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Manuel Blanco (Csdmm): “La gente debe ser capaz no sólo de hacer bellos dibujos, sino de hacerlos vendibles”

Iria P. Gestal

11 jun 2015 - 04:40

Manuel Blanco es, desde hace dos años, el director académico del Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid (Csdmm), adscrito a la Universidad Politécnica de Madrid y una de las instituciones decanas en España en formación de moda. Aunque la moda siempre ha estado presente en su trayectoria profesional, Blanco es arquitecto y cree que la formación en moda tiene que estar orientada, igual que en la arquitectura, “no sólo a hacer bellos dibujos sobre el papel”, sino también a crear ideas producibles y, sobre todo, vendibles.

 

Pregunta: ¿Cómo termina un arquitecto al frente del Csdmm?

Respuesta: Porque me lo pidió el rector de la Universidad Politécnica. Curiosamente, a mí la moda siempre me ha interesado: mi diseñador gráfico de toda la vida es Roberto Turégano,manuel blanco el diseñador que hizo la primera imagen de Cibeles, y durante los diez primeros años de la pasarela creo que no me perdí ningún desfile. Siempre he estado muy ligado tanto por mi obra profesional como por mi campo de intereses a todo lo que tiene que ver con el diseño, moda incluida. Pero creo que lo que el rector quería era alguien que tuviera un perfil que fuera capaz de contactar con todos los agentes importantes de este sector.

 

P.: ¿Qué debe buscar un estudiante cuando se enfrenta a la gran oferta de formación en moda que hay en España?

R.: Mi apuesta ha sido que se enfrente a hacer lo que él quiera. Hemos creado dos especialidades, una en producción y otra en piel, en la que Enrique Loewe nos ha estado asesorando con todo su equipo, y un programa de optativas para que el estudiante pueda construir su propio currículum en el último año y medio de carrera. Además, creo que es importante que la enseñanza esté hecha por la gente que está dentro, que la está viviendo.  Y, por último, perdóneme que ponga ejemplos de arquitectura, pero no hay buena arquitectura si no está bien construida. Y nosotros enseñamos a confeccionar, enseñamos a construir. La gente debe ser capaz no sólo de hacer bellos y bonitos dibujos de lo que tienen en la cabeza, sino de saber cómo se producen y hacerlos vendibles.

 

P.: ¿Cree que hay una saturación de programas de formación de moda en España?

R.: Como en todos los sectores emergentes, hay mucha gente que está pescando en este caladero, pero el tiempo pone todo en su sitio y la seriedad de las ofertas quedan claras y palpables. Pero, para mí, el resto de escuelas son compañeros, no competencia. Si hay alguna competencia que yo quiero tener es con Parsons, con St. Martin’s, con Marangoni. El resto son compañeros, y entre todos estamos definiendo la seriedad del sector. Ahora los padres ya no tienen que decirle a los niños “haz una carrera seria y luego, si quieres, te dedicas a la moda”, ahora la moda es una de las carreras más serias y de más futuro que se pueden hacer.

 

P.: ¿Pero realmente tiene salidas laborales?

R.: El otro día, unos padres de una alumna que va a venir a estudiar con nosotros me hacían la misma pregunta. Y yo les dije que es probablemente de los campos que tiene más salidas, porque además las salidas están muy diversificadas. Porque la moda no es sólo el campo del gran creador que desfila, moda es también los diseñadores que trabajan en Inditex, los compradores de grupos como El Corte Inglés... Moda es la industria, y España es una potencia mundial en moda no solamente por nuestros creadores, que son espectaculares, sino porque en retail somos los primeros.

 

P.: ¿Entonces, hay hueco en el mercado laboral español para estos recién graduados, o tienen que irse a las grandes capitales de la moda?

R.: Si se refiere a irse a La Coruña, muchos. Las grandes capitales internacionales en moda son en gran medida españolas. Estamos hablando de un sector en que la industria está aquí. Algunos se tienen que ir a la división de Inditex en Valencia, o en A Coruña, u otras firmas, y otros terminan creando la suya propia o trabajando en algunos de los sectores de la empresa.

 

P.: ¿Por qué en España no acaba de funcionar el matrimonio entre diseñador y gestor que sí vemos en firmas internacionales?

R.: Esa es una de las cosas en las que estamos trabajando, para ver cómo podemos ayudar al sector en ese aspecto. Cuando nos encontramos con una empresa de diseño que triunfa salvajemente es en un momento en que hay dos cabezas. Como en el caso de Delpozo, tiene que haber una bicefalia: por un lado Ainhoa García, quien ha sido hasta este año directora comercial del grupo, que con los socios capitalistas entra a juzgar quién va a ser el nuevo director creativo, e hicieron su apuesta por Josep Font. Y ese binomio de Ainhoa García y Josep Font ha llevado a Delpozo al puesto donde está, desfilando internacionalmente. Si lo pensamos, siempre que ha habido un gran diseñador que ha triunfado y que ha logrado comercializar sus productos hay un partner absolutamente del sector.

 

P.: Pero, sin embargo, en España sí hay grupos de distribución con mucho éxito…

R.: Yo no tengo claro que Inditex, Mango, Grupo Cortefiel o Desigual sean sólo distribución. Porque son también diseño, lo que pasa es que no es el diseño premium o de lujo, no es el diseño del creador original. Pienso que la fórmula que les ha hecho triunfar es un entendimiento perfecto de cuáles son las necesidades del público y de los clientes en cada momento y un sistema de distribución y de producción perfectos, pero, al mismo tiempo, también un diseño adecuado para servir a todo esto. Ahora, si vamos al punto directamente de los grandes creadores, los que están integrados en Acme, por ejemplo, ahí si hace falta profundizar en el aspecto comercial, y saber estructurarlo empresarialmente. Yo creo que podemos formar también gente que cubra ese campo.

 

P.: ¿Cómo se puede abordar desde la universidad?

R.: Estamos intentando en nuestro currículum llegar a ese maravilloso equilibrio. Lo que no puede ser una escuela de moda es algo encerrado en una torre de marfil y defendido por murallas de glamour y apartado de la sociedad. Igual que en arquitectura: un arquitecto respeta el arte por el arte, pero en su arte entiende que está para servir a la sociedad y que tiene que ser todo lo artístico posible, pero al mismo tiempo debe ser también industrial, tiene que poderse producir, construir, y vender, porque si no, no puede ser.

 

P.: ¿Sobrevive artificialmente el diseño en España gracias a las subvenciones?

R.: Creo que no. El diseño en España está subvencionado por los propios creadores. Cuando veo firmas como Ana Locking o Rabaneda, por decirle dos que estoy viendo muy de cerca, lo que veo es una creatividad, una ilusión, un esfuerzo, un trabajo y una valentía de seguir adelante en un momento de crisis como el que ha pasado toda la economía española absolutamente impresionante. No veo, no oigo que existan subvenciones que estén haciendo esto posible. Hace diez, quince, veinte años, no lo sé, pero, en estos momentos, lo que veo es una apuesta personal muy clara.

 

P.: ¿Hasta qué punto sirven de algo plataformas como Mercedes-Benz Fashion Week Madrid o 080 Barcelona Fashion?

R.: Sirven de mucho, porque es esa puesta en escena de una parte de la industria la que hace que la sociedad periódicamente vuelva a tenerlo en la cabeza. Pienso que tienen mucha más repercusión de la que pensamos. Porque en esa semana en que está Cibeles o el MF Show, en una gran medida en la ciudad de lo que se está oyendo hablar es de eso.

 

P.: ¿Pero eso se traduce en ventas?

R.: Sí. Y, además, me da la impresión de que se traduce en ventas tanto para la propia firma que está desfilando como para las otras firmas que existen. La repercusión de Cibeles y la repercusión de estas semanas de la moda no solo es buena para la propia marca que está desfilando, sino que es buena para todo el sector, porque vuelve a colocar el chip de la moda y vuelve a colocar el chip del producto de moda en la cabeza de mucha gente en ese momento. Y dudo que no tenga una repercusión directa.

 

P.: ¿Qué significa para el Csdmm el respaldo de una universidad como la Politécnica?

R.: Significa muchísimo. En estos momentos, el Csdmm no es sólo un centro adscrito, sino que la titulación que impartimos es una titulación de la Politécnica. Además, la Politécnica ha hecho una apuesta muy clara por el diseño, y por tener el ciclo académico completo, que es de lo que yo me estoy encargando ahora. Queremos tener grado, doctorado, y máster, con el que daremos alguna sorpresa. Estamos haciendo un doctorado muy potente porque creemos que el campo de la moda es muy serio y que no es un campo sólo de glamour y frivolidad, sino que mueve muchísimos intereses. Además, en una universidad donde la escuela de arquitectura es la joya de la corona, tenemos muy claro que la creación es algo muy serio y muy importante. Estar dentro de la Politécnica nos permite también establecer alianzas muy importantes con otras universidades como la Universidad de Columbia o la Unam de México, y uno de los profesores del doctorado, por ejemplo, es catedrático de la Universidad de Columbia y director de arquitectura y diseño del MoMa.

 

P.: ¿Cómo ha cambiado el Csdmm desde su llegada?

R.: La escuela se fundó en 1986 y ha sido la pionera en España de todo el trabajo serio en este campo. Hemos tenido un título propio y después el actual, que es el de enseñanzas artísticas. Carlos Conde, el rector de la Universidad Politécnica decidió que la Politécnica, tenía que apostar fuertemente por diseño de moda, y me nombró a mí con el objetivo de crear el grado universitario. Así que lo que he hecho es apoyar todo lo que estaban haciendo e introducir cambios en la estructura y, sobre todo, nuevos retos. Ver y oler por donde iba el viento y hacer que no sólo el viento llene nuestras alas sino que seamos nosotros de los primeros que estemos abriendo camino.