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El papel de las semanas de la moda

Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociación de Creadores de Moda de España (Acme) se cuestiona sobre el sentido de las fashion weeks en el panorama actual del sector.

TRIBUNA PEPA BUENO

10 oct 2019 - 04:47

El papel de las semanas de la moda

 

 

Hay una pregunta que las firmas de diseño de moda de todo el mundo se hacen recurrentemente cada vez que se acerca el maratón de trabajo que supone hacer un desfile. ¿Merece la pena tal esfuerzo? Es la pregunta del millón, que también se traduce en abultados gastos… La respuesta suele ser afirmativa, y de ahí que sigan existiendo y aumentando la lista de fashion weeks en todo el mundo, porque un desfile (ya sea en formato tradicional o experimental) es para un diseñador lo que un concierto para un músico o una exposición para un artista plástico: la manera más eficaz de enseñar a un público potencial cuál es tu propuesta creativa, atraer su atención y crear deseo, algo esencial en el consumo de moda.

 

Para poner en negro sobre blanco las cifras de lo que comporta económicamente una acción de este tipo, en la Asociación Creadores de Moda de España (Acme) hemos hecho un estudio entre nuestros afiliados de los gastos en que se incurren para la gestación y puesta en marcha de un desfile en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

 

La conclusión es que, de media, las firmas invierten unos 75.000 euros cada seis meses, en cantidades que oscilan entre 40.000 euros y 170.000 euros, lo que supone más de dos millones de euros por edición y una importante inyección en la economía de la capital. Gastos de personal, compra de tejidos, mercería y complementos, patronaje, confección… son sólo algunas de las partidas imprescindibles, a lo que hay que sumar la contratación de agencia de comunicación, cuota de participación, escenografía, estilismo y un largo etcétera.

 

 

 

 

El impacto en la ciudad

Otra de las preguntas clave es: ¿qué suponen las pasarelas para las ciudades donde tienen lugar? En los casos de las de Nueva York, Milán, Londres o París, consideradas las más importantes del mundo, es indudable que contribuyen a crear gran parte de la atracción que estas urbes generan, y atraen a un turismo de compras que ha resultado ser básico en la bonanza económica de las mismas.

 

Moda y turismo son dos sectores que se retroalimentan, algo que capitales como París han comprendido perfectamente. Paris aime la mode, rezan unas banderolas colgadas por toda la Ciudad de la Luz durante sus fashion weeks, y es comprensible tal amor, ya que se estima en un mínimo de 400 millones de euros anuales los ingresos que comportan para su

economía local.

 

La misma pasión sienten Nueva York (la fashion week neoyorquina reportaba en 2016 a la economía de la ciudad cerca de 800 millones de euros al año) o Milán. Esta última, por ejemplo, utiliza sus palacios más emblemáticos para los desfiles, favoreciendo así la relación entre moda y turismo cultural.

 

 

 

 

Si en estos ejemplos anteriores hay una sola pasarela que representa de manera unitaria al país, en el caso de España la diversa realidad territorial de nuestro estado se refleja en el sector de la moda.

 

Madrid y Barcelona detentan sus dos plataformas de desfiles más importantes: Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y 080 Barcelona Fashion, respectivamente. Cabe destacar igualmente Gran Canaria Swimwear Fashion Week, que se posiciona como la única pasarela profesional de moda de baño europea. Además de estas, hay un sinfín de pasarelas menores diseminadas por todo el territorio, que tienen el gran valor de servir de plataformas de promoción del talento español de moda dentro de nuestras fronteras.

 

La edición de julio de 2019 de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid recibió 40.372 visitantes, mientras que 080 Barcelona Fashion, 25.000, y Gran Canaria Swimwear Fashion Week, 10.000. Pero mientras que Madrid ha empezado tan solo hace dos años a utilizar el centro de la capital como marco incomparable para albergar algunos de sus desfiles, Barcelona entendió desde hace tiempo que servirse de los enclaves emblemáticos de la urbe es parte de una estrategia global de promoción de la ciudad, en un momento en el que la visualización de estos shows a través de las redes sociales hace que las imágenes se difundan potencialmente en todo el mundo.

 

 

 

 

De hecho, la absoluta creencia en lo vital que es vincular a la ciudad con los desfiles llevó a Acme a organizar el festival Madrid es Moda, que viene repitiéndose desde 2015 coincidiendo con la fashion week. Su intención primordial es promover eventos en el centro de la capital que hagan visible la creación de moda española entre los consumidores, que es el sentido final de la pasarela.

 

“Todas las semanas de la moda funcionan como grandes máquinas promocionales que llevan gente a la ciudad, incrementando el turismo y beneficiando a la economía local”. Ariele Elia y Elizabeth Way, comisarias de la exposición Global Fashion Capitals, que albergó el Fashion Institute of Technology de Nueva York en 2015, eran así de rotundas respecto al papel de las pasarelas en la economía de las ciudades que las organizan. En España, aún tenemos que creérnoslo un poco más.

 

Pepa Bueno es directora ejecutiva de la Asociación de Creadores de Moda de España (Acme)