Entorno

Los retos digitales del comercio

Tribuna: Eduardo Zamácola

16 oct 2015 - 04:37

No sería muy original empezar hablando de la complicada situación que el comercio en general, y el sector textil en particular, ha atravesado en los últimos años, y de la que ya tenemos los primeros indicios de recuperación. Sin embargo, y aun a riesgo de generar discrepancia, sí creo que es momento de hacer balance no sólo de lo que esta crisis nos ha quitado, sino de lo que nos ha dado y hemos aprendido “gracias” a ella.

 

El decremento continuado de las ventas, con la consiguiente reducción de los márgenes, así como la subida del IVA, entre otros, ha hecho que los comerciantes tengamos que  solventar infinidad de problemas, pero también ha obligado a reinventarnos. Varios años después del comienzo de esta crisis, el resultado es un sector textil mucho más creativo, donde se ha captado la necesidad de acercarse al cliente.

 

Se trata de conocer sus preferencias, mejorar la comunicación, fomentar la interactuación, lograr entender que las tendencias discurren tan rápido por las calles como por las redes sociales (o más si cabe) y que por todo ello estamos obligados a estar permanentemente en la vida del cliente y, como medio más efectivo, a través el ecommerce.

 

La omnicalidad es la palabra que abre el nuevo capítulo que afronta el sector textil en España. Las nuevas tecnologías acortan distancias y permiten, con menor inversión, obtener una rentabilidad de conocimiento y posicionamiento de marca impensable a través de los cauces tradicionales. Se trata de una nueva manera, en un tiempo nuevo, de relacionarse con un nuevo cliente al que la crisis también ha cambiado su manera de comprar; se acerca a las tiendas, pero cada vez más materializa su compra en casa, localizando vía online lo que busca, ahorrando tiempo en desplazamientos y accediendo fácilmente a un producto de cualquier parte del mundo, algo hasta ahora impensable.

 

Hoy en día, la omnicalidad no es una opción sino una obligación que, además de incrementar las ventas y fomentar la imagen de marca, nos aporta valiosísima información sobre el cliente, nos permite conocer sus necesidades y saber cuándo cubrirlas, traspasando los límites físicos que nos marca un barrio, una ciudad o un país.

 

Este nuevo planteamiento de negocio retail se desarrolla en unas circunstancias que empiezan a ser favorables para el sector. A falta de que el consumo comience a repuntar, hay motivos para la esperanza. Los datos reflejan que la facturación de las tiendas de ropa aumentó por primera vez en siete años durante 2014, cuando se situó en 16.473 millones de euros, un 3,93% más que el año anterior. Esto se une al incremento en el primer semestre de 2015 de las exportaciones españolas del sector del textil y de la confección en un 10,2%, y de las importaciones en un 12,9%.

 

De los datos que manejamos en Acotex, quiero destacar uno: el canal online centraliza ya el 4% de las ventas de artículos textiles y es el único canal que ha estado creciendo de manera continuada y sostenida a lo largo de los últimos años. Una nueva realidad de comercio ya está aquí y no podemos darle la espalda porque es nuestro presente, pero sobre todo nuestro futuro.

 

Eduardo Zamácola es presdiente de Acotex