Entorno

Industria 4.0: cómo la tecnología se ha instalado en el centro de la ‘supply chain’

Si en la primera revolución industrial la máquina de vapor fue la protagonista, en la segunda la electricidad y en la tercera la automatización, la cuarta estará marcada por la introducción de inteligencia artificial, digitalización y big data.

C. Juárez

28 mar 2022 - 04:58

Industria 4.0: cómo la tecnología se ha instalado en el corazón de la ‘supply chain’

 

 

Redefinir el sourcing tras la pandemia se ha convertido en unos de los principales retos de la industria de la moda ante la urgencia de la sostenibilidad y la necesidad de diversificar riesgos y tejer relaciones más sólidas con los proveedores. En este nuevo Insight, patrocinado por Lectra, Modaes.es repasa las claves de la cadena de aprovisionamiento de la moda a escala global y aborda la situación de los principales hubs de producción del sector y las materias primas.

 

 

La primera revolución industrial, en el siglo XVIII, vino de la mano del uso de la máquina de vapor; en la segunda, a principios del XIX, el protagonista fue la electricidad y la producción en cadena; la tercera revolución industrial, en la década de los años setenta del siglo pasado, estuvo marcada por la automatización parcial y nuevos sistemas tecnológicos, y la cuarta, la actual, por la inteligencia artificial, la digitalización y los datos.

 

En moda, un sector ya de por sí vertiginoso, la nueva revolución industrial, o Industria 4.0, pasa por conectar toda la cadena de valor para avanzar y convertirse en una industria de calidad y verdaderamente competitiva. Pero, para ello, es imperativo dominar el uso de los datos con el objetivo de avanzar en la velocidad de los procesos, su control y su trazabilidad.

 

“Tradicionalmente, el negocio de la moda se había basado en sistemas informáticos fragmentados y, con ello, si cabe, en datos aún más fragmentados”, explica Rodrigo Siza, director general de Lectra en España. “Por eso, para poder capitalizar los datos de los consumidores en este nuevo paradigma que reclama inmediatez y, sobre todo, cumplimiento de expectativas, las empresas de moda necesitan estar preparadas para producir colecciones con agilidad”, añade.

 

Esa agilidad se introduce de la mano de tecnología para tecnificar los procesos y conocer en tiempo real todas las fases de la cadena de valor con el objetivo de aunar el negocio de la moda y conseguir una gestión más eficiente y ágil en la toma de decisiones.

 

 

 

 

El primer paso entonces es realizar esa interconexión a través de tecnología. Según un informe de McKinsey, el 23% de las inversiones que se realizaron en el negocio de la moda el año pasado estaban destinadas a la cadena de suministro.

 

“No se construye una cadena de suministro de la noche a la mañana, para fortalecer la resiliencia de la supply chain es imprescindible la inversión en tecnología y automatización para ganar agilidad”, apunta, por su parte, Deloitte en su informe 2022 Retail Industry Outlook.

 

En el documento, la consultora señala que sólo el 20% de las empresas de moda están introduciendo tecnología en su cadena de suministro, mientras que el 57% de los ejecutivos de las principales empresas del sector encuestados para el informe no tiene intención de invertir en automatización ni manejo de materiales.

Sin embargo, el 30% de los encuestados asegura que tiene previsto trabajar en la introducción de análisis de software en su cadena de valor y otro 27% que también ha invertido en la automatización en la gestión de su inventario.

Las mayores ventajas derivadas de automatizar los procesos industriales en el sector de la moda son el incremento de la productividad, la reducción de costes y plazos de entrega, y la mejora en la eficiencia de los procesos.

 

 

 

 

En los principales polos de producción del sector de la moda ya se ha visto la necesidad de captar talento tecnológico para llevar a cabo esa tecnificación de procesos y ganar competitividad. Entre septiembre y noviembre de 2021, la industria textil en Asia Pacífico incrementó hasta el 10,5% su número de empleados en puestos relacionados con inteligencia artificial o análisis de datos, según datos de Global Data.

 

Los últimos disruptores en la tecnificación de procesos en la cadena de valor de la industria de la moda ha sido la impresión digital, que sustituye a la estampación, o el inicio de la automatización en la confección mediante máquinas de coser conectadas.

 

Ya existen empresas de maquinarias textiles tecnológicas como la española Jeanealogia, que además soluciona parte del problema de la sostenibilidad, o Shima Seiki, que cuentan con una máquina que teje y confecciona sin costes y sin costuras, de una pieza y de manera robotizada y sin operarios.

 

 

 

 

Una industria inteligente y conectada también permitirá al sector acelerar en otra de sus transformaciones, la personalización. Para trabajar en esa personalización, una de las metas actuales del sector, ya existen empresas de software que extraen las medidas de un cliente a partir de una imagen, realizan un patrón virtual, envían los datos para cortar y confeccionar las prendas.

 

H&M, por ejemplo, se alió en 2019 con la compañía alemana ZyseMe para la puesta en marcha del proyecto Just Perfect, que consiste en que, mediante la introducción de datos en una plataforma informática, los clientes reciben una prenda adaptada a ellos. A partir de los datos introducidos por el cliente, la empresa envía información a proveedores de H&M en Turquía, que proceden a la fabricación. Ralph Lauren, por su parte, se alió también en 2019 con la plataforma de Internet de las Cosas Evrythng y con el grupo industrial Avery Dennison para digitalizar toda la línea de su marca Polo.