Entorno

Francesc García-Planas: “Los esquemas de antes no sirven; ahora cada día tenemos que inventar la Coca-Cola”

Silvia Riera

16 may 2012 - 04:48

Francesc García-Planas es el nuevo presidente del Gremio de Fabricantes de Sabadell, un municipio que antaño concentró gran parte de la producción textil en España. Hoy, sus empresas viven la transformación de una industria que en los últimos veinte años se ha visto perjudicada por la deslocalización de la producción y por la competencia de producto asiático. Las nuevas empresas son más innovadoras y ofrecen más servicio. “Tenemos futuro”, concluye García-Planas.

 

Francesc García-Planas

Pregunta: ¿Qué experiencia aporta al Gremio de Fabricantes de Sabadell?

Respuesta: A pesar de proceder de una empresa textil, he estado poco vinculado al Gremio. En cambio, estuve nueve años al frente del departamento de promoción exterior de la Cámara de Comercio de Sabadell.

 

P.: Tampoco está vinculado a la empresa familiar, Artextil. ¿Por qué el Gremio le elige a usted?

R.: Durante 25 años llevé la gestión y administración de Artextil, pero hace cuatro años me desvinculé, por la complicada situación por la que atravesaba la empresa y porque quise emprender otros proyectos personales que nada tienen que ver con el textil. Quizás al Gremio le ha interesado mi desvinculación del sector. Quizás puedo aportar otra visión.

 

P.: ¿Cómo fue Artextil?

R.: Fue una empresa vertical. En Artextil, se hacían los diferentes procesos del tejido de lana, desde el hilado hasta la comercialización de los tejidos entre los sastres. También ha sido una empresa con vocación exportadora desde sus inicios. Mi abuelo, que fue el fundador, ya exportó. Mi padre fue quien apostó fuerte por la internacionalización. Y a mis hermanos y a mí, la tercera generación, no nos ha quedado otra que reestructurar la empresa y adaptarnos a los cambios.

 

P.: ¿Y cómo es la empresa ahora?

R.: Hoy se ha deslocalizado la producción. Ahora es una oficina de diseño, en la que se realizan los muestrarios y se comercializan. La empresa ha pasado de tener 230 empleados hace diez años a ser tan solo diez trabajadores. Ya no fabrica, es un laboratorio.

 

P.: ¿La evolución de Artextil es ejemplo de la transformación de la industria textil en España?

R.: Hay tantos modelos de cambio como de empresas. Cada uno ha buscado su propia manera de sobrevivir. Unos han cerrado, otros han deslocalizado totalmente, otros han deslocalizado sólo una parte.

 

P.: ¿Todavía hay empresas en Sabadell que fabriquen?

R.: Sí. Todavía hay quien fabrica y además, con éxito. Eso sí, son empresas que operan en segmentos muy especializados y que también han redimensionado su estructura.

 

P.: Desde hace un par de años se habla de relocalización de la actividad textil. ¿Se ha notado en Sabadell?

R.: Desde 2005, con la liberalización del comercio textil internacional, la industria sufre, pero esta situación no puede durar siempre. Hoy podemos decir que hemos pasado el golpe más duro. La industria textil no volverá a ser nunca lo que fue, pero no ha desaparecido. De hecho, creo que la industria, no sólo la del textil, es hoy clave para salir de la crisis en la que estamos inmersos.

 

P.: Pero el consumo también está parado…

R.: El mercado interno está muerto y ya veremos cuándo se recupera. Las empresas saben que hoy es obligatorio exportar y es gracias a la actividad exportadora que la industria se está recuperando.

 

P.: ¿Qué tipo de actividad es la que regresa?

R.: Vuelve sobre todo la confección y su retorno ha acompañado la reactivación del resto de la industria. Antes, en Sabadell decíamos que paseando por la calle se podían escuchar los telares trabajar. Bien, no volveremos a escuchar los telares, pero sí tendremos nuevas empresas, ya sean generadoras de innovación o pequeños talleres de series cortas, de estructura más flexible, un elevado grado de agilidad y una alta capacidad de respuesta.

 

P.: ¿Continúa siendo difícil competir en precio?

R.: Los márgenes caen y continuarán cayendo. En el caso de la lana, por ejemplo, es una materia prima que ha ido perdiendo peso en el mercado de la moda porque es cara.

 

P.: ¿Cuál es el valor de la nueva empresa textil?

R.: Las empresas deben olvidar los esquemas antiguos. Tenemos que acostumbrarnos a vivir en el cambio permanente. Cada día tenemos que inventar la Coca-Cola.

 

P.: ¿Hay emprendedores en la industria textil?

R.: Existen ideas y gente con ganas de continuar. También hay emprendedores, pero no emprenden empresas como las de antes.

 

P.: ¿Cómo son estas nuevas empresas del sector?

R.: Son empresas más especializadas y técnicas, que operan, por ejemplo, en el campo de los tejidos inteligentes.

 

P.: ¿Qué preocupa más a la industria hoy, la competencia asiática o el difícil acceso al crédito?

R.: Para competir con los chinos, puedes hacer cosas; sin dinero, no puedes hacer nada.

 

P.: ¿En qué deben cambiar las empresas?

R.: Mis recetas son dos. En primer lugar, creatividad en todos los niveles, empezando por la reconversión de la empresa. Y en segundo lugar, la competitividad a través de la internacionalización. Pero internacionalizar no significa llevar el producto a Alemania. Se trata de ir más allá. Por otro lado, también se necesita el apoyo gubernamental, a nivel macroeconómico.

 

P.: La del textil también es una industria de pymes. ¿Cómo pueden ser más competitivas las pequeñas y medianas empresas en este sector?

R.: Debmos crecer en volumen y para hacerlo es necesario ganar cuerpo, ya sea a través de alianzas, fusiones, etc. El problema es la falta de voluntad.

 

P.: Como presidente del Gremio, puede ayudar a los asociados a coordinarse mejor.

R.: Sí. El objetivo es ponernos de acuerdo e ir todos a una. También a nivel asociativo. Se pierden muchos esfuerzos porque existe una gran dispersión y los intereses de las empresas son los mismos. Es necesario crear sinergias y olvidarnos de intereses mezquinos para crear un lobby y llegar a las Administraciones.

 

P.: En época de recortes, ¿qué se le puede pedir hoy a la Administración?

R.: Son demandas de contexto, que contribuyan a crear un escenario idóneo para que las empresas crezcan. Por otro lado, las Administraciones Públicas deberían empezar dando ejemplo y priorianzado a las empresas españolas en las compras.

 

P.: ¿Cuál es el valor del textil español?

R.: Si alguien piensa en el textil italiano, le viene a la memoria el diseño. Si piensa en el francés, lo relaciona con el glamour. Si piensa en el alemán, la calidad. ¿Qué tienes en mente cuando piensas en el textil español? Necesitamos marca porque es importante para exportar. A pesar de ello, cada vez se valora más el producto español en el extranjero.

 

P.: ¿Qué es lo primero que piensa hacer como presidente del Gremio?

R.: Hace apenas diez días que estoy en el cargo... Pero sí tengo claro que centraré mis esfuerzos en motivar e ilusionar a los agremiados. Necesitan una sacudida para tirar adelante. Tenemos futuro.