Bangladesh aumenta la presión sobre los trabajadores en huelga de hambre y aviva la protesta

Bangladesh está lejos de solucionar su último conflicto laboral en el textil. El país vuelve a ser un polvorín laboral después de que la policía haya efectuado varias cargas contra los más de mil trabajadores en huelga de hambre que ocupan las cinco fábricas de la empresa Tuba Group. Los manifestantes reclaman el pago de tres meses de salario y otros pluses.

A pesar de que la patronal textil del país (Bgmea, en sus siglas en inglés) ha asegurado que ha empezado a abonar parte de la deuda a los trabajadores, la represión policial ha intensificado los ánimos de los manifestantes a continuar la protesta e incluso a expandirla al resto del país. Por otro lado, los organizadores de la huelga consideran insuficiente el pago que está realizando Bgmea y reclaman la totalidad de la deuda.

En los dos últimos días, la policía ha tratado de dispersar a los manifestantes con el lanzamiento de balas de goma y gases lacrimógenos. Ayer, las fuerzas de seguridad realizados las primeras detenciones entre los líderes sindicales.

A principios de semana, la policía también obligó a abandonar las instalaciones en las que se mantenían encerrados los huelguistas a los médicos y personal sanitario que les ofrecía ayuda. La presión policial ha avivado la ira de los protestantes, que han incendiado coches y causado graves desperfectos en los alrededores de las fábricas.

El propietario de Tuba Group, Delware Hossain, en prisión desde el pasado febrero por la muerte de 112 personas en la fábrica textil Tazreen Fashion en 2012, ha sido puesto en libertad esta semana para que haga efectivos los pagos a sus trabajadores.