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Inditex, diez años de prueba-error para jugar la guerra del ‘premium’ con Uterqüe

La cadena es hoy uno de los motores del grupo Inditex y encadena ya tres años de crecimiento a doble dígito, pero en su trayectoria ha cambiado varias veces de estrategia, con tres conceptos y tres directores generales.

Iria P. Gestal

18 abr 2018 - 04:56

Inditex, diez años de prueba-error para jugar la guerra del ‘premium’ con Uterqüe

 

Un nicho dentro del titán de la distribución de moda. Inditex lanzó Uterqüe en 2008 en un primer, y hasta ahora único, intento de acercarse a un posicionamiento más alto. Diez años después, la cadena de complementos continúa siendo pequeña en relación a sus hermanas, pero tras una década de prueba y error parece haber comenzado a encontrar su lugar.

 

Después de una década de altibajos, Uterqüe cerró 2017 a las puertas de los cien millones de euros de facturación y con un resultado bruto de cinco millones de euros. A su misma edad, Oysho facturaba 313 millones y ganaba 36 millones, y Zara Home vendía 451 millones y ganaba 55.

 

Los inicios de Uterqüe (del latín uterque, ambos) fueron, como todos los estrenos de Inditex, a lo grande. La empresa se estrenó en julio de 2008 con tres aperturas simultáneas en A Coruña, Madrid y Barcelona y, al cierre de su primer año de vida, contaba ya con 31 establecimientos en tres países.

 

 

 

 

Todo el equipo para el lanzamiento de la nueva cadena, que entonces tenía su sede central en Arteixo (A Coruña), procedía de otros conceptos del grupo. Al frente del proyecto se encontraba Costas Antimissaris, hasta entonces responsable de Inditex en Grecia y quien, más tarde, fichó también por Marks&Spencer y asumió la dirección de España de Douglas.

 

En su segundo ejercicio, la empresa dio un nuevo impulso a su expansión con la entrada en ocho países y la apertura de 26 nuevos establecimientos con “una calurosa acogida comercial”, explicaba Inditex en su memoria anual.

 

Al año siguiente, la empresa volvió a acelerar: lanzó una pequeña colección para hombre, Uterqüe for Men, que discontinuaría tiempo después, abrió otras 23 tiendas y relevó a su director general por Luis Maseres, hasta entonces responsable de calzado de Massimo Dutti. El acelerón en la expansión tuvo también impacto en las cuentas de la empresa, que registró un resultado bruto (ebit) negativo de doce millones de euros, el peor de su historia.

 

 

 

 

Con el nuevo capitán llegó también el primer punto de inflexión de la cadena. En 2011, Uterqüe lanzó su venta online en seis mercados europeos (igual que el resto de cadenas del grupo) pero ralentizó su expansión internacional con sólo un mercado nuevo.

Además, la cadena trasladó su sede a Tordera (Barcelona) con el objetivo de acercarse a sus operaciones logísticas, y adquirió la red de siete tiendas que hasta entonces operaban en régimen de franquicia.

 

Con complementos a precios altos pero con una marca todavía desconocida para el consumidor final, Uterqüe vio como los años más duros de la crisis impactaban de lleno en su negocio.

 

La empresa pasó de crecer a doble dígito a elevar sus ventas sólo un 8,8% en 2012 y encogerlas los dos años siguientes. La compañía también reorganizó su red de tiendas, con trece cierres en 2013 y diez más en 2014, y se replegó en tres mercados.

 

 

 

 

Tras la reestructuración, sin embargo, Uterqüe logró entrar en números negros en 2014, con un ebit de dos millones de euros. El punto de inflexión supuso también la implantación de un nuevo concepto de tienda, que se estrenó en 2014, y la incorporación del tercer director general de la historia, José Luis Rodríguez Moreno, también procedente de Massimo Dutti.

 

En 2016, Uterqüe afrontó otro cambio de identidad, con un nuevo concepto de tienda y renovada imagen corporativa. La empresa ha abierto una nueva etapa en la que parece haber cogido por fin la ola.

 

El año pasado, Uterqüe fue la cadena de Inditex que más elevó sus ventas, con un crecimiento del 16,9%, con lo que ya encadena tres años consecutivos de alzas a doble dígito. Sin embargo, la empresa continúa a la cola de Inditex por facturación, con unas ventas de 97 millones de euros en 2017, a gran distancia de la siguiente, Oysho, que factura 570 millones de euros.  

 

 

 

 

En el caso del ebit, la diferencia es todavía mayor, pese a que Uterqüe cuenta, a priori, con un mayor margen que sus hermanas mayores. La empresa ganó sólo cinco millones de euros, frente a los 87 millones de Oysho y los 97 millones de Zara Home.

 

Por sí sola, Uterqüe no es una cadena pequeña: factura apenas diez millones de euros menos que Adolfo Domínguez, el décimo sexto mayor grupo del sector en España y, por su posicionamiento, no puede extender su red comercial hasta las dimensiones de Bershka o Massimo Dutti.

 

Sin embargo, en el marco de un titán como Inditex, Uterqüe todavía debe crecer mucho más y ponerse al menos a la altura de las otras cadenas más jóvenes, y parece haber encontrado por fin el camino.