Equipamiento

Renewcell o el pinchazo de la burbuja de los nuevos materiales

La compañía sueca de nuevos materiales presentó bancarrota el domingo. Falta de escala, falta de verticalidad y altos costes están detrás de la caída de la empresa, financiada por H&M y con clientes como Inditex o Lenzing.

Renewcell o el pinchazo de la burbuja de los nuevos materiales
Renewcell o el pinchazo de la burbuja de los nuevos materiales
Renewcell no es la única compañía por la que han apostado los gigantes de la moda.

Pilar Riaño

27 feb 2024 - 05:00

Una de las promesas de futuro de la industria de la moda entra en los juzgados. El domingo, la compañía sueca Renewcell, con inversores y clientes de renombre, tiró la toalla y presentó la quiebra. ¿La razón? Falta de financiación. ¿La razón que está detrás? Falta de clientes que compren sus nuevos materiales, aquellos que deben asegurar el futuro de la industria, y que permitan escalar sus productos. Renewcell representa, según diversos operadores del sector consultados por Modaes, un toque de atención para el sector y ejemplifica la falta de apoyo real a la nueva generación de empresas industriales, empresas lideradas por empresarios jóvenes y con el márketing como bandera.

 

Como suele suceder con muchos descubrimientos científicos, la tecnología de Renewcell se encontró casi por error. Renewcell nació a partir de la investigación de un grupo de científicos del Royal Institute of Technology, que buscaban una forma para producir bioetanol a través de la descomposición de celulosa. A medida que su investigación avanzaba, se dieron cuenta de que su método permitía descomponer la celulosa en algodón y viscosa, lo que podía ser clave en el reciclaje textil.

 

En enero de 2012, con la constitución de una sociedad para explotar la tecnología descubierta, Renewcell echó a andar. La empresa, con directivos jóvenes y un márketing muy diferente al que caracteriza a la industria textil tradicional, pronto captó el interés del sector. A finales de 2017, Renewcell incorporó a H&M como inversor minoritario. “La tecnología de Renewcell tiene el potencial de convertirse en una solución escalable y comercial para el sector y acelerar el viaje de una economía lineal a otra circular en la industria de la moda”, decía entonces H&M.

 

 

 

 

Tras la inversión de H&M, Renewcell puso en marcha en 2018 su primera planta de producción en Kristinehamn (Suecia). Se trataba de una fábrica piloto con capacidad para producir 7.000 toneladas al año de su material (denominado Circulose), pero los planes de la empresa pasaban por terminar poniendo en marcha otros centros productivos con los que alcanzar 60.000 toneladas anuales.

 

A finales de 2020, H&M dio un paso más en su alianza con Renewcell y selló un acuerdo por el cual la compañía industrial debía proveer al gigante de la distribución de fibras celulósicas producidas en su nueva planta de Sundsvall (Suecia), que debía empezar a construirse en 2021 y comenzar a servir en 2022. A finales de 2022, Renewcell firmó un acuerdo similar con Lenzing, para proveerle hasta 100.000 toneladas de su producto.

 

En 2023, Inditex se sumó a H&M. El gigante gallego llegó a un acuerdo con el fabricante chino de viscosa Tanshang Sanyou para comprar 2.000 toneladas de fibra fabricadas a partir de Circulose, la pulpa producida con residuos textiles de algodón desarrollada por Renewcell.

 

El acuerdo con Inditex supuso un espaldarazo para Renewcell, que había dado a conocer que sus ventas eran inferiores a lo previsto inicialmente. De hecho, la compra de Inditex llegó ya tarde: en noviembre 2023, H&M se vio obligado a inyectar 45 millones de coronas suecas (cuatro millones de euros) en Renewcell para asegurar su liquidez, inyección que se sumó a la de cinco millones de coronas suecas (448.862 euros) por parte del fondo inversor Girincubator, liderado por un cofundador de Renewcell. Estas dos inyecciones sirvieron a la empresa para resolver un problema de liquidez en el corto plazo.

 

 

renewcell etiqueta 980

 

 

En enero, Renewcell anunció un recorte de plantilla del 25% (equivalente a treinta personas) para ahorrar 35 millones de coronas suecas (2,7 millones de libras) anuales. El siguiente movimiento llegó el pasado domingo, cuando Renewcell emitió un comunicado en el que anunciaba que el consejo de administración de la empresa había decidido presentar bancarrota. “La razón de la decisión es que Renewcell no ha sido capaz de asegurar suficiente financiación para ser capaz de completar la revisión estratégica con resultados satisfactorios”, dijola compañía.

 

“H&M ha sido inversor minoritario de Renewcell durante casi siete años y ha apoyado el desarrollo de la empresa de manera continuada, con gran confianza en su visión -señaló ayer H&M-; a pesar del esfuerzo de la compañía por aumentar sus ventas, no ha sido capaz de asegurar más demanda, motivando la situación financiera actual”. 

 

 

 

 

¿Cuál ha sido el problema de Renewcell? Para muchos, la caída de la empresa sueca puede ser el inicio de un pinchazo en la burbuja de los nuevos materiales textiles, un sector al que se han sumado nuevos operadores, en la mayoría de los casos aupados por inversores, sin trayectoria industrial y sin capacidad para escalar sus soluciones. 

 

La falta de escalabilidad es el principal problema de este tipo de compañías. Tanto el acuerdo con H&M como el de Inditex fueron firmados por Renewcell in extremis a finales del año pasado, cuando la compañía buscaba fórmulas para asegurar su liquidez. 

 

Renewcell no es la única compañía por la que han apostado los gigantes de la moda. H&M ha invertido en los últimos años en alrededor de 25 empresas, como Inifinited Fiber Companya, Colorifix o Kintra Fibers. Inditex, por su parte, firmó en mayo de 2022 un acuerdo con Infinited Fiber para comprarle durante tres años más de cien millones de euros de su fibra textil reciclada, bautizada como Infinna.

 

Más allá de ellos, la compañía no había logrado grandes acuerdos. De hecho, la mayoría de compañías dedicadas al desarrollo de nuevos materiales no consiguen pasar de cápsulas o pruebas piloto con marcas de moda, cuando la firma de acuerdos de gran volumen es lo que permitiría escalar las producciones.

 

Otro gran problema de Renewcell, y que también padecen otras compañías de nueva generación, es la falta de una estructura vertical. La empresa sueca carecía de estructura industrial para realizar el proceso completo (sin llegar a la prenda), de manera que en sus plantas producía Circulose, pero debía buscar otros proveedores para llegar a la fibra completa (de ahí que Inditex tuviera que cerrar un acuerdo con el grupo chino Tanshang Sanyou y no con Renewcell).

 

La carencia de estructura industrial, que ha complicado la operativa de compañías como Renewcell y la ha alejado de las marcas de moda (sus clientes), es algo de lo que disponen los industriales textiles históricos. Estas compañías, con nombres como Recover o Belda Llorens a la cabeza en España, han evolucionado hasta estar especializados en nuevas materias primas

 

Una tercera razón son los costes. Por falta de escala, los productos de empresas como Renewcell son aún mucho más caros que las fibras tradicionales y, hoy por hoy, el precio continúa siendo un factor de decisión muy relevante para los grupos de moda. “El reto es que nadie quiere poner su dinero sobre la mesa y comprar una viscosa de 3,50 dólares/kg cuando se puede comprar una especial de deforestación de 2,25 dólares/kg y llamarla sostenible y trazable”, se lamentaba ayer Crispin Argento, ex director de Organic Cotton Acelerator y hoy al frente de la consultora The Sourcery.

 

Ayer, el sector miraba con temor a la bancarrota de Renewcell. Primero, porque evidencia la necesidad de mayor inversión por parte de las marcas para escalar las soluciones que deben aportar las materias primas del futuro. Segundo, porque puede hacer peligrar las futuras inversiones de los grandes grupos en empresas de nueva creación, que son las que deben mover la aguja de la sostenibilidad.