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Revista Modaes Especial número 50

El arte de liderar con confianza: un diálogo de café

Betty Lepina, chief hunting officer en Charm Hunters, reflexiona sobre el liderazgo, la confianza y los verdaderos líderes que consiguen inspirar, guiar e influir con comunicación, visión y empatía.                                

El arte de liderar con confianza: un diálogo de café
El arte de liderar con confianza: un diálogo de café
Betty Lepina, chief hunting officer en Charm Hunters.

Betty Lepina

10 abr 2024 - 05:00

Cuando me pidieron que aportara mi visión sobre el liderazgo, me puse a pensar en todas esas voces que me precedieron y el último artículo publicado en esta sección me recordó algo que aquí os cuento. Fue una conversación en una escuela de management la que me hizo pararme a pensar en lo que es para mí liderar. Quiero contaros nuestras reflexiones, como si estuviéramos tomando un café, de tú a tú. No hay grandes teorías aquí, solo la realidad de lo que vivimos día a día cuando nos toca liderar y la importancia de hacerlo con confianza.

 

 

Revista Modaes

Especial número 50

 

 

Recuerdo una tarde, en unas de mis clases, un alumno levantó la mano y lanzó la pregunta: “¿Cómo sabes si eres un buen líder?”. Mi respuesta fue rápida: “Es cuando tienes la confianza de tu equipo”. Mi alumno no quedó satisfecho con la respuesta, él quería algo más que clichés, replicó “¿y cómo sabes que tienes la confianza de tu equipo?”. Eso me hizo pensar y me di cuenta de que necesitaba darle algo más sustancial, no se conformaría con una banalidad, con lo cual tuve que trabajármelo un poco.

 

La confianza no es algo que se gana por el cargo que ocupas. La verdadera prueba llega cuando pides a tu equipo hacer algo que no parece tener sentido y, aún así, te siguen. Eso pasa por una razón: o te siguen por miedo a las consecuencias o te siguen porque creen en ti. El liderazgo que se basa en el miedo es frágil, se quiebra fácil. Pero cuando se basa en la confianza, ahí es donde surgen las ideas geniales, la innovación y un equipo que da la milla extra.

 

Y probablemente ese es el secreto, un buen líder como diría Simon Sinek es el que genera confianza. Confianza bidireccional de él hacía su equipo y de su equipo hacia él.Y eso nos lleva a la pregunta crucial: ¿Cómo se construye esa confianza? Construir confianza suena grande, pero empieza por algo tan simple como la comunicación. Hablamos mucho de esto, pero ¿lo practicamos de verdad? La comunicación es mucho más que enviar correos o tener reuniones; es cómo conectamos con las personas y no me refiero a las famosas redes sociales.

 

 

 

 

Son muchos, sin duda los factores que influyen en la generación de confianza, pero, en mi opinión, hay algo imprescindible y eso es la comunicación. Cuando establecemos unos cauces de comunicación bidireccionales y solidos la confianza se genera. La comunicación, implica dar y recibir y debe cumplir algunos criterios. Un líder debe ser transparente. No se trata de compartirlo todo, sino de ser honesto sobre lo que puedes y no puedes compartir. Transparencia y honestidad, bien podemos considerar que son sinónimos. La gente nota la diferencia y eso construye confianza.

 

También es saber escuchar, entender realmente lo que tu equipo tiene para decir y valorar sus palabras.Y esto es clave: la comunicación debe ser constante, no sólo en las reuniones anuales. No esperes a que haya un problema para hablar. Una comunicación regular, abierta, sincera hace que todos se sientan parte del viaje, no sólo pasajeros.

 

Pero recuerda, no se trata de hablar más, sino de hablar mejor. Celebra los éxitos con tu equipo. Esa celebración es un reconocimiento y una construcción de la moral colectiva que refuerza la confianza. Asegúrate de que cada conversación cuenta, que cada interacción deja algo positivo. Así es como un equipo empieza a confiar en ti. No porque tienes las respuestas, sino porque eres real, porque te importa y porque estás ahí, en las buenas y en las malas.

 

La transparencia es fundamental, y en tiempos de crisis, todavía más. No se trata de abrir el libro de cuentas para todo el mundo, sino de mantener a tu equipo al tanto, ser claro sobre los retos y lo que se espera. A veces no podemos compartir toda la información, y está bien, pero lo importante es comunicar lo que sí podemos, con claridad y sin rodeos. Mantente presente en las decisiones y la comunicación, pero ausente al permitir que tu equipo tome la iniciativa y crezca. Si un día tienes que decir “no tengo todas las respuestas ahora, pero os mantendré informados”, hazlo con la certeza de que cumplirás. Eso da tranquilidad, y la tranquilidad viene de la confianza. Si faltas a tu palabra, la confianza se rompe y una crisis puede tornarse aún peor.

 

Ahora, el feedback. Algo tan sencillo como decir “buen trabajo” o “esto podemos mejorar” puede cambiarlo todo. Pero tiene que ser sincero. La gente sabe cuándo se les da un feedback de verdad y cuándo es solo por cumplir. Y nada construye más la confianza que un líder que se preocupa por el crecimiento de su equipo, que celebra sus logros y los apoya en los desafíos.

 

Una comunicación efectiva no es un monólogo; es un diálogo. No basta con enviar mensajes y esperar que se cumplan. Tienes que abrir canales para que tu equipo también se exprese. Escuchar de verdad es esencial. Y con escuchar, me refiero a prestar atención, a entender lo que se dice y lo que no se dice. A veces, lo que no se dice es lo más importante. En ese proceso de escucha el leguaje no verbal es tremendamente importante, no sólo hay que escuchar hay que asegurarse de que la otra persona sabe que estamos escuchando. Si el lenguaje no verbal es el adecuado y además confirmamos verbalmente con frases del tipo “lo que me estás diciendo es…”, aseguraremos que hemos recibió el mensaje correcto. Aviso, no es fácil pero se consigue.

 

No es sólo dar órdenes; es también hacer preguntas, invitar a la reflexión y al debate. Es asegurarse de que todos en el equipo sientan que su voz cuenta y que pueden liderar contigo. La inclusión va de eso, de dar espacio para que todos aporten, para que todos se sientan valorados y parte de las decisiones.Ser un líder es ser parte de un equipo, no estar por encima de él. Aquí hay un matiz importante, no se trata de permitir que los demás sean parte de mi equipo, es a la inversa. Se trata de que los demás me incluyan en su equipo, se trata de que los demás me permitan liderar su equipo. En definitiva, no se trata sólo de usar la primera persona del plural en lugar del singular, de sustituir el “yo” por el “nosotros”, ese nosotros tiene que ser real, no sólo una agradable forma de hablar.

 

No se trata de cumplir con una lista de requisitos; se trata de construir algo juntos, de verdad.Lo que comenzó como la pregunta de un alumno se ha convertido en un viaje introspectivo sobre lo que realmente significa ser un buen líder. Respondiendo a la pregunta, ser un buen líder es, en esencia, ser un creador de confianza. Un entorno donde las personas se sientan seguras, valoradas y comprendidas es el caldo de cultivo para equipos innovadores y resilientes. Este tipo de liderazgo, que yo aspiro a practicar y transmitir, va más allá de los límites del género para centrarse en lo verdaderamente importante: las relaciones humanas y la confianza que en ellas se gesta.

 

Gracias a este artículo he recordado mis primeros pasos liderando equipos con tan solo 25 años en mi tierra gallega, era joven e inexperta, como mis alumnos, pero escuché y aprendí, no sin queja senté la bases de mi actual yo, que hoy os da su sincera opinión. Tengo claro qué en la vida, los verdaderos líderes son quienes consiguen inspirar, guiar e influir con comunicación, visión y empatía. Me siento muy orgullosa y feliz de haber motivado a otros a desarrollar sus propias habilidades de liderazgo a través de la confianza y quiero dar las gracias a todos esos líderes que me siguen motivando a mí.La clase puede terminar, pero el diálogo sobre liderazgo está más vivo que nunca.