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Ariadna Cererols: “Hasta 2030 no veremos reciclaje posconsumo a escala”

La directora de Triturats La Canya, compañía centenaria pionera en el reciclaje textil en España, considera que aún falta una década antes de que el uso del textil posconsumo forma parte del día a día del consumidor, “siendo optimista”, señala.

Ariadna Cererols: “Hasta 2030 no veremos reciclaje posconsumo a escala”
Ariadna Cererols: “Hasta 2030 no veremos reciclaje posconsumo a escala”
Ariadna Cererols es la directora de Triturats La Canya, compañía pionera en el reciclaje textil en España.

Modaes

3 mar 2023 - 05:00

Una carrera de obstáculos. Así es como describe Ariadna Cererols, directora general de Triturats La Canya desde 2013, el camino que tiene por delante la industria del reciclaje textil posconsumo. La nueva legislación europea será y ya está siendo un gran propulsor para su avance, señala la ejecutiva, pero aún faltan dos años antes de que se aprecien los cambios reales y el sector tendrá que esperar hasta 2030 para que encuentre sitio en el día a día del consumidor, y eso es “siendo optimista”, señala Cererols. La directiva, licenciada en Administración de Empresas por Esade y MBA de Márketing de Lujo en EDC-Isml, pasó dos años y medio en Louis Vuitton antes de ponerse al frente de Triturats La Canya, compañía catalana de casi cien años de recorrido precursora en el reciclaje textil en España. Cererols pronostica que España tiene todo lo que necesita para convertirse en uno de los principales hubs de este sector en Europa, aunque el camino no será fácil.

 

 

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Pregunta: ¿Cómo ha cambiado la percepción del reciclaje desde que empezaron?

 

Respuesta: Bastante. La empresa tiene casi cien años y, en las últimas décadas, hemos estado no escondidos, pero un poco en las sombras; ahora estamos de moda. A partir de 2025, el sector del reciclaje y, sobre todo, el reciclaje textil estará en auge. Tenemos muchas más visitas, mucho más interés por parte de grupos de la industria. Lo bueno es que se empieza a conocer el sector, un sector que trabaja desde hace mucho tiempo.

 

 

P.: ¿Hay suficiente materia prima para la demanda actual de textil posconsumo?

 

R.: De posconsumo no, estamos en una frase muy embrionaria. Por suerte hay muchas empresas productoras que son pioneras y están invirtiendo dinero para que todo funcione y avance. Pero, a nivel de posconsumo, aún se debe gestionar de una forma más eficiente.

 

 

R.: ¿Qué rol tienen lo distribuidores en esta transformación del sector?

 

P.: Precisamente su demanda hacia nosotros es la que hace que el sector se mueva. Nuestro cliente siempre nos va a pedir producto posconsumo, pero la demanda tiene que venir de los productores, sin ellos, no hay avance en el resto de la cadena. Tienen que concienciarse de que va a ser una realidad.

 

 

P.: ¿Ya notan un aumento de la demanda?

 

R.: Sí, cada vez hay más demanda de nuevas pruebas, más avances, más interés… Eso es lo que hará que evolucione el tema.

 

 

 

 

P.: ¿El posconsumo tendrá algún día la calidad suficiente para sustituir al virgen?

 

R.: No. Para sustituirlo, no. Para añadir, mezclarse con y complementar al virgen, sí. Y ahí es donde tenemos que ir, la idea no es sustituir: la fibra posconsumo es más corta, está más desgastada, las propiedades para su posterior uso son diferentes y de una calidad más baja. Puede complementar a la virgen si sabemos trabajarla, seleccionarla, gestionarla y aplicarla correctamente, pero siempre estará presente el preconsumo, el algodón virgen es necesario.

 

 

P.: ¿Se imagina un mundo en el que dejaremos de cultivar algodón?

 

R.: Espero que no. El algodón no es eterno, con esta nueva legislación europea intentaremos usarlo tantas veces como sea posible, pero siempre necesitaremos el algodón virgen, llegará un punto en el que no se podrá reutilizar más sin un buen refuerzo.

 

 

P.: ¿Cuánto tiempo tardaremos en ver el posconsumo a escala?

 

R.:  Siendo optimistas, en 2025 habrá avances, pero hasta 2030 no lo veremos a gran escala, como pronto. Al menos habrá avances, se empezará a manipular y a utilizar más.

 

 

P.: ¿Cuál es la principal barrera que existe ahora mismo para este uso generalizado?

 

R.: La escasez de materia prima posconsumo para empezar a hacer producciones industriales. Si lo piensas, ¿el producto posconsumo de dónde viene? Es el excedente, ropa usada, es todo el sobrante de la industria textil. Se pueden controlar las cantidades y la variedad sólo hasta cierto punto, si un cliente te pide 2.000 kilogramos de algodón crudo, no es tan fácil conseguirlo como con el textil virgen, porque si no llega en los contenedores, tardaremos en entregar el pedido. Por eso, es muy importante tener una cadena de suministro no sólo española, sino europea, para abastecer y dar continuidad del sector posconsumo.

 

 

P.: Es un material impredecible, entonces.

 

R.: Sí, es incontrolable e incierto. También hay modas, si se pone de moda el rojo, no llega rojo a las plantas de gestoras de residuos, allí hay una barrera. La otra barrera que existe es a nivel cualitativo y de aplicación, pero, en los próximos años, toda la industria textil vamos a descubrir las fórmulas para y avanzar.

 

 

P.: ¿Hay barreras tecnológicas?

 

R.: Sí, pero se están trabajando. Como las barreras en la selección, porque el producto viene mezclado, muchas veces incluso sin etiqueta. El segundo problema es la manipulación, todas las prendas que llevamos tienen brillantes, cremalleras, botones, logotipos… para el upcycling necesitamos que el producto venga limpio. Al final, se pueden retirar manualmente, pero, si queremos que esto vaya a un ritmo más industrial, necesitamos que se rompan estas barreras. También se puede solucionar en diseño, pero hasta que la responsabilidad no recaiga en el productor, no se implementará el ecodiseño. Tiene que haber más gestores de residuos especializados en textil, a partir de 2025 se obligará a que todo el residuo textil sea reciclado o reutilizado, así que necesariamente harán falta estos operadores.

 

 

 

 

P.: ¿Cómo se puede mejorar el suministro, más allá de la clasificación, sino de la recogida?

 

R.: Muchas empresas que ahora están derivando directamente su excedente al banal tienen que derivarlo al gestor textil para su posterior aprovechamiento.

 

 

P.: Pronto, gran parte de la responsabilidad de este proceso será de las marcas. ¿Se les están acercando?

 

R.: Las marcas tienen ganas y están implicadas, lo que permitirá que todo esto sea una realidad pronto.

 

 

P.: ¿Vamos a llegar a tiempo a cumplir con lo que nos pide Europa?

 

R.: Estaremos cerca, pero nos va a faltar un poco, no llegaremos a tiempo.

 

 

P.: Toda esta transformación generara la creación de una nueva cadena de valor. ¿Qué rol puede tener España?

 

R.: Aún conservamos gran parte de la industria textil, en cuanto a variedad, tenemos trituradores, hiladores, tejedores, confeccionistas, acabadores… Somos muy ricos en este ámbito. Con lo cual, gestionándolo bien, nos vamos a convertir en uno de los principales hubs europeos de reciclaje textil.

 

 

P.: ¿El precio dejará de ser una barrera?

 

R.: El precio del producto posconsumo va a ser un poco más alto, no creo que mucho más. Si se hace de una forma sin especulaciones, será mas alto, pero porque hay mas trabajo en el proceso, igual que pasa en todas las industrias.

 

 

P.: Siempre que se habla de relocalización, se habla de un freno: el talento. ¿La gente ya no quiere trabajar en la industria textil?

 

R.: Durante muchos años, la industria textil ha estado escondida, no tenía importancia. Por eso, ahora hay muy poca gente que quiera ser ingeniera textil o dedicarse a la industria. Ahora, a raíz de la nueva legislación y de la nueva visibilidad del sector, vuelva a surgir talento, formaciones y gente que se quiere dedicar a ello. Es un sector donde hay mucho por hacer y es muy interesante. Es un buen momento, la legislación llevará a la transformación del sector, sólo a nivel textil, también es un cambio social y medioambiental y dará trabajo a muchísimas personas…

 

 

 

 

P.: Se debe tener en cuenta a otro actor clave: el cliente, el que debe proveer de ropa. ¿Cómo se le integra en esto?

 

R.: Va a venir solo. Al principio todos los residuos iban al mismo sitio, luego empezamos a reciclar, ahora ya lo hacemos todo de forma automática. A medida que se vaya reciclando más el textil, el propio cliente conocerá los límites y cogerá más conciencia.

 

 

P.: ¿Qué echa en falta de la regulación?

 

R.: Flexibilidad y agilidad, sobre todo en el área burocrática. Es lo que a veces dificulta el avance de los proyectos.

 

 

P.: ¿Comparado con otros países, falta apoyo de las autoridades?

 

R.: Sí, hay muchas barreras, falta que las cosas sean un poco más fáciles. Hacerlo más rápido no significa hacerlo mal, hay que avanzar para que todo sea más ágil.

 

 

P.: A diez años vista, ¿cómo se imagina esta nueva cadena?

 

R.: Si volvemos a hablar entonces, hablaremos de otro tema, esto ya funcionará solo y funcionará bien. No es difícil, sólo hay que establecer cómo hacerlo, de qué forma, dónde aplicarlo… Pero cuando esto esté hecho, si todos colaboramos, tanto industria como legislación, la cosa saldrá sola.