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¿Cortoplacismo o autenticidad?

La directora general de ESDi y Eatm repasa la digitalización y los sueños de la generación Z.

¿Cortoplacismo o autenticidad?
¿Cortoplacismo o autenticidad?
Son también muy creativos, autodidactas, con un importante sentido de colaboración.

Tribuna: Georgina Bombardó

13 oct 2023 - 05:00

La generación Z es la más digitalizada de la historia. Los jóvenes pertenecientes a esta generación han incorporado Internet en las fases más tempranas de su aprendizaje y han socializado también a través de ellas, funcionan a golpe de click.

 

 

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Lo quieren todo para ya, lo que los lleva a tener muy poca capacidad de concentración. Van a contracorriente incluso en la forma de comunicarse: ¿Emojis? Mejor personalizan ellos los stickers. Sus aspiraciones pasan por ser influencers. Otros quieren ser emprendedores y vender su start up lo antes posible para poder vivir bien.

 

El lema del vivir el ahora lo llevan a su máxima expresión, la incertidumbre les produce tristeza y quieren tener nuevas experiencias constantemente. Saben mejor que nadie que nada es permanente.

 

No tienen miedo al cambio, son flexibles y tienen identidad nómada, son inquietos y exploradores. Son también muy creativos, autodidactas, con un importante sentido de colaboración. Quieren influir, interactuar y ser escuchados. Así los definen.

 

En septiembre pude asistir a la presentación de algunos proyectos finales del Grado en Diseño de Moda de ESDi. Lo que vi se puede definir en dos palabras: pasión y personalidad. Estos estudiantes rompieron con sus primeras colecciones de moda gran parte de los clichés que tenemos preconcebidos sobre ellos.

 

 

 

 

Fue una experiencia muy gratificante, porque pude comprobar que nos sigue una generación de diseñadores con mucho talento: cuando se proponen algo, superan las expectativas. No importan las horas, semanas y meses de duro trabajo para conseguir su meta. “La ropa representa quién eres, te define. Queremos encontrar nuestra identidad, diferenciarnos. Nos gusta la autenticidad. Somos curiosos, tenemos referentes y no sólo influencers (que también). Vamos al cine y leemos libros”, me explicaba una estudiante de diseño de moda de ESDi.

 

Ella dice que les gusta comprar ropa de segunda mano, en Vinted u otras apps, y comprar en mercadillos, porque creen en la sostenibilidad de los hechos, no de las palabras. Poder adquirir piezas antiguas, especiales y exclusivas les ayuda crear su propia personalidad.

 

Se definen ellos mismos como una generación caótica en la que cada uno va un poco a la suya y busca su lugar, mientras que otros necesitan encajar en el molde, hacen lo que se espera de ellos. Tenemos varios estudiantes que trabajan duro para pagarse sus estudios, luchan por lo que les gusta y por lo que quieren.

 

 

 

 

¿Tienen sueños? Muchos, y no se conforman, aunque ven el futuro complejo y con dificultades, porque han vivido de primera mano la pandemia y saben lo que significa la frustración de un cambio de planes impuesto. Aunque la moda no es un mundo fácil y lo saben, no renuncian a luchar por lo que quieren. Ven una brisa de esperanza que les motiva a seguir esforzándose.

 

Desde los centros educativos tenemos la responsabilidad de formar a todas estas generaciones de personas llenas de sueños y también de miedos. En ESDi queremos que sean ellos mismos, ayudarlos a cocrear y a escoger su futuro, dándoles las herramientas necesarias para que las sepan utilizar adecuadamente, transformando e impactando en la sociedad a través del diseño.

 

En todo este proceso, son muchos los magníficos profesionales que se encargan de formar a estas nuevas generaciones de diseñadores, pero también las empresas y entidades que nos acompañan en esta labor. En ESDi estamos en constante conversación con ellas.

 

 

 

 

La relación universidad-empresa es nuestro pilar desde la fundación de la escuela en 1989, ya que nace desde y para la industria textil. Estamos atentos a las transformaciones del sector de la moda, intentando crear programas educativos que den respuestas a estas necesidades.

 

El Diploma de Especialización en Diseño Interactivo y Tecnologías Emergentes es ejemplo de ello, cuyo enfoque tecnológico pretende actualizar la figura del diseñador de moda incluyendo en su formación herramientas como la inteligencia artificial, el big data, la impresión 3D o la realidad aumentada.

 

Tenemos muchos retos por delante y sobre todo cosas que aprender de estas nuevas generaciones de diseñadores. Es un proceso permanente de construcción del aprendizaje.

 

Las formas tradicionales de enseñar ya no funcionan y el profesorado está constantemente buscando cómo conectar con ellas. Una de las maneras es impulsando proyectos donde el alumnado tenga que dar respuesta a problemas reales de las empresas, experimentando y explorando nuevos horizontes en los que muchas veces las marcas no han podido entrar.

 

 

 

 

Es enriquecedor para el alumnado, porque aprende a trabajar profesionalmente y no sólo en un entorno académico, pero también para las empresas, que consiguen insights de primera mano sobre la generación Z, cómo ven su marca, qué valores enfatizan o cómo pueden acercarse a ella.

 

Y las empresas se implican cediendo materiales para su experimentación, como Evlox, especializada en tejidos denim sostenibles, o proponiendo retos innovadores como el lanzado por la marca de calzado Saye, el cual consistía en diseñar una nueva zapatilla con materiales biobased, orgánicos y reciclados.

 

Este año el equipo de moda de ESDi ha implementado un método de enseñanza del que estamos muy satisfechos. Ha permitido conseguir cohesionar todo el proceso de aprendizaje de los estudiantes y, sobre todo, ha logrado incrementar su motivación e implicación.

 

Se han conectado diferentes asignaturas de segundo curso del Grado en Diseño de Moda en un proceso que ha durado meses.

 

 

 

 

Primero se seleccionó una tendencia propuesta por el Color_Lab de ESDi, el laboratorio de tendencias sociales y del color de la escuela, que representa a España en el congreso internacional del color Intercolor. Esta tendencia representó el embrión de una idea que se reinterpretó para acabar convirtiéndose en el diseño de una prenda realizada con tejidos seleccionados cuidadosamente.

 

Finalmente, con las prendas de todos los estudiantes se llevó a cabo un desfile donde presentaron la colección y en la que ellos mismos crearon el concepto de gráfica de la invitación, organizaron el evento y aprendieron a comunicarlo.

 

Además, se les ha llevado a visitar fábricas y empresas para ver en primera persona todo el proceso de producción, desde las materias primas a los acabados, preparándolos para cuando lleven a cabo sus propias colecciones. Este proceso ha permitido a los estudiantes conocer la trazabilidad de todo lo que diseñan. También la internacionalidad en el aula es uno de los aspectos más valorados por estas nuevas generaciones de diseñadores.

 

Este curso, el Grado en Diseño cuenta con más de un 40% de estudiantes internacionales de diversísimos orígenes, los cuales podrán ya disfrutar de una nueva zona de talleres de confección y moda que acabamos de inaugurar en el campus.

 

Tener toda esta diversidad de culturas en un mismo entorno enriquece mucho el proceso colectivo de aprendizaje y sube el nivel en el aula. Y contribuye (¡y de qué manera!) a conseguir lo que toda esta generación de diseñadores de moda tanto persigue: la autenticidad.

 

 

 

Georgina Bombardó es directora general de ESDi y Eatm.