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La maleta de El Suizo, el primer equipaje de Pronovias

P. Riaño

26 nov 2014 - 04:47

 

Pronovias, una de las mayores empresas del mundo del negocio de la moda nupcial, cumple este año su cincuenta aniversario. Pero, tal y como explica su presidente y propietario, Alberto Palatchi Ribera, la empresa celebra también su centenario. En 1914 recaló en Barcelona la familia Palatchi. Alberto Palatchi Bienveniste, padre del actual presidente y apodado El Suizo, fue el encargado de poner los cimientos de lo que hoy es Pronovias recorriendo Barcelona con una maleta repleta de tejidos. La maleta de El Suizo sale a la luz por primera vez en el libro con el que Pronovias celebra su cincuenta aniversario.

 

 

En 1919, con sólo doce años, Alberto Palatchi Bienveniste ya caminaba por toda Barcelona vendiendo los encajes y puntillas de la empresa familiar junto a su hermano mayor. Los Palatchi recalaron en la capital catalana tras salir de Turquía huyendo de la I Guerra Mundial, aunque antes de llegar a la ciudad española pasaron también por París.

 

 

La imagen que se hace pública ahora data de 1919 y corresponde a “un momento de descanso en el recorrido que los dos hermanos realizaban por las casas de la clase acomodada barcelonesa para vender los encajes de Calais y Chantilly y los bordados de San Gall que llevaban en sus maletas”, tal y como explica la periodista Charo Mora, autora del libro de Pronovias.

 

 

Los Palatchi consiguieron introducir sus encajes entre las mujeres de más alta cuna de Barcelona, que los utilizaban para confeccionar sus vestidos de boda y ceremonia. La maleta fue el canal de distribución utilizado por la familia hasta que, en 1922, dieron un salto adelante con la apertura de una tienda en la calle Condal de la ciudad. El nombre escogido para el local fue El Suizo, en referencia al apelativo con el que se conocía a Alberto Palatchi Bienveniste por su origen extranjero y sus ojos azules.

 

 

El rótulo de El Suizo acompañó a la empresa hasta 1968, cuando nació Pronovias. Pero para llegar hasta allí, El Suizo tuvo antes que abrir tiendas en la calle Arenal de Madrid, en el 74 de Paseo de Gracia, en el número 11 de las Ramblas y en el número 2 de la calle Lauria, las tres últimas en Barcelona.

 

 

Los años terminados en cuatro han traído suerte a los Palatchi. En 1964, por ejemplo, se preparó el camino para que en 1968 viera la luz Pronovias con la fundación de St Patrick. Frente a la catedral de Sant Patrick de Nueva York, Alberto Palatchi Bienveniste decidió poner el nombre de este santo a su empresa, que estaba comenzando a revolucionar el negocio de la moda nupcial adoptando los preceptos del prêt-à-porter, es decir, acercando los trajes de novia al gran público llevándolos más allá de los talleres de las firmas de alta costura.

 

 

De la mano del diseñador Josep Maria Tresseras, Palatchi Bienveniste reformuló las formas de los patrones de los vestidos, llamando la atención de los medios de comunicación de la época y de las clientas de la ciudad con los desfiles en la tienda de El Suizo. A lo largo de su historia, la empresa se ha rodeado de diseñadores como Pedro Rodríguez, Lydia Delgado, Miguel Palacio o Manuel Mota. Este último, fallecido a principios de 2013, es el que ha tenido una relación más estrecha con la compañía, que llegó incluso a hacerse con su marca.

 

 

Era cuestión de tiempo que Palatchi Bienveniste sintiera la necesidad de expandir su modelo de negocio. Este momento llegó en 1968 con la incorporación de su hijo, Alberto Palatchi Ribera, a la compañía. El actual presidente de la empresa recuperó la maleta de vendedor de los inicios de la compañía y visitó todo el país durante un verano.

 

 

La “hoja de ruta” de Palatchi Ribera marcaba, según señala Charo Mora, “diez visitas por semana durante ocho semanas, en un mapa señalado con las ochenta tiendas más emblemáticas de las principales capitales de provincia del territorio español”. El viaje de Palatchi Ribera sirvió a la empresa para conseguir lo que se ha convertido en una pieza clave de su modelo empresarial: los franquiciados.

 

 

El primer desfile de Pronovias tuvo lugar en 1968 en la tienda El Suizo de Paseo de Gracia. Como sucede hoy en día con el desfile anual que realiza la empresa, los franquiciados de toda España acudieron a la cita. Lejos de los exclusivos emplazamientos que escoge actualmente Pronovias, el desfile de 1968 terminó con una cena con todos los asistentes en casa de los Palatchi, en la cual Roser Palatchi, madre del actual presidente de Pronovias, interpretó algunas canciones guitarra en mano.

 

 

Granada fue la ciudad en la que abrió la primera de las más de 160 tiendas que posee a día de hoy Pronovias. Cuentan que la señora Dolores Márquez de Soler quedó tan convencida del proyecto que le explicó Palatchi Ribera que colgó el cartel de Pronovias en su tienda de Granada antes de que El Suizo hiciera lo propio en el local de Paseo de Gracia.

 

 

No fue hasta 1977 cuando Pronovias dio el salto fuera de España. A mediados de la década de los sesenta, España comenzaba a verse afectada por la crisis del petróleo, un hecho que, junto a los cambios políticos que atravesaba el país, comenzaron a afectar a las ventas. La internacionalización de Pronovias llegó con una llamada a la sede de la empresa (ubicada todavía en El Prat de Llobregat, en un solar que compraron Palatchi Bienveniste y Palatchi Ribera en 1975) desde Holanda. Aquella llamada supuso el inicio de la expansión de la compañía en Europa y, más tarde, al resto del mundo.

 

 

Alberto Palatchi Ribera continúa al frente de la empresa. Pero, de nuevo, un cuatro ha marcado un punto de inflexión en la historia de Pronovias. En 2014, la compañía no sólo está celebrando su cincuenta aniversario, sino que también ha visto incorporarse a sus filas a la tercera generación de la familia Palatchi, fruto del matrimonio de Palatchi Ribera con Susana Gallardo. Gabriela trabaja ya en el departamento de márketing de la compañía, mientras el hijo mediano, Alberto, forma parte, de momento, del área de wholesale (como su abuelo y su padre, también recorre más de 2.000 kilómetros en un fin de semana con su propio coche). La pequeña, Marta, todavía está finalizando sus estudios, pero ya ha comenzado a representar a la familia en actos públicos.