Entorno

Scrap, ¿y ahora qué?: segunda mano, capacidad industrial y financiación

La Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado, primer scrap del sector en España, echó a andar el año pasado. La legislación se acerca y la entidad debe comenzar a afrontar los retos del reciclaje.              

Scrap, ¿y ahora qué?: segunda mano, capacidad industrial y financiación
Scrap, ¿y ahora qué?: segunda mano, capacidad industrial y financiación

Celia Oliveras Castillo

29 abr 2024 - 05:00

Ya está (casi) todo listo. Ha empezado la cuenta atrás que obligará a todos los productores de la industria textil y del calzado a hacerse responsables de la recogida y reciclaje de sus productos. Antes de 2025 el sector debe estar preparado para recoger los artículos (prendas, zapatos, bolsos, complementos, etc.) que diariamente pone en el mercado. Con los sistemas de reciclaje de Reino Unido y Países Bajos alertando de un posible colapso, y la fecha límite cada vez más cerca, ¿está la industria preparada para recoger y gestionar el volumen de artículos actual? ¿qué pasará con todo lo que se recoja? ¿cómo se estructuran estos sistemas?

 

Para poder enfrentar el reto de no pequeñas dimensiones, los grandes distribuidores de la industria crearon el año pasado el primer scrap de la moda en España: la Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado. Mientras la entidad prepara una primera prueba piloto y define cuál será su funcionamiento, tres grandes retos se ponen sobre la mesa.

 

El primero, la falta de cultura de segunda mano: si el primer camino de toda prensa que se recicla debe ser volver a ser usada, ¿existe demanda suficiente en España? ¿Si no se consumo en Europa, podrá enviarse a otros países? El segundo, la capacidad industrial: ¿está el mercado preparado para gestionar industrialmente toda la ropa que se recoja para convertirla en nueva materia prima? El tercero, las características técnicas del producto reciclado: ¿quieren los diseñadores y las marcas trabajar con producto reciclado? ¿Aunque se genere nueva materia prima, esta será utilizada?

 

 

Segunda mano

Cada año se confeccionan 100.000 millones de prendas en todo el mundo, según los últimos datos de Global Fashion Agenda. Esta cifra además se prevé que siga aumentando, y la Unión Europea estima que para 2030 se produzcan hasta 145 millones de toneladas de textiles.  

 

Para crear un sector circular, tal y como se está exigiendo con fuerza desde Bruselas, no basta con reciclar todo lo que se produzca. La media de vida de una prenda de ropa no suele superar a día de hoy los dos años, por lo que el primer paso de la industria debe pasar por alargar el uso de estos artículos lo máximo posible.

 

Según el último informe de Refashion, el scrap francés que está operativo en el país desde hace cuatro años, el 59,9% de las prendas de ropa que recolectaron y clasificaron son aptas para reutilizarse. De esa cantidad, menos del 10% se venderá en Francia, según la propia entidad, mientras el resto será enviado a otros países.

 

 

 

A nivel global, el consumo de ropa de segunda mano ha aumentado exponencialmente en los últimos años, especialmente entre la población joven. La venta de artículos de segunda mano creció hasta un 79% en España en 2022, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmc), y un 54% de los consumidores nacionales está dispuesto a adquirir artículos de segunda mano, un porcentaje que se eleva hasta el 58% entre los más jóvenes. El último informe del scrap, además, asegura que seis de cada diez españoles utilizan textiles de segunda mano, y hasta uno de cada tres consumidores ha dado una segunda vida a más de cinco prendas en el último año.

 

“La reutilización de textiles y calzado para la misma función para la que fueron diseñados inicialmente continúa siendo la opción de recuperación preferida”, asegura Refashion en su último informe de actividad. “Uno de los primeros pasos de la entidad pasa por dar soluciones e informar a los consumidores de cómo pueden actuar desde un consumo responsable a utilizar las herramientas que estarán a su alcance, y para eso necesitamos generar un sistema que sea fácil”, asegura Íñigo García Fernández, representante del Scrap y director de Europa Occidental en Decathlon, uno de los grupos fundadores de la organización.

 

 

 

 

 

 

Capacidad industrial

El segundo gran reto del nuevo Scrap, que echó a andar oficialmente a principios de abril, pasa por clasificar y reciclar todo el volumen de prendas que existe actualmente en el mercado, uno de los grandes problemas de los modelos de otros países. Refashion informó que en 2022 recogió un total de 260.430 toneladas de prendas textiles (3,9 kilogramos por habitante). De ese total, sin embargo, únicamente fueron clasificadas 187.609 toneladas. La entidad no especifica qué sucede con el resto de los productos.

 

“En España contamos con la base necesaria para generar uno de los modelos de reciclaje más competitivos”, asegura García, que pone en valor el ecosistema de grandes industrias recicladoras que existen en España hoy en día. Para evitar una situación similar a la de Francia, el Scrap español textil apuesta por un modelo basado en una red única que coordine a todos los actores implicados en el proceso.

 

Este modelo, según explica García, funcionará a través de un primer sistema de recolección, otro de separación de los textiles según su destino (reventa o reciclaje), y un último paso destinado al reciclaje per se de los artículos, según las metodologías necesarias para cada composición. A pesar de que el Scrap tan solo puede componerse por productores textiles, el objetivo de la entidad es crear un modelo “integrador” por el que los scraps coordinen a todos los actores, lo que además asegura una mayor trazabilidad en todo el proceso.

 

 

 

 

“Estamos esperando a que se cierre el marco global, pero ya tenemos un primer modelo único e integrador que se irá adaptando paulatinamente a las necesidades”, añade García. Para ello, la entidad va a poner en marcha un primer modelo de prueba en algunos municipios, durante aproximadamente un año, antes de que comience la obligatoriedad de la legislación europea.

 

La cantidad de ropa que existe actualmente en el mercado, sin embargo, supera la capacidad de muchos de los sistemas europeos de reciclaje, que hasta el momento han exportado gran parte de los residuos fuera del continente. Recientemente, las patronales de reciclaje de Reino Unido y Países Bajos alertaron de un posible colapso de sus instalaciones ante el gran volumen de prendas que están recibiendo.

 

Para evitar esta situación, en octubre se comenzó a impulsar un primer modelo de una red de reciclaje a través del proyecto Rehubs. La iniciativa aspira a crear una red de 250 centros industriales en Europa (incluyendo plantas de recogida y reciclaje fibra a fibra) que sea capaz de reciclar hasta 2,5 millones de toneladas de residuos textiles en 2030.

 

 

 

Financiación

La financiación de estos sistemas es otra de las incógnitas que enfrenta el sector. La legislación europea establece que son los productores los responsables de las prendas que ponen al mercado, una responsabilidad que se traduce en la financiación de los procesos necesarios para que estos artículos sean recogidos, seleccionados y reciclados.

 

Los scraps de otros países han solucionado esta financiación a través de ecotasas, que todas las empresas deben pagar como parte de su adhesión al scrap. La Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado, que cuenta con un total de diez miembros fundadores y un número indeterminado de adheridos, todavía no cuenta con esta tasa obligatoria, aunque García asegura que está trabajando en la definición de un modelo financiero “justo”.

 

 

 

 

“La responsabilidad no es la misma para un gran productor que para uno de tamaño medio o pequeño, por lo que habrá que adaptar el sistema según el volumen de producción”, explica el directivo, sin caer, sin embargo, en eliminar toda la responsabilidad de las pequeñas y medianas empresas.

 

Actualmente el scrap textil se compone de sus diez socios fundadores (Inditex, Decathlon, H&M, Ikea, Kiabi, Mango y Tendam), a los que se han añadido Primark, Sprinter y El Corte Inglés. Estas empresas forman parte del consejo de la entidad. Además, el futuro del Scrap pasa por las compañías adheridas, que sin tener que entrar a formar parte de la entidad, podrán adheririse a ella y pagar la tasa correspondiente.

 

Para 2025, la legislación europea prevé que todos los productores textiles estén como mínimo adheridos a un scrap.

 

 

Calidad textil

El gran problema al que se ha enfrentado el sector del reciclaje es la calidad de los tejidos resultantes. En el caso del reciclaje mecánico, los procesos de triturado de las prendas para crear nuevos textiles acortan la fibra, lo que empeora su calidad y resulta en tejidos con peores cualidades. Este hecho deriva en que los equipos de producto de las marcas no quieran utilizar este tipo de tejidos, pues condiciona la apariencia de las prendas.

 

Este problema se soluciona mezclando estas fibras recicladas con otras vírgenes. El reciclaje químico, por otro lado, permite mantener la calidad del tejido, pero los procesos a día de hoy todavía no han alcanzado una escalabilidad que permita dar respuesta al volumen actual del mercado.

 

García asegura, sin embargo, que a pesar de que la calidad de los sistemas de reciclaje no está preparada, “todavía existe un volumen muy grande de prendas en el mercado” que no necesitan tener una apariencia determinada, como son los forros interiores o rellenos de prendas. “Hasta llegar a este techo quedan muchos años, y hasta entonces la tecnología y la calidad de las prendas resultantes habrá aumentado enormemente”, confía García.