El Corte Inglés busca nuevas salidas para su ‘brick’: alquiler a terceros, ‘dark stores’ y outlets

El Corte Inglés sigue explorando fórmulas para rentabilizar su ladrillo. El grupo de grandes almacenes estudia un plan con tres vías para sacar partido de sus centros: alquilarlos a terceros, convertirlos en dark stores (logística de última milla) o transformarlos en outlets, según explicó la empresa a los inversores y recoge hoy El Economista.

La compañía ha probado ya las tres fórmulas en varios de sus centros durante el último año. El grupo convirtió su centro de Eibar en un dark store, el primero del País Vasco, que dará servicio a Bizkaia, Álava y Gipuzkoa.

Los outlets de moda ha sido una de las vías más empleadas por la compañía: El Corte Inglés aplicará esta fórmula en su centro de Arapiles (Madrid), que transformará en un outlet de moda diseñado por Lázaro Rosa Violán, y en el del centro comercial Marineda, en A Coruña, entre otros.

Por último, el grupo firmó el pasado abril un acuerdo con un grupo sueco, cuyo nombre no trascendió, para alquilarle parte de su centro de Marbella para oficinas, según adelantó entonces El Confidencial.

El Corte Inglés registró una devaluación de sus activos comerciales en el último año mientras la logística y las oficinas mejoraron su valoración

El Corte Inglés no es el primer gran almacén que opta por alquilar sus espacios a terceros para rentabilizar su ladrillo. Ya en 2016, y en el marco de un profundo proceso de reestructuración, Macy’s contrató a una inmobiliaria para alquilar parte de sus espacios a restaurantes, oficinas u otro tipo de actividades. En 2018, la británica Debenhams siguió sus pasos y llegó a entablar negociaciones con WeWork para alquilarle parte de su flagship store en Oxford Street.

Los activos comerciales son los más valiosos de El Corte Inglés pero también los que más se devaluaron en el último ejercicio. A cierre del año fiscal 2020 se valoraban en 13.600 millones de euros, 700 millones menos de los que estimó el pasado noviembre. En cambio, los activos logísticos y las oficinas mejoraron su valoración.

El grupo finalizó el ejercicio 2020 con una facturación de 10.432 millones de euros, un 31,6% menos que el año anterior, y unas pérdidas netas de casi 3.000 millones de euros debido a las provisiones.