Entorno

La maquila mexicana ‘respira’ con el nuevo Tlcan: catorce meses para volver al punto de partida

La industria mexicana de la moda será uno de los sectores menos afectados de la economía mexicana en el nuevo Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (Aeumc).

María Bertero

2 oct 2018 - 04:49

La maquila mexicana ‘respira’ con el nuevo Tlcan: catorce meses para volver al punto de partida

 

 

El “peor acuerdo comercial” de la historia finalmente no era tan malo. Después de un año de negociaciones, Canadá, Estados Unidos y México han renovado sus votos de confianza con un pacto actualizado entre los tres países, que de ahora en más llevará el nombre de Aeumc (Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá). La renovación del tratado supone un alivio para la industria mexicana de la moda, que se mantuvo en vilo desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

 

Desde que el magnate neoyorkino se convirtió en el presidente de Estados Unidos, México ha sido una de las víctimas de Trump y la maquila mexicana ha mirado de reojo las decisiones que tomaba el presidente de su país vecino, que es también el principal socio de la industria de la moda del país azteca.

 

En estos catorce meses de negociaciones, Estados Unidos ha virado el rumbo poniendo a China como su principal enemigo. Incluso, el Gobierno del gigante norteamericano selló primero un acuerdo bilateral con México, excluyendo a Canadá, que se mostraba más firme para ceder en algunos puntos del acuerdo.

 

 

 

 

Con el ascenso de Trump al poder, la mayor preocupación de la industria mexicana de la moda era la cuota de los Tpls (certificados de elegibilidad, por sus siglas en inglés), que regula cuántos metros de tela se pueden utilizar de países ajenos a los miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).

 

En una primera revisión del acuerdo, Estados Unidos pretendía eliminar la posibilidad de utilizar materia prima externa a Canadá o México en las prendas de vestir, especialmente para prohibir el ingreso de productos chinos a Estados Unidos.

 

“Afortunadamente las cuotas se han mantenido estables a los valores que manejamos desde hace años”, asegura Pedro Góngora, presidente de la delegación de Yucatán de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) de México. “No queremos tener tanta dependencia de Asia, por suerte el USMCA no nos perjudicará”, sostiene.

 

 

 

 

Esta es una de las principales preocupaciones de la industria mexicana del textil porque, si se llegaba a modificar este apartado del Tlcan, el país azteca no es productor de tejido. Al ser sólo la maquila, la regulación de las reglas de origen podía afectar de manera drástica a la producción local.

 

“Llegar a un acuerdo en primera instancia con Estados Unidos y luego con Canadá es un voto de confianza para toda la industria mexicana”, insiste Góngora. De pasar a ser un adversario “peligroso” (en palabras de Trump), México se ha convertido en el socio idóneo para su país vecino.  

 

“Estados Unidos es el socio comercial ideal del cual tenemos que aprovechar las debilidades que están teniendo algunas marcas de moda de ese país”, asegura el director de Canaive Yucatán. Góngora insiste en que la oportunidad radica en que gigantes como Inditex o H&M se aprovisionen en México para vender a Estados Unidos. “Nosotros le brindamos cercanía logística y una mayor posibilidad de responder con rapidez”, añade.

 

 

 

 

La guerra comercial con China ha generado también un efecto rebote positivo para la industria mexicana de la moda. “Por primera vez en la historia hemos recibido pedidos para producir de manera inmediata lo que antes hacíamos con meses de anticipación”, informan desde Canaive. “Mientras no se sepa qué va a pasar con los aranceles de Estados Unidos a China, las marcas nos están demando producciones cortas e inmediatas”, asegura Góngora.

 

Los Gobiernos de los tres norteamericanos barajan posibles fechas para la firma del nuevo Aeumc. México pretende sellar el acuerdo en la cumbre del G20 que se llevará a cabo el 30 de noviembre en Buenos Aires, para que sea el presidente Enrique Peña Nieto quien ponga la firma en el tratado antes del ascenso de Andrés Manuel López Obrador. El nuevo acuerdo podría entrar en vigor en el segundo semestre de 2019.