonae. También estuvo apunto de optar por este modelo Lacoste con el grupo Basi, aunque finalmente se optó por mantener un acuerdo de licencia.

 

El resultado ha sido siempre, hayan pasado años o décadas, la toma de control por parte del grupo extranjero. Entre los casos históricos se encuentran los de tres compañías de lujo: Giorgi Armani, Burberry y Max Mara.

 

 

 

 

Armani decidió tomar el control de su negocio en España en 2009. Ese año, el grupo italiano liderado comenzó las negociaciones con la familia Zunzunegui, propietaria de la licencia para distribuir en España las marcas Giorgio Armani, Armani Collezioni, Emporio Armani, Armani Jeans y Armani Junior, que contaban en aquel momento con once tiendas en el país.

 

Al frente del negocio de Armani en España estaba Amalia Zunzunegui, que había introducido la marca en el país de la mano de sus hermanas, Begoña y Carmen, quienes también había distribuido firmas como Cacharel o Fendi en el país.

 

El empresario Mario Malatesta fue el responsable de la introducción y desarrollo en España de Max Mara. Durante más de veinticinco años, este empresario italiano afincado en Barcelona tuvo las riendas de la firma italiana en el mercado nacional.

 

 

 

 

En el mismo momento que Armani y Burberry, la matriz de Max Mara absorbió General Import, la sociedad a través de la cual Francesco Malatesta operaba con la marca. Este movimiento, que implicó la creación de una filial por parte de Max Mara, coincidió con la jubilación de Mario Malatesta.

 

La empresa Organización Gómez de Zamora (Ogoza) inició su trayectoria en 1962 distribuyendo productos de marcas como Kangol y Facis, y en 1987 selló un acuerdo con Hugo Boss para gestionar la firma alemana en España. Diez años más tarde, Hugo Boss creó su propia filial y tomó el control del negocio. Años más tarde, la historia se replicó con Gant.

 

El caso más paradigmático fue, sin embargo, el de Burberry.  Históricamente, Burberry operaba en España a través de una licencia a la familia Mora, que terminó vendiendo su empresa a la matriz en 2000. La fortaleza de los Mora era tal que Burberry llegó a contar con una marca exclusiva para España, Thomas Burberry. En 2009, la matriz del grupo tomó la decisión de homogeneizar su producto en todo el mundo, de manera que Thomas Burberry fue suprimida.

 

Las experiencias en moda deportiva dan para otro reportaje, porque casi todas terminaron en los tribunales: fue el caso de Nike y Cidesport y Puma y Estudio 2000, o Adidas y León de Cos Borbolla, que no era su socio en el país, pero registró la marca antes de que lo hicieran los alemanes. New Balance, por su parte, adquirió a su socio en España, Alfico, ahora enzarzado por la ruptura del contrato con el que era su socio de retail, Experience Store.