Outsider: Francesc Julià Ametller, director ejecutivo de Kave Home

Francesc Julià asumió la dirección de la empresa familiar de muebles y decoración Kave Home a principios de año. La empresa lleva operando desde la década de 1980 y actualmente está presente en ochenta países. La compañía, con sede en Girona, prevé facturar 205 millones de euros en 2023 y sigue apostando por nuevos mercados.

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¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta un ejecutivo de su sector?

El primero es saber transmitir la importancia del hogar como un espacio en el que invertir en calidad y confort. Y el otro es la escalabilidad y la expansión internacional, por la dificultad logística y de fabricación, que a escala global es compleja.

¿Cuál es la primera norma para ser un buen manager?

La primera norma para mí es asegurar el bienestar del equipo y darle valor. Hay que intentar que sea más efectivo y que pueda crecer, profesional y personalmente, y desarrollarse.

¿Y qué debe evitar un directivo?

La arrogancia. Cuando se tiene éxito, se corre el riesgo de empezar a mirar a la gente por encima del hombro, pero ha de ser al revés. Contar con más experiencia y conocimiento te tiene que generar más humildad, porque te das cuenta de lo mucho que desconoces.

¿Qué perfiles no pueden faltar en un equipo directivo?

Me gusta ver equipos directivos con cuatro perfiles: el soñador (muy ligado a la función de fundador o consejero delegado); un emprendedor, el que está por detrás y crea todo desde cero; un manager profesional que gestione el día a día, y un buen líder. Cuando contratamos en Kave, para mandos intermedios y altos, buscamos personas que sean buena gente, compañeros de equipo y que pongan siempre el orgullo en la organización.

¿Qué rasgos son hoy más importantes en un manager?

Depende mucho del momento de la compañía, aunque, en todos los casos, si eres consejero delegado tienes que predicar mucho con el ejemplo. Además, un buen manager tiene que poder moverse muy bien entre la visión a largo plazo y la visión a corto plazo y ser una persona en la que los equipos pueden confiar. Otra baza muy útil es conectar cosas en paralelo con mucha rapidez desde esa visión global.

Una lección aprendida de la crisis.

Que siempre puede venir una peor y que, cuando todo va mal, no va tan mal y cuando va bien, no va tan bien. Cuando se tiene mucho éxito hay que ser más realista y cuando va mal ver las cosas de forma positiva. Durante las crisis, siempre hemos invertido en equipo, tecnología y supply chain, en lo diferencial, y cuando hemos salido de la crisis lo hemos hecho reforzados.

¿Qué envidia del sector de la moda?

La capacidad de inspirar y generar intención de compra en el usuario durante todo el año y contar con un cliente contectado con tu ideario de forma tan profunda.

¿Qué podría aprender la moda de su sector?

El interiorismo tiene un gran conocimiento sobre el consumidor, que se implica mucho en los procesos. Hay una gran conexión con el cliente, vamos a su casa, medimos… Nosotros, por voluntad y vocación, tenemos muy desarrollado ese aspecto.