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Dolores Promesas ‘capitaliza’ su reposicionamiento: alza del 16% en 2019

La compañía está inmersa desde el año pasado en un proceso de rethinking que ha afectado a la marca, el producto y los procesos internos de la empresa. 

Iria P. Gestal

14 ene 2019 - 05:00

Dolores Promesas ‘capitaliza’ su reposicionamiento: alza del 16% en 2019

Tienda de Dolores Promesas en La Moraleja, la primera con la nueva imagen. 

 

 

Dolores Promesas afronta un nuevo capítulo en su historia. La compañía, que emprendió el año pasado un proceso de reposicionamiento, prevé que los cambios que ha llevado a cabo en producto, marca y procesos en el último año se trasladen ya este año a un aumento del negocio. La empresa prevé cerrar este ejercicio con un crecimiento del 16%, hasta 9,5 millones de euros.

 

A medio plazo, Dolores Promesas continúa “abierta a escuchar” ofertas de posibles inversores, aunque no está activamente trabajando en una operación. El plan de crecimiento de la empresa está supeditado a que se cierre o no la entrada de un inverso: de no producirse, la compañía mantiene su objetivo de alcanzar quince millones de euros en 2022 aunque, si llegara a captar capital, la previsión asciende hasta treinta millones de euros, según ha explicado Javier Lapeña, director general de Dolores Promesas, a Modaes.es.

 

Por ahora, el objetivo para este año pasa por consolidar su plan de rethinking y comenzar a trasladar todo el trabajo que se ha hecho de puertas para dentro a la calle. En este sentido, la empresa comenzará a reformar todo su parque de tiendas, empezando por su flagship en la calle Claudio Coello de Madrid, y prevé tener toda la red renovada en tres años.    

 

 

 

 

Actualmente, la empresa opera con 39 puntos de venta entre tiendas propias, franquicias y corners, y está presente en 110 comercios multimarca, un volumen que prevé continuar incrementando este año.

 

“Este es el año clave en el proceso de rethinking que pusimos en marcha en 2018”, explica Lapeña. Una de las piezas clave de este proyecto fue el producto. “Tenemos una consumidora muy fan, pero al final es un nicho”, dice Lapeña.

 

Con la nueva estrategia, la empresa pretende, por un lado, venderle más a esa clienta aficionada a la marca, con colecciones de básicos que complementen las prendas estampadas tan características de la firma. Actualmente, en torno a un 20% y un 30% de la colección está compuesta por prendas básicas.

 

 

 

 

Por otro lado, el objetivo de Dolores Promesas con esta renovación de producto es captar a otra clienta, más sobria, a la que le gusta la marca aspiracionalmente pero no se siente cómoda en su vida diaria con el estilo de las prendas.

 

Por último, la compañía quiere atraer a una consumidora más joven, en lo que Lapeña considera “un movimiento más estratégico que comercial”. La idea es convertir la marca en aspiracional para las millennials que ahora no se la pueden permitir, y facilitar un primer contacto con la firma con precios de entrada más bajos.

 

En paralelo, la empresa ha renovado su logo y su identidad gráfica y ha escrito la segunda parte de la historia de Dolores Promesas, el personaje en el que se encarna la marca. De puertas para adentro, la compañía ha seguido profesionalizándose, con una mejor estructura del producto y el fichaje de Ton Pernas, hijo del diseñador gallego Antonio Pernas, como asesor externo de dirección de producto.

 

Por su parte, las dos directoras creativas y cofundadoras, Alicia Hernández y Myriam Pintado, han separado sus tareas: Pintado se encarga ahora de la dirección de producto, mientras Alicia continúa al frente de la dirección creativa.