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Oteyza, cuando la lana se convierte en joya

La compañía madrileña, ganadora del Premio Nacional de la Industria de la Moda, nació en 2011 de la mano de los empresarios Caterina Pañeda y Paul García de Oteyza en un establecimiento de cincuenta metros cuadrados en el centro de Madrid.

Jaime Cevallos

14 ene 2019 - 04:52

Oteyza, cuando la lana se convierte en joya

 

 

De casta le viene al galgo. El refrán les sienta como un guante a Caterina Pañeda y Paul García de Oteyza, matrimonio y dúo creativo de la sastrería masculina Oteyza. Durante una época en que la crisis económica arreciaba como el peor de los aguaceros y lo usual era cerrar un negocio en lugar de abrirlo, el primer establecimiento de la marca vio la luz sus puertas en 2011 en un local de cincuenta metros en el barrio de Chamberí, en el centro de Madrid.

 

Pero la realidad es que todo empezó mucho antes, cuando Pañeda y García eran unos niños. Ella jugaba en la sastrería de su padre y aún no se imaginaba que seguiría adelante con un negocio que empezó con su bisabuelo y que ya se ha convertido en una tradición dentro de la familia. García, en cambio, crecía viendo cómo su padre se ganaba la vida trabajando con lana merino y paños que analizaba con ojos de joyero.


Ya en su vida adulta, los dos estudiaron en la Escuela Superior de Sastrería La Confianza, en la capital de España, y años más tarde obtuvieron su titulación universitaria, ella como traductora e intérprete y él como economista.

 

 

 

 

Hasta 2011, los dos se ganaban la vida con sus respectivas profesiones, hasta que decidieron dar un vuelco a sus vidas. “Un día decidimos hacer un parón en nuestras carreras y apostar por una actividad más artesana”, recuerda García. “Los dos contábamos con conocimientos profundos sobre los tejidos, que son el nervio de una prenda”, añade.

 

Para empezar, Pañeda y García se rodearon de profesionales que conocían desde hacía muchos años y que habían trabajado para varios de sus familiares. En el equipo se integraron oficiales y patronistas que contaban con más de cuarenta años de experiencia en el ramo de la sastrería masculina.

 

Desde el inicio, Sastrería Oteyza se especializó en tres líneas de negocio. La primera está estrechamente vinculada con sus orígenes y se basa en la sastrería artesanal, donde el proceso de confección es enteramente manual.

 

 

 

 

“La segunda línea de negocio se enmarca en la sastrería semitradicional, en la que hacemos confección a medida, en un proceso que ya es más mecanizado”, explica García. “Aquí, la parte tradicional continúa siendo importante, porque no todo puede ser tecnología”, detalla.

La otra parte del negocio de Sastrería Oteyza es la línea de prêt-à-porter, que es con la que desde hace ocho ediciones participa en la feria italiana Pitti Uomo, de referencia en el ámbito masculino, lo que ha ayudado a sus prendas a alcanzar una mayor dimensión internacional.

 

En la actualidad, las colecciones de este dúo de diseñadores se comercializan en Reino Unido, Alemania, Italia, Estados Unidos, Tailandia y Corea del Sur, y el objetivo en 2019 es llegar a un mayor número de países.

 

 

 

 

“Nos movemos sólo en esas líneas de negocio porque son las que podemos asumir con nuestra estructura”, remarca el diseñador, tras enfatizar que dentro de la empresa trabajan seis personas, a las que se suman otras diez como colaboradoras externas.

 

Oteyza se ha especializado en moda masculina. Sin embargo, sus colecciones han ido encajando en el gusto de las mujeres y así, casi por accidente, han terminado haciéndose un hueco en la moda femenina.

 

Sastrería Oteyza inició una nueva etapa hace dos años y medio, cuando el local que tenían en el barrio de Chamberí se le quedó pequeño. Entonces se trasladó a su actual establecimiento, en el número 11 de la calle Conde de Xiquena. Se trata de una zona en la que han tenido sus talleres muchos modistos, como por ejemplo Jesús del Pozo.

 

 

 

 

El cambio ha permitido a Oteyza ganar mayor dimensión e incrementar su abanico de clientes. En la actualidad, la sastrería no sólo trabaja con público en general, sino que sus prendas han llegado a instituciones como el Teatro Real o el Ballet Nacional.

 

En 2018, Oteyza dio un salto de gigante ya que debutó en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, participando tanto en la pasarela de invierno como en la de verano. En esta última, el desfile de Oteyza se convirtió en uno de los más vistos de la historia de la moda española, ya que el vídeo que se ha colgado en las redes sociales tiene más de cuarenta millones de visualizaciones.

 

Paúl García cree que ha llegado el momento de que Sastrería Oteyza vuele más alto. De momento, ya está construyendo una estructura para impulsar la venta online en los mercados internacionales.  En paralelo, tiene la aspiración de transgredir en sus colecciones, para que su trabajo desafíe a la barrera del tiempo, porque en su particular historia, “todo está por escribir”.