Timothée Parrique: “Es decrecimiento hoy o colapso mañana”

Frenar o perecer; ese es el título del último libro publicado por el disruptivo economista francés Thimotée Parrique (Versalles, 1990). En la obra, el autor defiende la necesidad de que las economías de todo el mundo desaceleren, con el objetivo de evitar las consecuencias naturales de los próximos años. Licenciado en Economía por la Universidad de Versalles, el autor de varias obras cuenta con una larga trayectoria en el ámbito académico. Parrique está doctorado en Filosofía por la Universidad de Estocolmo y es investigador en la Universidad de Lund (Suecia).

Revista Modaes

Especial número 50

El crecimiento económico es incompatible con la sostenibilidad. Eso es lo que defiende constantemente el economista francés Timothée Parrique, autor del libro Frenar o perecer: la economía del decrecimiento, obra en la que desglosa la hoja de ruta que, en su opinión, deberían seguir las principales potencias mundiales para revertir el cambio climático a la vez que construyen una economía estable.

Con más de catorce años de trayectoria académica a la espalda, Parrique tiene claro que “el supuesto crecimiento verde se ha convertido en una forma macroeconómica de greenwashing” y asegura que medir la salud financiera exclusivamente a través del Producto Interior Bruto (PIB) es una forma “pésima” de hacerlo. El economista diferencia entre los términos decrecimiento y recesión y señala que este último sólo ocurre cuando sucede algo inesperado (como un conflicto bélico o una pandemia mundial), mientras que el decrecimiento es una reducción planificada de las actividades económicas y que no tiene por qué tener una connotación negativa siempre que el objetivo sea aminorar las presiones medioambientales.

“Hay cosas más importantes que el PIB; durante la pandemia se tomaron decisiones apuradas sin importar el impacto del índice en la economía y la situación ecológica debería justificar la misma postura”, resalta Parrique. Además, el economista señala la importancia de hacer “todo lo necesario” para que las economías sean sostenibles, independientemente de lo que esto suponga para el PIB. “O nos tomamos el tiempo necesario para planificar una transición suave a partir de ahora o nos enfrentaremos a olas de calor, escasez de agua y colapso de la diversidad, así como disturbios sociales derivados de esta situación; la elección es decrecimiento hoy o colapso mañana”, subraya.

“Estamos retocando un sistema que debería transformarse radicalmente”

La teoría de Parrique defiende que el PIB no tiene en cuenta la desigualdad y lo califica como un indicador incompleto. El economista aboga por que las principales potencias mundiales tomen como referencia otras guías y nombra un indicador neozelandés llamado Wellbeing Budgets, que estudia 65 aspectos de la actividad económica del país, entre los que se encuentran el bienestar social y la sostenibilidad ecológica. “El desarrollo es un proceso complejo que no debe simplificarse en exceso en un número económico”, apunta el economista haciendo referencia al PIB.

Parrique difere, así, de la visión que tiene la Unión Europea para los próximos años. “Las políticas desde Europa muestran una obsesión por el crecimiento del PIB”, destaca. Para ilustrar su posición, el investigador social hace referencia al Acuerdo de París, en el que se menciona el crecimiento económico paralelo a combatir el cambio climático y señala que “ningún país de renta alta ha conseguido que su crecimiento sea verde en ninguna definición significativa del término”.

La última obra de Parrique proviene de su tesis doctoral, llamada La economía política del decrecimiento (2019). En esta investigación, el economista lanza un concepto llamativo, con el que incita a las empresas de todos los sectores a ponerse a dieta; un régimen que supone reducir los niveles de uso de recursos. “El objetivo es el decrecimiento hacia un estado estacionario sostenible que pueda prosperar sin crecimiento”, señala.

“La forma en que organizamos las empresas es obsoleta y alejada de ser sostenible”

Aún así, Parrique reconoce que su visión es incompatible con un desarrollo acelerado del sector empresarial y confirma que cualquier compañía con ánimo de lucro no puede estar de acuerdo con “ponerse a dieta” porque su propia razón de ser es producir y vender más. Es por eso por lo que destaca que la organización empresarial acual, en la que se encuentran accionistas y una estructura de poder jerárquica, es “obsoleta” y no se adapta a un mundo “biofísicamente limitado”.

Así, Parrique se viste de consejero delegado por un momento y marca la hoja de ruta que seguiría en caso de dirigir una empresa de moda. El economista, que rechaza los planes a largo plazo, insiste en la importancia de que “abordar la crisis ecológica exige acciones inmediatas, no en un periodo de cinco o diez años”. Para ello, Parrique asegura que el primer paso es cambiar el modelo de negocio de la compañía, convirtiéndose en una entidad sin ánimo de lucro y eliminando todas las estrategias para elevar la facturación, como descuentos u obsolescencia programada.

“Quien no pueda prever estos cambios sigue viviendo en el pasado y no se ha adaptado a una realidad de un mundo en sobregiro ecológico; si yo fuera consejero delegado y no entendiera que la sostenibilidad es una prioridad en la industria, dimitiría”, defiende el economista.