Entorno

La moda vuelve a mirar al avión y a la proximidad para salvar el impacto del Mar Rojo

Ante los ataques de rebeldes hutíes yemeníes a los portacontenedores en su paso por el Mar Rojo los costes de todos los transportes se han disparado hasta un 300% y algunos operadores del sector aseguran “asumir los costes”.

La moda vuelve a mirar al avión y a la proximidad para salvar el impacto del Mar Rojo
La moda vuelve a mirar al avión y a la proximidad para salvar el impacto del Mar Rojo
Otra de las opciones abiertas para los minoristas del retail pasa por el abastecimiento en países más cercanos.

Modaes

24 ene 2024 - 17:12

La moda, nueva crisis de suministro. La crisis agravada del Mar Rojo, que ha vuelto a provocar tensión en el delicado ecosistema de suministro entre Europa y Asia (apenas recuperado tras las disrupciones producidas por la crisis del Covid-19), ya ha disparado los costes del transporte marítimo un 300% y retrasado los tiempos de entrega entre dos y tres semanas. La moda comienza a acercar su producción y a explorar el transporte con avión para esquivar el golpe, según Reuters.

 

En el contexto de la guerra entre Israel y Hamás, se suceden desde hace semanas ataques en el Mar Rojo a las principales navieras internacionales por parte de los rebeldes hutíes yemeníes (simpatizantes con Hamás). En los últimos días, los principales operadores del transporte marítimo ya han reconducido sus rutas, obligando a muchas compañías a que rodear el continente africano para llegar hasta Europa, la única ruta alternativa a día de hoy.

 

El sector de la moda tiene ya sobre la mesa el transporte en avión desde países productores como China o Bangladesh, una solución que ya se implementó durante la pandemia. El transporte aéreo de mercancías, sin embargo, aunque más veloz también es entre diez y doce veces más caro que el marítimo, un coste extra inasumible por muchas empresas.

 

El director financiero de la empresa matriz del gigante low cost Primark ha explicado que esta alternativa es “inviable” para grandes compañías como la suya, según ha avanzado esta mañana Reuters.

 

 

 

Para hacer frente a esta situación, otra de las opciones abiertas para los minoristas del retail pasa por el abastecimiento en países más cercanos a sus mercados finales. Durante la pandemia, la cercanía fue la solución a la crisis asiática.

Según informa el mismo medio, la cadena sueca de moda H&M afirmó esta misma semana que está aumentando la proporción de nearshoring para estar más cerca del cliente, así como la alemana Intersport Deutschland, que también asegura aspirar a un futuro en el que su producción dependa más de esta alternativa

 

Además, la misma empresa ha asegurado que tiene previsto absorber los mayores costes derivados del transporte en vez de subir sus precios, lo que reduce enormemente su margen de beneficio. Con esta estrategia la compañía busca evitar que la crisis repercuta directamente en los propietarios de tiendas con las que opera y, por tanto, en los propios consumidores. 

Sin embargo, el progresivo aumento de la inflación global también ha provocado que muchos consumidores en todo el mundo reduzcan sus gastos y estén menos dispuestos a asumir una posible subida de precios, lo que ha obligado a muchas compañías a absorber el impacto.

 

 

El nearshoring también se ha convertido en una opción relevante en un momento clave para el sector, con el inicio cada vez más cerca de la campaña primavera-verano y la celebración del Año Nuevo Chino a principios de febrero, cuando se paraliza la mayor parte de la actividad industrial. 

 

Las compañías europeas, sin embargo, aún no han comenzado a implementar esta solución de manera sistemática, ya que la gran competitividad de los precios chinos dificulta que las empresas europeas puedan comprar en fábricas de la región sin perder competitividad y, por lo tanto, margen de beneficio. 

Para evitar la falta de stock debido a los retrasos de las navieras, esquivar el festivo en el gigante asiático y no pagar más por los procesos de producción, muchas compañías han optado por comprar más stock y blindar así el inicio de la temporada de primavera-verano. 

 

Esta solución, sin embargo, también podría evolucionar en un exceso de mercancías que desestabilizarían la oferta y la demanda. Esto obligarían a las compañías a llevar a cabo mayores descuentos para deshacerse del stock acumulado, una situación parecida a la que tuvo lugar en Estados Unidos tras la crisis de abastecimiento en 2022 y la consecuente inflación.