Entorno

Shanghái era una fiesta: Asia Pacífico copa el 40% del negocio de la moda europea

Europa occidental, donde tienen sus sedes las grandes compañías del continente, sólo concentra un 29,4% de su negocio. La moda es el cuarto sector más expuesto a los mercados emergentes.

I. P. G.

21 jun 2021 - 04:54

Shanghái era una fiesta: Asia Pacífico copa el 40% del negocio de la moda europea

 

 

Ni París, ni Milán, ni Londres ni Nueva York. Los reyes de la moda europea, con sede en las denominadas capitales del sector, generan el grueso de su negocio en metrópolis como Pekín, Jakarta, Hong Kong o Nueva Delhi. Asia Pacífico representará este año más de un 40% del negocio de los grandes grupos cotizados de la moda europea, más que en ningún otro mercado en el mundo, según estimaciones de Morgan Stanley realizadas en su último informe Global Exposure Guide.  

 

De cada cien euros que ingresan las compañías europeas de moda, 43,4 euros proceden de mercados emergentes. Sólo los semiconductores, con una cuota del 65%; la energía, con un 60%, y los artículos de cuidado personal, con un 47%, tienen más exposición a los mercados emergentes que la moda.

 

En su conjunto, la bolsa europea es una de las más globales del mundo desarrollado, generando el 54% de sus ingresos fuera de su mercado local. Los mercados emergentes concentran casi un tercio, mientras que Estados Unidos copa sólo un 21%, aunque ha ganado peso en los últimos años.

 

 

 

 

La española es la bolsa más doméstica, mientras que Portugal, Austria y Noruega son los que más exposición tienen a los territorios en desarrollo y Países Bajos y Suiza, los más dependientes de Estados Unidos.

 

Vender en mercados emergentes supone capitalizar el potencial de territorios de rápido crecimiento, llegar a las mayores bolsas de clientes del mundo y aumenta la diversificación incluso en crisis globales como la del Covid-19. Sin embargo, también aumenta la exposición a riesgos como los tipos de cambio o la inestabilidad económica, social y geopolítica.

 

En el caso de la moda, la mayoría de la exposición procede de Asia Pacífico, que concentra un 41,1% del total de ventas del sector. Sólo en China se generan un 25% de las ventas totales, muy por encima de la media de todas las compañías europeas, que se sitúa en el 7,7%. En cambio, en su mercado más próximo, Europa occidental, la moda apenas genera un 29,4% de sus ventas anuales.

 

El peso del mercado doméstico es todavía menor, de apenas el 15,1%. Aunque la moda es un sector altamente globalizado, otras seis industrias le superan en tasa de internacionalización: la industria energética, los semiconductores, las farmacéuticas, las tecnológicas y las compañías de cuidado personal generan todavía menos porcentaje de sus ventas en su mercado local.

 

 

 

 

 

 

En Norteamérica, el otro gran mercado maduro, el peso no llega al 21,4%. En el resto de territorios, la cuota no llega al 5%: la Europa emergente representa un 2,3%; Oriente Próximo y África, un 2,3% y Latinoamérica, un 3,6%.

 

En la partida de costes, el reparto se invierte:              Europa, excluyendo Reino Unido, representa un 52,7% del gasto de las compañías europeas de moda, mientras que sólo un 20,8% se realiza en Asia. Estados Unidos concentra otro 12,7% y Reino Unido, un 9,2%.

 

La diversificación geográfica fue clave para las empresas de moda en la Gran Recesión: aquellas con más exposición a China o Australia, mercados que sufrieron menos el golpe de la crisis, lograron compensar el desplome de ventas de Europa o Estados Unidos.

 

Ahora, la tendencia se repite. Aunque la pandemia ha sido global y las restricciones se han extendido de Japón a Canadá, la recuperación está yendo a distintas velocidades y mientras empresas chinas y estadounidenses superan ya ampliamente los niveles de facturación de 2019, las europeas siguen sufriendo.