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Paloma Santaolla, la mujer que dijo ‘no’ a Amancio Ortega

Custodio Pareja

13 jul 2015 - 04:46

Hablar de Paloma Santaolalla y hacerlo en singular no es lo más acertado. Si bien es cierto que en la actualidad lidera (con éxito) la enseña de moda femenina Nice Things, es imposible entender su paso por el sector sin nombrar a su compañero en la vida y en el negocio, Miguel Lanna. Su historia comenzó en San Sebastián, en una pequeña tienda de la madre de Santaolalla especializada en moda infantil.

 

“Tal fue la conexión que decidieron emprender una vida conjunta en Barcelona, con un proyecto en común y muchas ganas de dejar huella en la historia de la moda en España”, explican fuentes de su entorno. Globe, uno de los fenómenos de la moda en la España de los ochenta, murió de éxito, aunque de ella  aprendieron para hacer frente a la segunda oportunidad que les brindó el sector, su marca Nice Things.

 

“Antes de empezar con Nice Things, se les acercó Amancio Ortega para que lideraran un par de conceptos que tenía en mente… ninguno les atrajo -explica otra persona cercana a Santaolalla-; sabían que trabajar para un gigante como Inditex les permitiría hacer lo que quisiean, pero también entendieron que tendrían que renunciar a ciertas cosas, por lo que la respuesta de ambos fue no”.

 

El proyecto Nice Things fue madurando de la mano de los dos emprendedores, aunque Miguel Lanna falleció en 2012, en uno de los momentos más dulces de la empresa. “Teníamos conexión, visión conjunta... haber compartido esto con él fue un regalo de la vida”, asegura Santaolalla, de trato dulce y cercano. “No paraban de hablar de trabajo en todo el día -explica Paloma Lanna, hija de Lanna y Santaolalla-; recuerdo un feeling muy especial entre ellos y una pasión por el trabajo que se contagiaba”.

 

En los últimos años, Santaolalla, que goza de gran respeto por parte de los directivos del sector, ha impulsado sola Nice Things, aunque con la ayuda de directivos que le han acompañado en la gestión diaria de la compañía y, ahora, con la de sus hijos, incorporados totalmente en el grupo. Con hobbies como el pilates, el yoga, andar por la playa temprano por la mañana y la decoración de interiores, Santaolalla, que habla con una voz dulce pero firme, es vista por los que la conocen como una empresaria poco jerárquica y muy cercana.

 

No es para nada tecnológica, pero el iPad es una extensión de su brazo. “Compra todo lo que puede online y siempre me ayuda a testar la tienda online de Nice Things”, la describe de manera cariñosa Borja Santaolalla, su hijo, que ocupa el cargo de director de ecommerce de Nice Things.Ahora, y con la segunda generación tomando cada vez más responsabilidades en la compañía, Santaolalla intenta desvincularse, muy poco a poco, de la gestión diaria de la empresa.

 

“No me agobia el relevo, no tiene que ser generacional y no tienen que sustituirnos, también pueden ocupar otros roles dentro de la empresa”, afirma. En su despacho, decorado con una mesa antigua y un armario que le acompaña desde las primeras oficinas de Globe, observa el patio interior de la mítica Vinçon, en Paseo de Gracia, que cerrará en breve sus puertas.

 

Le da pena que desaparezca esta tienda, aunque cree que la generación que sube lo está haciendo muy bien. Santaolalla admira los jóvenes de hoy en día, por saber lo que quieren y cómo lo quieren. Añade una coletilla: piensa que tanto a ella como a Lanna les faltó pensarse las  cosas “dos veces” cuando eran jóvenes. Pero no deja de repetir siempre la misma frase: “si hay algo que tengo claro es que no cambiaría nada de lo que hicimos”, concluye.