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Especial 2021: el año en que la cadena se rompió

2021, doce meses de revolución en el siempre perfecto Inditex

La salida de Pablo Isla y el ascenso de Marta Ortega a la presidencia han protagonizado el año de Inditex. Meses antes, cierres de tiendas, absorciones de cadenas y nuevas dudas sobre el modelo habían empañado una ejecución casi perfecta.

I. P. G.

22 dic 2021 - 04:58

2021, doce meses de  revolución en el siempre perfecto Inditex

 

 

Martes 30 de noviembre de 2021. 7.36 h. de la mañana. La bolsa española todavía no ha abierto pero está a punto de explotar la noticia que marcará la evolución del Ibex35 durante las semanas siguientes. Y, probablemente, la más importante de la industria de la moda en todo el ejercicio. A través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv), Inditex, el mayor grupo del mundo de gran distribución de moda y una de las empresas referentes de la economía española, anuncia el nombramiento de Marta Ortega, hija de Amancio Ortega, como nueva presidenta no ejecutiva y la salida de la estructura de Pablo Isla. Comienzan a encajar las piezas en el puzzle de cambios ejecutados por Inditex en los doce meses anteriores.

 

Los cambios en el gigante gallego comenzaron ya en enero. Después de más de tres décadas, Antonio Abril, secretario del consejo de administración de Inditex y hombre de confianza de Amancio Ortega, abandonó la compañía de la noche a la mañana. Las voces de dentro de Inditex que alertaban de un cambio de ciclo comenzaron a resonar con fuerza y una retahíla de ejecutivos históricos abandonó la empresa en los meses siguientes.  

 

En septiembre, otro movimiento. Tras años de la más absoluta discreción como política corporativa, Marta Ortega, hija del fundador del grupo y heredera de parte del imperio gallego, protagonizó un reportaje en The Wall Street Journal (titulado El arma secreta de Inditex y que más tarde sería reproducido en ¡Hola!), en el que hacía gala de su relación con el mundo de la moda y explicaba su trayectoria familiar y personal. Esta aparición fue interpretada por muchos como un inicio del relevo natural en la empresa, aportando a la compañía un carisma más vinculado con el diseño y la creatividad que el de su padre, más relacionado con el negocio. 

 

 

 

 

Y esto es lo que ha terminado sucediendo. Aunque la ejecución final haya sido más o menos atropellada (con un sorpresivo anuncio y una comparecencia pública lejos de la perfección de todas las anteriores), el relevo en Inditex venía preparándose desde hacía meses en una empresa que, pese a cotizar en bolsa, sigue bailando entre dos aguas: la ortodoxia de los gestores profesionales y el alma de la familia, con los Pérez Marcote (cuñados de Amancio Ortega) con un protagonismo revitalizado. 

 

El anuncio del nombramiento de Marta Ortega y la salida de Isla estuvo acompañado por la creación de un nuevo órgano, el comité de dirección, que acompañará a la nueva presidenta. Carlos Crespo (consejero delegado con Isla, ahora director general de operaciones, transformación sostenible y digital), Pablo del Bado (Pull&Bear), Miguel Díaz Miranda (finanzas y operaciones de Zara), Ignacio Fernández (finanzas de Inditex), Javier García Torralbo (ecommerce de Zara), Begoña López-Cano (recursos humanos), Beatriz Padín (directora de mujer de Zara), Jorge Pérez Marcote (Massimo Dutti) y Óscar Pérez Marcote (director general de Zara) son la nueva guardia pretoriana de Marta Ortega. Su pilar más firme será, sin embargo, Óscar García Maceiras, nuevo consejero delegado, un abogado del Estado (igual que Isla) formado en el sector financiero con el que Inditex busca replicar el tándem Ortega-Isla que tantos beneficios ha reportado al grupo. Coruñés de nacimiento y en las filas de Inditex sólo desde enero, Maceiras tiene ante sí, sin embargo, el reto de deslumbrar a los analistas tras el brillo del considerado mejor consejero delegado del mundo, Pablo Isla.

 

La bolsa castigó a corto plazo el relevo en Inditex. El grupo gallego cerró la sesión del 30 de noviembre con un recorte del 6,1% en el parqué y terminó la jornada como el peor valor del Ibex35. En mayo, la compañía había recuperado los valores previos a la pandemia, alcanzando una capitalización de 98.611 millones de euros, similar a los niveles a cierre de 2019, antes del batacazo generalizado por el Covid-19.

 

 

 

 

Absorciones y cierres

El año ha terminado para Inditex de manera ajetreada, pero lo cierto es que los doce meses anteriores también lo habían sido, con decisiones como el cierre de una cadena. En septiembre, Inditex anunció que tiraba la toalla con Uterqüe, cuyo tamaño (apenas aportaba el 0,4% de las ventas del grupo) no justificaba ni un equipo ni una red de tiendas independientes. La cadena no llegó nunca a volar sola del todo (ha estado siempre supervisada por el equipo directivo de Massimo Dutti), pero desde 2021 ha quedado integrada por completo en Massimo Dutti, sin retail ni equipo propio. Uterqüe nació en 2008 como una cadena de complementos y accesorios y como la apuesta de Inditex por dirigirse a un segmento más alto, en el que la empresa no ha logrado encajar. De hecho, fuentes del sector señalan que esta puede haber sido una de las desavenencias entre Isla y la familia: mientras el sector tiende a elevar precios, la vieja guardia del grupo se resiste a abandonar su posicionamiento histórico.

 

 

 

 

La estrategia en operaciones impulsada por Isla en sus años de presidencia han servido a Inditex para resistir a la pandemia. En el primer semestre del ejercicio 2021 (entre febrero y julio), el grupo alcanzó ventas de 11.936 millones de euros, por encima del mismo periodo de 2020 y muy cerca del primer semestre de 2019. En el tercer trimestre, los primeros resultados copresentados por el nuevo consejero delegado, la compañía volvió a registrar máximos históricos de ventas, resultado antes de impuestos y beneficio neto. En el acumulado del año hasta octubre, la matriz de Zara facturó 19.325 millones de euros, sólo un 2,5% por debajo del mismo periodo de 2019. El beneficio neto se más que triplicó respecto al año de la pandemia, hasta 2.500 millones de euros.

 

El crecimiento de las ventas a tipo de cambio constante se fue acelerando progresivamente durante el trimestre, hasta alcanzar un 21% respecto a 2020 y al 10% respecto al tercer trimestre de 2019. Entre el 1 de noviembre y el 10 de diciembre, las ventas de Inditex crecieron un 33% respecto al mismo periodo de 2020.

 

 

 

 

El ejercicio 2021 ha servido también para que el grupo demuestre la validez del modelo del que lleva años hablando: una estrategia “integrada” de tiendas y online, que ha supuesto un reajuste de su red de retail y el despliegue de herramientas tecnológicas como la identificación por radiofrecuencia (Rfid), el inventario único (Sint) y la Inditex Open Platform (IOP), que permiten optimizar las sinergias entre los dos canales.

 

A cierre de 2021, uno de cada cuatro euros que ingrese Inditex procederán este año del canal online, pues la compañía ha adelantado un año su objetivo de generar el 25% de su facturación a través de la Red, fijado inicialmente para 2022.

 

De momento, la nueva cúpula de Inditex ha asegurado que seguirá la hoja de ruta marcada por Isla, en una compañía que en el último año ha dado algunas pistas de cómo podría ser el futuro del sector. Con su modelo de consumo acelerado y en volumen puesto en entredicho, Zara lanzó en septiembre el proyecto Origins, que comenzó a gestarse en 2019 y permitirá a la cadena no sólo subir su posicionamiento, sino también hacer un guiño a las tendencias de consumo más lento y duradero, vinculado con la sostenibilidad. Si el armario de Zara había sido, siempre, democrático, ahora quiere ser duradero y de prendas esenciales.