Empresa

Argé, joyas con espíritu industrial

22 jun 2010 - 00:00

Modaes.- Francesc Oliveras lleva toda su vida rodeado de joyas. Durante los últimos trece años lo ha hecho como Argé, su propia firma. Diseñador industrial de formación, Oliveras recibe a los visitantes a su taller con bata azul, como si en lugar de piedras preciosas sus manos manipularan rudas piezas de cualquier máquina. Las joyas de Argé tienen espíritu industrial.“Los alemanes empezaron hace tiempo a aplicar la máquina-herramienta al sector de la joyería –explica-; yo nunca he ido a una fábrica y no sé cuál es su técnica, pero yo también lo hago”. El taller de Argé, en la calle Castanyer de Barcelona, se ha convertido este año también en showroom. Dos estancias perfectamente diferenciadas componen el espacio: en el primero, tonos negros y luces tenues que únicamente iluminan las piezas; en el segundo, enormes máquinas en cuyo interior se cuecen las joyas de la firma. Oliveras ha adaptado a sus necesidades máquinas creadas, por ejemplo, para tornillería médica y aeroespacial. El resultado son joyas que recuerdan a piezas industriales: oro blanco, rosa o amarillo y piedras preciosas convertidas en pendientes, colgantes y anillos. Su público: consumidores de nivel adquisitivo alto que huyen de la ostentación.Las joyas de Argé se distribuyen actualmente en España, Portugal y Francia y negocian su entrada en Irlanda y Escandinavia. Hasta ahora, la empresa sólo ha utilizado el canal tradicional, las joyerías, para vender sus piezas, pero ya ha puesto en marcha la búsqueda de nuevos canales. El primero de ellos es el showroom, con el que pretenden acercarse a los consumidores. El segundo es Internet, aunque el propio Oliveras cree que no es un buen canal para vender joyas. El tercero, que llegará en el futuro, la apertura de tiendas propias de Argé, que comercializa cada año una media de quinientas piezas, la mayoría de ellas por encargo. El entorno económico actual ha forzado a la firma catalana a buscar nuevas vías de distribución. “A la joyería le afecta mucho la crisis –sostienes Oliveras-; no sólo por el consumo, sino también porque el coste de la materia prima se ha disparado porque materiales como el oro se han convertido en un valor refugio”. A juicio de Oliveras, el encarecimiento del oro ha hecho que se produzca “un cambio por parte de los joyeros hacia la plata, hacia la bisutería”. Argé no ha tomado este camino y, ante el abaratamiento de las piezas en el mercado y el “gusto de los consumidores de cambiar más”, ha optado por la personalización de sus piezas. “El valor añadido del oro y los brillantes ya no es suficiente”, concluye.