Val Díez, compromiso social y cultural

Hija, hermana y esposa de médicos, Val Díez ha estado muy vinculada al sector sanitario desde su infancia hasta que ella misma formó parte de él, concretamente en el sector farmacéutico.

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La directora general de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), la principal patronal del sector en España, nació en mayo de 1968 en Madrid, pero creció en Alcalá de Henares. De su familia, de origen soriano, heredó, dice, su sentido de la austeridad y el esfuerzo.

Su nombre, a pesar de lo que muchos piensan, no es diminutivo de nada, es María del Val (o Mari Val para los más cercanos) y procede de la Virgen del Val, de Alcalá de Henares. Estudió Farmacia en la Universidad de Alcalá de Henares, tras un escarceo con la Ingeniería de telecomunicaciones, en un momento en el que ya le interesaban los asuntos relacionados con la igualdad de género.

Quería ir donde no iban las mujeres y así acabó estudiando telecomunicaciones. Pero, un año después, se diluyó la motivación y vio muy claro que “tenía una profunda cultura sanitaria” y la tecnología le resultaba muy ajena, rememora la ejecutiva.

Quería ir donde no iban las mujeres y así acabó estudiando telecomunicaciones

En la facultad de Farmacia encontró su vocación, aunque nunca ejerció en una oficina. Hizo el FIR (Farmacéutico Interno Residente) y eso la llevó a vivir y trabajar en el País Vasco entre 1992 y 1995. En 1996 volvió a Madrid con una beca del Fondo de Investigaciones Sanitarias, para trabajar en la Dirección General de Farmacia, en el Ministerio de Sanidad. Después de esa experiencia de dos años, se hizo funcionaria.

Su especialización en medicamentos genéricos la llevó a varios destinos después de que este campo se convirtiera en prioridad política, recuerda. La destinaron a la Comunidad de Madrid como subdirectora general de prestación farmacéutica y fue directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Ocupó la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida y fue mientras ejercía ese puesto cuando la contactó la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), entonces presidida por Enrique Puig.

“Era la primera vez que trabajaría en el sector privado y por entonces creía que sería una etapa”, asegura Díez. La etapa ha durado por ahora dieciséis años, en los que asegura haber descubierto “cosas increíbles”. Desde la complejidad que tiene un cosmético, a la interlocución con el regulador, el diálogo con los sindicatos, la formación del sector o la internacionalización.

Val Díez es presidenta de la Comisión de Diversidad e Igualdad en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe)

En paralelo, Val Díez es presidenta de la Comisión de Diversidad e Igualdad en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe), donde su último reto ha sido prescribir el proyecto de creación de la norma por la igualdad de género. “A escala global, a través de un estándar ISO, podemos hablar de igual implementación de la igualdad en todas las organizaciones tras un consenso con sesenta países implicados”.

Acaba de terminar la redacción del texto definitivo tras un trabajo de dos años para que en el primer trimestre de 2024 esté publicada su versión definitiva. Díez reconoce que falta avanzar en igualdad en el ámbito empresarial y reivindica que “necesitamos dar visibilidad a las voces femeninas para que vean que se puede conciliar y tener una vida familiar y profesional”.

En el caso particular de la moda, la ejecutiva pone el acento en la brecha entre el porcentaje de consumidoras y de gestoras. “En el territorio de la moda o la creación queda mucho por hacer, las mujeres somos usuarias, pero muchas veces los gestores son varones”, apunta. “Necesitamos mujeres en puestos destacados para que consigamos esa sociedad justa e igualitaria y con las mismas oportunidades y derecho a expresarnos y tener poder”, reivindica.