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Andrew Martin (Sustainable Apparel Coalition): “La transparencia debe ser una norma estándar del sector”

Andrew Martin es vicepresidente de la Sustainable Apparel Coalition (SAC), proyecto que reúne a más de 250 compañías de la industria textil con el objetivo de facilitar el análisis de su impacto medioambiental con una serie de medidores.

Modaes

22 sep 2021 - 04:53

Andrew Martin (Sustainable Apparel Coalition): “La transparencia debe ser una norma estándar del sector”

 

 

“La palabra clave es confianza”, declara Andrew Martin, vicepresidente de la Sustainable Apparel Coalition (SAC) desde hace un poco menos de un año. La confianza por parte del consumidor, las instituciones financieras y la legislación es lo único que puede empujar a la industria textil hacia la verdadera sostenibilidad, según explica el británico, que busca convertir la transparencia en una regla “estándar del sector”. Para ello, la SAC, que incluye a más de 250 empresas de la industria, entre ellas Levi’s, Nike, Camper o Patagonia, ofrece una serie de herramientas de medición de impacto medioambiental bajo el nombre de Higg Index.

 


Pregunta: ¿Cómo definiría sostenibilidad?


Respuesta: Existe una definición clásica que habla del desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades, lo cual es correcto si lo miramos desde un punto de vista holístico. No se trata sólo de las necesidades básicas de las personas, como la comida y el refugio, sino también de las necesidades emocionales, psicológicas e incluso espirituales. En última instancia, se trata de garantizar el bienestar, tanto de la Tierra como de la humanidad. Para la SAC, esto se traduce en nuestra visión, que es una industria global de bienes de consumo que da má más de lo que coge de la gente y su planeta. 

 

 

P.: ¿Es mejor comunicar los errores que no decir nada?


R.: No hay otra opción que ser transparentes y comunicar nuestro impacto como empresas. Muy pronto, esto se va a convertir en algo casi obligatorio para poder operar, ya está sucediendo en muchos niveles diferentes. En primer lugar, la legislación está cambiando. Hace tan solo dos semanas, Alemania aprobó una ley de diligencia de cobertura que exige a las grandes empresas identificar y abordar, de forma regular y sistemática, los derechos humanos y los riesgos medioambientales en la cadena de suministro. Por otro lado, el sector financiero también quiere conocer el funcionamiento de la empresa, en términos de gestión de riesgos y oportunidades. Los inversores toman cada vez más decisiones de inversión basadas en los resultados sociales y medioambientales de las empresas. Pero la clave son los consumidores. Hace poco, la WWF encargó un informe que se publicó en mayo y mostraba unas cifras increíbles. Un asombroso aumento del 71% en la popularidad de las búsquedas de productos sostenibles en los últimos cinco años, con un crecimiento continuo durante la pandemia. 2020's Business of Fashion, un informe de McKinsey, muestra que el 66% de los encuestados y el 75% de los millennials valoran la sostenibilidad a la hora de hacer cualquier compra. Ese informe muestra lo importante que es crear confianza y transparencia con los consumidores.

 

 

 

 

 

 


P.: A los consumidores les interesa la sostenibilidad, pero ¿toleran que una empresa les diga “no he podido hacer esto” en cuanto a la sostenibilidad?


R.: La clave para tolerar los errores es crear confianza, es decir, comunicar los resultados y el impacto. No obstante, para crear esa confianza es necesario utilizar datos científicos de forma estandarizada y que los consumidores puedan entender y apreciar. De hecho, esto forma parte del programa de transparencia de la SAC, que hemos puesto en marcha hace poco y a través del cual operadores como H&M y Verona están comunicando el impacto medioambiental de los materiales de las prendas que venden. La palabra clave es confianza. Estamos estableciendo la transparencia como una regla estándar del sector, recomendamos a las marcas que no declaren que su ropa es sostenible con afirmaciones vagas, sino con datos reales. En este marco, (los consumidores) tendrán la oportunidad de evaluar si un error es un error o si se trata de un problema sistémico, pero la confianza es la clave para ello.

 

 

 

 

P.: La moda tiene cadena de suministro larga y compleja. ¿Existe algún impedimento para mejorar la sostenibilidad?


R.: Muchas empresas tienen una relación con los suministros de tier 1 o de tier 2, pero no pueden trazar la cadena más allá de éstos, y no tienen una comprensión clara de cada una de las etapas. El reto es enorme y demasiado grande para una sola empresa. Esa es una de las razones por las que se fundó la SAC. Para estandarizar, creamos el Higg Index, un set de herramientas que permite medir el impacto medioambiental de distintas empresas con un mismo sistema, lo que aporta consistencia en los resultados. De este modo, podemos empezar a abordar los problemas que tenemos colectivamente. Así, también se reducen las cargas en las cadenas de suministro. En lugar de que diferentes empresas pidan diferentes informes, evaluaciones o auditorías, ahora hay una de común para la industria.

 

 

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P: ¿Es siempre más sostenible la producción local?


R.: No lo es por defecto. Hay tanto por hacer en las cadenas de suministro y tantos impactos que abordar… Existen casos reales en los que la industria de la confección ha tenido impactos positivos. Tomemos el caso de Bangladesh, donde se han producido mejoras muy claras en el nivel de vida, en la asistencia sanitaria y en otros beneficios sociales. Eso no quita los problemas reales de seguridad en los edificios. Sabemos que todavía hay que seguir trabajando. No se trata necesariamente de que sólo la producción local sea sostenible, mientras produzcas vas a tener un impacto dondequiera que sea, y el objetivo es disminuir los impactos negativos y aumentar los positivos. El tipo de materiales que se eligen para producir es una de las mayores formas de cambiar el impacto en el medio ambiente dondequiera que se produzca. Según la EPA de Estados Unidos, entre el 70% y el 80% del impacto medioambiental se produce durante la fase de diseño y desarrollo. Por ello, la SAC ha desarrollado herramientas como el Higg Product Module, cuya última versión se lanzó la semana pasada y ayuda a los diseñadores a evaluar el impacto total de los productos que diseñan, ya sea a nivel local o en el resto del mundo.

 

 

P.: ¿Qué papel tienen las grandes empresas en la transición hacia la sostenibilidad?


R.: En 2009, Walmart y Patagonia tuvieron una idea radical: reunir a la industria en un espacio precompetitivo, con el objetivo de desarrollar un lenguaje común para aumentar el rendimiento de la sostenibilidad. Así que fundamos la SAC, pensando en que, si hacemos que todas las empresas, grandes y pequeñas, compartan y colaboren en impulsar un cambio positivo real, seremos capaces de armonizar cómo se mide el impacto en toda la industria. Esto se ha convertido en algo muy importante y permite aprender los unos de los otros, tanto si eres grande como si eres pequeño. Para diferentes retos, diferentes soluciones. La paz colaborativa es fundamental.

 

 

P.: ¿Necesitan las empresas nuevas capacidades en sus departamentos? 


R.: La sostenibilidad afecta a todas las áreas de la empresa: desde el diseño hasta las finanzas y el márketing. Para nosotros se trata de integración. En la SAC no sólo proporcionamos herramientas como el Higg Index, sino que contamos con una comunidad global de expertos de la industria que pueden proporcionar asesoramiento, apoyo técnico y la oportunidad de colaborar y trabajar juntos. Hemos desarrollado todas nuestras herramientas colectivamente, hechas por la industria y para la industria. Como parte de la SAC, se dispone de esta comunidad de expertos, así que no es necesario tenerlos en la propia organización.

 

 

P.: En un futuro en el que la moda sea completamente sostenible, ¿dejarán de ser necesarios los responsables de sostenibilidad?


R.: Si la industria de la moda es realmente sostenible, entonces no, porque pasará a ser el rol de cada empleado en la compañía operar con el enfoque de la sostenibilidad. Desde los diseñadores a los vendedores, contables, etc. En el caso de nuestra herramienta Higg Brands and Retailers, que todos los miembros de la SAC tienen que utilizar para evaluar el impacto social y medioambiental de su negocio, muchas empresas me han comentado que completarlo es difícil y lleva tiempo. Uno de los mayores retos a los que se enfrentan para rellenarlo es comunicarse con numerosos compañeros en departamentos diferentes. La información que hemos recibido es que muchos de ellos consideran que es una herramienta increíblemente útil porque envía el mensaje a toda la organización. Así que, cuando la industria sea totalmente sostenible, espero que la sostenibilidad esté presente en la mente de todos los empleados y que piensen que están dando más de lo que están recibiendo, mientras hacen su trabajo.