Entorno

2019, otro año en el que la recuperación en España pasó de largo por la moda

En la película ‘Bienvenido, Mister Marshall’, el pueblo de Villar del Río ve cómo la caravana de diplomáticos estadounidenses que debían llevar la riqueza al pueblo pasa de largo sin compasión. Con la moda y la recuperación económica ocurre algo parecido: 2019 ha sido otro ejercicio de bonanza económica de la que la moda perece no haberse beneficiado. De nuevo, aunque el Producto Interior Bruto (PIB) crece, el consumo de moda sigue evolucionando a la baja.

CHRISTIAN DE ANGELIS

24 dic 2019 - 15:00

2019, otro año en el que la recuperación en España pasó de largo por la moda

 

 

 

En 2020 se cumplirán casi dos años de latencia de una crisis económica internacional que no termina de manifestarse. En este tiempo, el crecimiento económico nacional e internacional ha dejado atrás las cifras que venía alcanzando desde 2014 y ha cambiado a ritmos más bajos. Además, los acontecimientos de la política internacional no han hecho más que generar inquietud en el entorno económico. Todo esto no ha impedido que el escenario económico para las empresas haya continuado siendo bueno.

 

¿El problema? Que la moda española sigue sin aprovechar esta bonanza para recuperar algo de la relevancia perdida en el bolsillo de los españoles. A falta de datos de cierre de  año, el consumo de moda ha evolucionado de forma errática de enero a noviembre, con episodios claramente positivos, otros claramente negativos y un tramo del año con un resultado pobre, positivo en sólo unas décimas.

 

La economía española cerró 2018 con un crecimiento del 2,4%, medio punto menos que en el año anterior. El principal motor de este desarrollo desde el punto de vista de la demanda fue la formación bruta de capital, con un alza del 6,1%, mientras que los hogares tuvieron la peor contribución, con un aumento del consumo final del 1,8% (frente al 3% de 2017).

 

Estas magnitudes reflejan en realidad una revisión a la baja respecto a las primeras estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), del 2,6%, que ya era el crecimiento más bajo desde 2014, cuando comenzó la recuperación económica en el país. Pese a ello, España mantuvo en 2018 un desempeño mejor que el de la mayoría de los países del entorno europeo: en el conjunto de la Unión Europea, la economía subió sólo un 1,9% en 2018.

 

 

 

 

De forma recurrente, las entidades nacionales e internacionales de referencia económica empezaban a enfriar las expectativas de crecimiento económico para el país en 2019 y 2020. Uno de los primeros en hacerlo, en noviembre de 2018, fue el Fondo Monetario Internacional (FMI), que rebajó en dos décimas sus perspectivas de crecimiento para ese año. También lo hizo ese mismo 2018 el Banco de España, con dos rebajas sucesivas de una décima en sus previsiones de expansión de la economía.

 

El ejercicio 2019 empezó, en cambio, con más fuerza. El PIB registró en el primer trimestre un alza interanual del 2,2%, una décima más que en el último trimestre de 2018. Sin embargo, el ritmo no se mantuvo en el segundo y el tercer trimestre, cuando se registraron dos incrementos consecutivos del 2%, según los resultados todavía provisionales del INE.

 

A lo largo del año, una tras otra las entidades relevantes en el análisis económico en el ámbito nacional e internacional han ido mostrando un pesimismo creciente sobre el futuro inmediato de la economía. “Rebaja sus previsiones” fue desde septiembre la expresión más repetida en los titulares sobre estos informes.

 

En septiembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) rebajó sus previsiones cuatro décimas para 2019, hasta el 2%, y dos décimas para 2020, hasta el 1,7%, tal y como hizo el Banco de España, apuntando a las mismas magnitudes. En octubre hizo lo mismo BBVA, que apuntó a un 1,9% en 2019 (cuatro décimas menos) y un 1,6% en 2020 (con un recorte de tres décimas).

 

 

 

 

Funcas esperó a noviembre para recortar hasta el 2% su estimación de crecimiento para 2019 (dos décimas menos) y también al 1,6% en 2020 (tres décimas menos).

En el mismo mes, la Comisión Europea hizo una rebaja de cuatro décimas en sus previsiones de crecimiento de España en 2019, hasta el 1,9%, en un contexto que calificó de “elevada incertidumbre”.

 

Uno de los grandes espaldarazos llegó en cambio por parte del FMI. “España ha continuado con un registro mejor que los socios europeos, durante varios años hemos infravalorado la fortaleza de la economía española; en reflejo, sin duda, de las reformas tomadas tras la crisis”, afirmó el director del Departamento de Europa del Fondo, Poul Thomsen, en una rueda de prensa en octubre. El experto reforzó esta idea: “España ha seguido creciendo pese a que cierta inestabilidad política se ha mantenido por un tiempo” y se prevé que “seguirá haciéndolo mejor que el resto de socios”.

 

El FMI es precisamente la entidad que otorga una mejor previsión para la economía española tanto en 2019 como en 2020. El mismo octubre, la entidad rebajó, pero a un todavía abultado 2,2%, sus previsiones de crecimiento de la economía española en 2019 y hasta el 1,8% en 2020. Con la única excepción de Estados Unidos, España lograría de esta forma el mejor desempeño económico de todos los países de las economías avanzadas. En este sentido, según el FMI el mundo crecerá un 3% en 2019 y un 3,4% en 2020, mientras que las economías más desarrolladas lo harán un 1,7% en ambos casos.

 

Por otro lado, la tasa de paro continuó reduciéndose en España en los primeros trimestres de 2019, aunque a un ritmo cada vez menor. En el tercer trimestre, el desempleo bajó en 16.200 personas y se situó en 3,21 millones de trabajadores, lo que equivale al 13,9% de la población activa. En el mismo trimestre de 2018, la tasa de desempleo se situaba en el 14,6%.

 

 

Consumo al alza, pero no en moda

Aunque el consumo de las familias ha tenido en España un componente de freno al crecimiento durante los últimos años, los indicadores sobre su evolución han marcha en positivo en 2019. En particular, el Índice del Comercio Minorista (ICM) a precios constantes ha crecido de forma continuada de enero a octubre, con picos de subida de hasta el 5%. Sin embargo, el resultado es menos positivo en la categoría de productos de equipamiento personal, con hasta dos bajadas a lo largo del año y subidas más contenidas. Y aún peor es la marcha del Índicador del Comercio de Moda, elaborado a partir de datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) y que en los últimos años se ha desconectado de la evolución global de la economía, como si el consumo de moda sólo fuera permeable a las malas noticias sobre el entorno y no a las positivas.

 

El indicador comenzó 2019 como terminó el año anterior, en negativo, con una bajada interanual de las ventas en enero del 1,9%. En febrero y marzo, las ventas de moda firmaron su mejor parcial, con el mejor resultado del año, del 11,8%, en el tercer mes del ejercicio, pero en abril el sector sufrió un duro traspié con una bajada de las ventas del 8,4%.

 

De  mayo a septiembre las cifras fueron positivas, si bien las subidas no llegaron ni al 0,5% en junio, julio y septiembre, pero en octubre y noviembre volvieron las bajadas. Las ventas de moda cayeron un 2,1% en octubre, según Acotex, y un 2,6% en noviembre.

Más allá de los datos sobre las ventas de moda a lo largo del año, en julio se conoció una cifra también negativa y que apunta a una transformación de carácter estructural en el consumo, con unas consecuencias claramente negativas para las ventas de moda en el país.

 

 

 

En 2018, vestido y calzado no sólo no siguieron recuperando peso en el presupuesto de las familias (tal y como habían hecho, aunque tímidamente, en 2016 y 2017), si no que perdieron la cota del 5% que habían recuperado en 2014. En síntesis, las familias españolas dedican el 4,9% de su presupuesto a la compra de productos de moda, frente al 5,2% del año anterior, el 5,8% de 2009 o el 6,8% de 2006.

 

En paralelo, la evolución de los precios y el auge de las ventas online son otros dos motores de la transformación del sector de la moda en España que en 2019 han continuado desarrollándose. Por una parte, el comercio electrónico continúa ganando cuota, con un peso en valor del 7,4% en 2018 de las ventas de moda en España, según datos de Kantar recogidos en el Informe de la Moda Online en España 2019.  Por otra, los precios han mantenido una evolución moderada a lo largo del año, pero con un cambio significativo respecto a ejercicios anteriores: tras mantenerse por debajo del Índice de Precios al Consumo (IPC) general de enero a abril, los precios de la moda han superado a la inflación en España mes a mes desde entonces, con subidas continuadas en torno al 1% interanual.

 

 

Confianza a la baja

Los continuos mensajes negativos en el ámbito económico y la incertidumbre política en España a lo largo de 2019 han terminado haciendo mella en la confianza de los consumidores españoles. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) ha permanecido todo 2019 por debajo de los 100 puntos en una escala de 0 a 200 puntos, y además ha llegado hasta mínimos en el último trimestre.

 

El valor más bajo se dio en octubre, cuando el ICC se situó en 73,3 puntos, con una bajada de más de veinte puntos respecto a enero. En noviembre, el ICC se recuperó hasta los 77,4 puntos. El indicador del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tiene desde principios de año un mejor resultado en el índice de perspectivas que en el que mide la situación actual.

 

En noviembre en particular, el índice de perspectivas se situó en 85,2 puntos y el índice sobre la situación actual, en 69,5 puntos. La formación de gobierno tras más de un año de continuas elecciones, a través de un pacto que estaba todavía en el aire a cierre de la presente edición, será probablemente clave para la recuperación de la confianza de los consumidores españoles