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Afterwork: Eduardo Navarro, derrapar (un poco) en las curvas

El fundador y presidente del fondo Sherpa Capital, Eduardo Navarro, desgrana en un encuentro a media tarde su visión sobre la gestión empresarial.

Silvia Riera

18 oct 2016 - 04:50

Afterwork: Eduardo Navarro, derrapar (un poco) en las curvas

 

 

QUIÉN: Eduardo Navarro

 

CARGO Y ESPECIALIDAD: Fundador y presidente de Sherpa Capital

 

DÓNDE: Cotton House Hotel, Barcelona

 

QUÉ: Café con leche de avena y sacarina

 

CUÁNDO: 17:30

 

FIN DE SU JORNADA LABORAL HABITUAL: Full time full life

 

 

Eduardo Navarro, fundador y presidente del fondo Sherpa Capital, no procede de la élite económica del país ni estudió management en las mejores escuelas de negocios. Ingeniero industrial de formación, ni tan siquiera eligió la especialización de gestión en la carrera, sino que hizo electrónica. Autor del libro ¿Quieres salvar tu empresa?, el empresario e inversor explica que ha aprendido todo lo que sabe de gestión trabajando.

 

Con 22 años, y tras realizar un periodo de prácticas express de tres meses en un departamento de producción, Navarro puso en marcha su propia consultora. Se le escapa una sonrisa cuando recuerda que con veinte y pocos años era capaz de decirle a un empresario de sesenta que no lo estaba haciendo bien. El empresario sostiene que para emprender en España hay que estar, al menos, “un poco loco” porque el mismo sistema lo dificulta, no lo permite: “siempre es más fácil y muchísimo más cómodo trabajar para otro, entonces ¿para qué emprender?”.

 

Pese a lo insólito de sus inicios, el inversor antepone en los negocios el rigor a la intuición. Afirma que, en la toma de decisiones, “los números y el rigor, en un 90% o más”. “Quizás te pierdes alguna genialidad, pero te ahorras disgustos”, subraya. Eso sí, siempre sin miedo a equivocarse. Navarro defiende no temer al fracaso para atreverse a innovar. “Siempre debe haber una parte de riesgo  -apunta-; si llegas a una curva y no derrapas un poco, sientes que tu coche no funciona bien”.

 

 

 

 

Navarro considera que, a la hora de pilotar empresas, “mucha gente sabe la teoría, pero muy poca la práctica”. “Existe una cuestión de fondo y es que las personas no estamos hechas para gestionar empresas, porque se interponen demasiadas trampas emocionales”, sentencia. “En la gran mayoría de las veces, cuando entramos en una empresa y les preguntamos por los errores nos dicen es que siempre se ha hecho así, y este es el gran problema, el anclaje emocional”, sentencia, y añade que en el ADN de las personas no está la innovación, sino que “estamos hechos para sentir seguridad en repetir siempre lo mismo”.

 

Según el empresario, todas las empresas pueden ser salvadas a excepción de aquellas que se hayan quedado sin mercado (como las cámaras de fotografiar de carrete, por ejemplo). “Una empresa puede tener tres tipos de problemas: los estratégicos, los operativos y los financieros -asegura-; los dos últimos pueden solventarse, pero el primero implica cambiar o cerrar”.

 

Y ante la mala  reputación social que tienen los fondos en España, Navarro esgrime que este es un país que lleva mal el capitalismo. “Amancio Ortega es el hombre más rico del mundo y en Twitter se le critica con dureza”, apunta. “Hay un run run en torno a los fondos en este país que no da ni siquiera pie a la presunción de inocencia”, argumenta, y subraya que Sherpa tomó la textil Dogi al borde de la liquidación y hoy hay detrás un proyecto estratégico para impulsarla.