Entorno

Revista Modaes Especial número 50

Dink Dong, el sueño dorado del consumo llama a la puerta

Double Income No Kids (Dink) hace referencia a las parejas que deciden no tener hijos, actualmente 3,9 millones de hogares en España. De media, estas unidades familiares gastan 32.333 euros al año.                          

Dink Dong, el sueño dorado del consumo llama a la puerta
Dink Dong, el sueño dorado del consumo llama a la puerta
Las parejas sin hijos son actualmente 3,9 millones de hogares en España. De media, estas unidades familiares gastan 32.333 euros al año.

Celia Oliveras

15 abr 2024 - 05:00

Para navegar en la era del consumo ya no se debe hablar sólo de boomers, gen Z o millennials. Un nuevo concepto ha ido ganando peso, poco a poco, en las salas de reuniones de los equipos de márketing de las empresas, una especie de sueño dorado de cualquier negocio: los Dink. Estos son, por sus siglas en inglés, las unidades familiares con Doble Ingreso y Ningún Hijo, más comúnmente conocidos como las parejas sin hijos. Su propio nombre indica la mina de oro que pueden llegar a ser para determinadas empresas: dos sueldos para gastar, y ningún descendiente en el que hacerlo.

 

 

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Especial número 50

 

 

 

No es ningún secreto que la natalidad española, en un reflejo del envejecimiento del continente europeo, desciende año a año. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 había 3,9 millones de hogares formados por parejas sin hijos, mientras que el número de nacimientos en España descendió un 2,4% en 2022, hasta los 329.251 niños. “Antes tener hijos daba cierto prestigio social, lo que conocemos como este familiarismo español tradicional que casi representaba la unión definitiva entre dos familias; sin embargo, ahora ese prestigio te lo dan otras cosas”, explica José Manuel Jiménez Cabello, sociólogo especializado en investigación social aplicada y profesor de la Universidad de Granada.

 

Los Dink son parejas que están económicamente bien posicionadas y además han eliminado gastos asociados a la crianza (cómo juguetes, colegios, servicios médicos o actividades extraescolares) que pueden destinar a otro tipo de necesidades. Según los mismos datos del INE, el gasto medio por persona en España alcanzó 12.780 euros en 2022, frente a los 16.167 euros que gastaron de media los miembros de hogares formados por parejas sin hijos. “Estas parejas tienen la economía suficiente para adquirir bienes más caros, cómo mejores viviendas o el último modelo de un teléfono móvil”, continúa Jiménez. Por grupos de gasto, de hecho, el presupuesto de las parejas sin hijos va primordialmente dirigido a vivienda, agua y electricidad, donde se gastan, de media, 11.022 euros por hogar, un 34% de su presupuesto total, frente al 26,2% de su gasto medio que desembolsa una pareja con dos hijos. Los alimentos (5.249 euros), el transporte (3.684 euros) y el ocio, que incluye restaurantes y hoteles (2.925 euros), son los tres grupos siguientes a los que los Dink dedican mayor porcentaje de su presupuesto.

 

Respecto al gasto relativo a moda y calzado, las parejas sin hijos destinan un 3,55% de su presupuesto, es decir, una media de 1.148 euros. Esta cifra, sin embargo, todavía no alcanza el 4,79% que destina, por ejemplo, una pareja con dos hijos. Este modelo familiar gasta de media en moda y calzado 2.003 euros, lo que es más tanto en valores absolutos como proporcionalmente.

 

 

 

 

En comparación con otros modelos de familias, sin embargo, las parejas sin hijos todavía no gastan tanto como otros modelos familiares que tienen más peso en la economía española. Las parejas con hijos, de hecho, representan un 33% de los hogares en España, con un total de 6,2 millones de hogares en 2020, del total de 18,7 millones de hogares españoles. El gasto medio de una familia con dos hijos alcanza los 41.859 euros, y proporcionalmente gastan más que las parejas sin hijos en grupos de gasto como el ocio (5,84% de su presupuesto, frente al 4,64% de los Dink) o la restauración (un 11,16% frente al 9,05%).

 

Anna Escobedo, doctora en Sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), explica que esto se debe en parte a la correlación actual con el nivel de solvencia económica, ya que “las familias que tienen hijos a día de hoy es porque a priori saben que tienen las capacidades económicas para mantenerlos”. Según datos del estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) Modelos de familia en evolución en España, de hecho, uno de los factores que contribuyen a que muchas mujeres no tengan hijos es un entorno económico adverso y la difícil conciliación laboral. 

 

El modelo de familia tradicional, sin embargo, está descendiendo progresivamente, y representan dos décimas menos que el año anterior. Los Dink, por otro lado, aunque no demuestran un crecimiento suficientemente relevante, han mantenido una cifra estable durante los últimos años, y se acercan a los cuatro millones de hogares.

 

 

 

 

El auge de este modelo familiar, junto con la caída de la natalidad en España, es de hecho uno de los factores que explica el descenso del sector de la moda infantil en España, que cerró 2023 con un descenso de las ventas del 5,8% en valor y hasta un 6,1% en volumen. Roser Ramos, directora general de la empresa de moda infantil Cóndor, explica que, junto con el aumento del precio de los productos y la crisis, la baja tasa de natalidad en España, una de las menores de Europa, es uno de los factores que más peso han tenido en el pinchazo del sector. “En otros países de Europa donde también operamos y con tasas de natalidad más altas, como Bélgica o Países Bajos, no hemos notado tanto la caída de las ventas del sector de la moda infantil”.

 

Esta misma caída está sucediendo en otros sectores infantiles, que se han tenido que refugiar en los consumidores adultos. El desafío que plantean estas parejas a las empresas pasa por cómo apelar a un tipo de consumidor que se guía más por deseos que por necesidades.

 

Compañías como Disney, de hecho, se han hecho eco de esta situación y, aunque no han dejado de lado a su público, también han comenzado a orientar su negocio a este grupo de población. El concepto de Disney adult, o adulto Disney, es uno de los muchos ejemplos de sectores que, a pesar de dirigirse a un público objetivo joven, han comenzado a virar su estrategia hacia los adultos, como es el caso del mundo de los videojuegos o el mundo Barbie.

La estrategia para atraer a los Dinks, por lo tanto, que no siguen este consumo tan marcado por las necesidades de los hijos, pasa por el uso de las redes sociales. La edad media de estas parejas les sitúa en el centro del universo tecnológico de Instagram o X, donde las empresas invierten cada vez más en publicidad. Según Jiménez, “a través de las redes sociales, las marcas están intentando crear nuevas necesidades, lo que les están diciendo es que no sólo tienen derecho a disfrutar, sino que además se lo pueden permitir”.