Entorno

Radiografía del lujo en Europa

S. Riera

11 dic 2014 - 04:57

 

 

El lujo es uno de los motores económicos en Europa. El sector generó en 2013 una cifra de negocio de 790.000 millones de euros y empleó a 1,7 millones de trabajadores en todo el mundo. Europa es uno de los epicentros de este negocio que, de ser un mercado de consumo, como puede serlo Francia o España, sería el séptimo de la Unión Europea y ocuparía la posición número veinte en el ránking mundial.

 

Los bienes de consumo personal, en los que se incluye la moda y la perfumería, generaron el año pasado una cifra de negocio de 218.000 millones de euros y es la segunda partida en ventas por detrás del sector de los coches de lujo. Por detrás se encuentras los hoteles, los vinos y las bebidas espirituosas, la alimentación, el mobiliario y las embarcaciones de recreo.

 

En cuanto al empleo, todo el lujo generó 1,7 millones de puestos de trabajo en 2013, de los cuales 1,1 millones de empleos fueron directos. En los últimos tres años, el sector incrementó el número de trabajadores un 12%, según el informe presentado por la European Cultural and Creative Industries Alliance (Eccia) al Parlamento Europeo.

 

El lujo, que sigue defendiendo su aura como su principal activo, sostiene su razón de ser en la calidad y, en consecuencia, en la elección de los proveedores y en su producción. El sector trata de marcar distancias con los segmentos premium y mass market argumentando que, a diferencia de ellos, sus relaciones con los proveedores son a largo plazo y que destinan recursos a la formación de una mano de obra muy especializada.

 

Los proveedores del lujo se caracterizan por ser empresas de pequeñas dimensiones, con un máximo de diez trabajadores. En el caso de la moda en Francia, por ejemplo, el 80% de los proveedores de las firmas de lujo tiene menos de cuatro empleados.

 

En cuanto a la distribución, el lujo trata de posicionarse a través de la selección de los puntos de venta. La apuesta del sector es reforzar todavía más el canal monomarca, con el objetivo de que su peso en el total de las ventas pase de ser el 31% actual al 40% en 2020. Por otro lado, en el canal online, el lujo incrementará su negocio del 5% actual al 14% en 2020.

 

El comercio exterior del lujo alcanzó en 2013 los 547.000 millones de euros. Las exportaciones europeas representan el 62% situándose en 339.000 millones de euros. En el total de las ventas europeas al exterior, el peso del lujo es el 17%.

 

El lujo, a diferencia de otros segmentos, refuerza su expansión internacional gracias al turismo. El grueso de sus clientes de Latinoamérica, el sudeste asiático, Europa del Este, Oriente Medio o algunas zonas del oeste y el sur de África son consumidores que viajan a Europa para comprar sus productos.

 

 

Retos: piratería, distribución y artesanía

El impacto de la piratería en el lujo podría oscilar en los próximos cinco años podría generar, en el peor de los escenarios, pérdidas de hasta 75.000 millones de euros, además de destruir 172.00 puestos de trabajo y dejar de cotizar 24.000 millones de euros. El sector, uno de los más sensibles a la piratería, exige a las administraciones legislaciones más duras para penalizar estas prácticas.

 

Por otro lado, la pérdida de control sobre la distribución es uno de los factores que puede poner en jaque a esta industria. Se calcula que este fenómeno podría repercutir en pérdidas de hasta 110.000 millones de euros y una disminución de puestos de trabajo de hasta 252.000 trabajadores menos, además de reducir la recaudación de impuestos en 36.000 millones de euros.

 

Por último, políticas que perjudicaran de manera negativa el aura del lujo podrían tener un impacto negativo de hasta 50.000 millones de euros y podrían repercutir en 115.000 puestos de trabajo, además de que se dejaran de ingresar en impuestos un total de 17.000 millones de euros.

Además, el sector exige también a las administraciones que legislen a favor de una mayor apertura comercial en la línea de bajar las tasas arancelarias sobre estos bienes, sobre todo porque el turista es uno de sus principales clientes. El lujo calcula que, en el caso de que las tasas arancelarias disminuyeran un 10%, la industria ganaría hasta 6.000 millones de euros más, generaría unos 14.000 puestos de trabajo y destinaría a los erarios públicos un total de 2.000 millones de euros.

 

 

Dinamizador económico en el lujo y la industria

No hay cifras concretas, pero el lujo constata que el turismo genera un elevado porcentaje de sus ventas totales. En este sentido, el sector defiende que la adquisición de bienes de consumo es uno de los principales motivos que invita a los ciudadanos a viajar.

 

Los ciudadanos que más gastan en turismo de compras son los chinos, los rusos, los estadounidenses, los kuwaitíes y los japoneses. Sólo los consumidores chinos realizan el 29% de todas las compras de bienes de consumo de lujo, de los cuales, dos terceras partes se realizan fuera de su país y una quinta parte se efectúa en Europa. De hecho, las compras motivan a viajar al 82% de los turistas chinos.

 

Por otro lado, la producción de bienes de lujo acaba traduciéndose en la creación de clústers muy especializados. En el caso de los artículos de consumo personal, la localidad alemana de Glasshutte se ha erigido como uno de los principales clústers de la relojería o las ciudades italianas de Brenta y Florencia, en la fabricación de calzado y artículos de piel.