Entorno

Pekín prepara estímulos para reavivar la demanda ante el agotamiento de la confianza

Las ventas de retail son de los únicos indicadores que aún anotan un crecimiento a dos dígitos en el país, pero la tendencia deja entrever una desaceleración de las ventas a medida que el impulso de la reapertura se va consumiendo.

Pekín prepara estímulos para reavivar la demanda ante el agotamiento de la confianza
Pekín prepara estímulos para reavivar la demanda ante el agotamiento de la confianza
El principal impulsor del comercio en mayo fue la restauración, seguido de los automóviles y en tercera posición la ropa, que contribuyó al crecimiento de las ventas en retail en un 0,3%.

M. Tamayo

20 jun 2023 - 05:00

Los consumidores chinos no salen de casa todavía y el revulsivo de la reapertura pierde fuerza en el gigante asiático. El pasado viernes, Pekín anunció que planes “más potentes” para hacer crecer la demanda y fortalecer la economía, rebajando el riesgo en las áreas claves, aunque no detalló en qué medidas se concretarían estos objetivos.

 

Su principal competidor por la hegemonía mundial ha dado con su propia receta para reavivar la economía del país: fomentar la confianza de los consumidores y deshacer barreras de entrada, según un informe realizado por el Departamento del Tesoro Estadounidense la pasada semana. “China debe dar prioridad a las medidas para reforzar la renta disponible de los hogares y la confianza de los consumidores mediante ayudas fiscales directas y reformas estructurales”, señala el informe.

 

La caída de la confianza del consumidor en China deja en vilo un mercado que estaba llamado a convertirse en el mayor para la moda. Según las previsiones de McKinsey de 2022, el gigante asiático iba a registrar ventas de 439.000 millones de dólares en 2026, por encima de los 365.000 millones que anotaría Estados unidos.

 

El último en trasladar la caída de la actividad a sus previsiones ha sido el banco de inversión Goldman Sachs, que se une a los cálculos que también han hecho entidades como Bank of America, UBS o JPMorgan. En concreto, los banqueros de Wall Street han rebajado su previsión de crecimiento para China del 6% al 5,4% para 2023.

 

 

 

 

La recuperación por la reapertura tras el Covid-19 está perdiendo empuje y Goldman Sachs sostiene que “los estímulos presentados son insuficientes para generar suficiente impulso para aumentar el crecimiento”. A pesar de los últimos giros de volante de Pekín, la banca lo considera insuficiente para atajar la última piedra en el zapato del país: la baja confianza.

 

En concreto, en su nota publicada el domingo, Goldman Sachs señalaba que a la economía china le tocaba lidiar con “los retos del mercado inmobiliario y el pesimismo generalizado entre los consumidores y los empresarios”, sólo compensado con “una moderada relajación política”. A ello hay que sumarle la continua depreciación del yuan chino, ya que se prevé una mayor relajación de la política monetaria por parte del Banco Popular de China.

 

La actividad del segundo trimestre no ha sido la esperada por los analistas. Desde ING la catalogaron como “decepcionante” y UBS bajó su previsión de crecimiento durante el trimestre, respecto a los primeros tres meses del año, a entre el 1% y el 2%, frente al 4,5% que pronosticó a principio de año.

 

Sin embargo, ING señala que las ventas de retail en China son de los únicos motores de crecimiento que se mantiene. “La tasa de crecimiento interanual del 12,7% en mayo parece impresionante”, asegura la entidad, “pero equivale a un descenso desestacionalizado de las ventas intermensuales y muestra que el impulso de la reapertura está cayendo”.

 

El principal impulsor del comercio en mayo fue la restauración, seguido de los automóviles y en tercera posición la ropa, que contribuyó al crecimiento de las ventas en retail en un 0,3%. Por su parte, la producción industrial aumentó un 3,5% en el periodo, por debajo del 5,6% de abril, y la inversión inmobiliaria siguió debilitándose y cayó a un ritmo del 7,2% interanual, frente al 6,2% en abril.