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No en mi nombre: ‘celebrities’ y herederos en pie de guerra contra la moda

Esta semana, Chadwick McQueen, hijo de Steve McQueen, ha demandado a Tom Ford por el uso del nombre del actor en su nueva línea de jerséis.

C. Juárez

3 abr 2019 - 04:51

No en mi nombre: ‘celebrities’ y herederos en pie de guerra contra la moda

 

 

El idilio entre celebrities y moda se remonta hasta el cine en blanco y negro. Sus nombres, su imagen y sus canciones se han utilizado durante décadas para aumentar la aspiracionalidad y, en definitiva, vender más ropa, royalties mediante. Pero ¿qué ocurre cuando se traspasa la línea, y el nombre del artista, a veces ya difunto, se utiliza sin su consentimiento? ¿Decir que un vestido es de estilo Kim Kardashian es ilegal o es ya parte de la cultura pop?

 

Es este dilema el que ahora ha llevado a los juzgados a Tom Ford. Chadwick McQueen, hijo de Steve McQueen, ha demandado esta semana al diseñador estadounidense por el uso del nombre del actor en las prendas de su nueva colección.

 

McQueen, que posee los derechos de imagen de su padre, ha pedido una indemnización de dos millones de dólares a Tom Ford además de la devolución de todos los beneficios obtenidos por la venta de las prendas. Además, el hijo del actor ha solicitado una orden judicial que prohíba a otras compañías de moda utilizar el nombre de Steve McQueen y la destrucción de todo el material promocional y de márketing con el nombre del actor.

 

 

 

 

El derecho que protege el uso de la imagen de un individuo se regula de manera diferente en cada territorio. En Estados Unidos, existe el Right of Publicity, que protege “el uso comercial no autorizado del nombre, la imagen u otros aspectos reconocibles de la persona”. Sin embargo, en el país norteamericano este derecho está protegido por la ley estatal y sólo está reconocida en la mitad de los estados.

 

Nueva York y California, por ejemplo, cuentan con leyes vigentes para proteger este derecho. En el estado de la costa este la ley brinda protección para para el nombre, retrato, imagen y voz de una persona. Sin embargo, las autoridades judiciales de Nueva York no lo reconocen como un derecho póstumo. En California, por su parte, el derecho de publicidad protege “contra el uso no autorizado del nombre o la semejanza de una persona con fines comerciales y otros con fines de explotación.

 

En España, la protección de la imagen se ampara en la Ley Orgánica 1/1982 que desarrolla el derecho sobre la protección al honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen. De hecho, esta fue la ley a la que se acogió Telma Ortiz, hermana de la reina Letizia, cuando demandó a los medios en 2008 por “acoso permanente”.

 

 

 

 

En cuanto al uso de imagen de una persona fallecida, la ley establece que “el ejercicio de las acciones de protección civil del honor, la intimidad o la imagen de una persona fallecida corresponde a quien ésta haya designado a tal efecto en su testamento”.

 

Otro caso de confrontación en la industria de la moda entre una celebrities y una marca ha sido el de Rihanna. En 2012, la cantante interpuso una demanda en el Tribunal Superior de Justicia de Reino Unido contra Topshop por el uso de su nombre en varias camisetas. Rihanna aseguraba que no había autorizado que la empresa británica utilizara su imagen.

 

No es la primera vez que la cantante de Barbados va a los tribunales por un caso de uso de su nombre. Rihanna demandó a su padre Ronald Fenty, por según ella, aprovecharse de usar su nombre para hacer negocios.

 

 

 

 

Beyoncé, Jay Z, Kaney West o Pharrell Williams son otros rostros de la industria musical que también han demandado a empresas de moda por el uso no autorizado de su imagen. En concreto, los cantantes iniciaron un proceso legal contra la compañía Eleven Paris en 2015 alegando que la empresa había hecho uso de sus rostros de forma no consentida.

 

También existen ejemplos en otros sectores más allá de la moda en los que un personaje público ha demandado a una empresa por el uso de su nombre. Es el caso de Brando Enterprises, la empresa que gestiona los derechos de Marlo Brando, que demandó a la cadena de muebles Room To Go por poner el nombre del actor en uno de los muebles.

 

La de Tom Ford no es la primera demanda que interponen los herederos de Steve McQueen a una empresa por el uso del nombre del actor. El pasado agosto, los hijos del cantante llevaron a los tribunales a Ferrari por usar el nombre de McQueen sin autorización, y pidieron dos millones de euros por daños y prejuicios.

 

 

 

 

Otra de las famosas que iniciaron una batalla legal contra una empresa de moda es Kim Kardashian. La celebrity acusó el pasado febrero a Missguided de “malversación ilegal” después de que la empresa copiara el modelo de un vestido usado por Kardashian y usara su nombre en las redes sociales. Kardashian ha solicitado diez millones de dólares como compensación por daños y prejuicios.

 

Acuerdo de licencia mediante, las colaboraciones entre celebrities y marcas son habituales en el sector de la moda. La imagen de grupos de música como Los Ramones, The Beatles, Queen o David Bowie están estampados en camisetas de varias compañías de moda.

 

Es el caso de Hermès, que nombró a sus bolsos Birkin y Kelly en honor a las actrices Jane Birkin y Grace Kelly y hoy se han convertido en iconos de la compañía. O el bolso Lady Dior, de la compañía francesa, que adoptó dicho nombre por Diana de Gales.

 

Aunque, ni siquiera empezar amistosamente esa relación garantiza que el idilio dure para siempre. En 2015, Jane Birkin solicitó a Hèrmes que dejara de usar su nombre para identificar el bolso después de que Peta, el lobby que protege los derechos de los animales, sacara a la luz los métodos a los que la empresa sometía a los cocodrilos y caimanes con los que fabrica el artículo.  

 

Finalmente, el asunto no fue más allá ya que la actriz retiró la solicitud después de que la compañía francesa tomara medidas en el tratamiento de los animales en sus granjas para la elaboración de sus bolsos.