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Miren Arzalluz (Palais Galliera): “La moda es un elemento transformador de la sociedad”

La directora del Palais Galliera, el museo de la moda de París, señala que el Gobierno debe abarcar la moda desde distintos ambientes institucionales “no sólo a través de la cultura y la economía” por su carácter transversal.

Miren Arzalluz (Palais Galliera): “La moda es un elemento transformador de la sociedad”
Miren Arzalluz (Palais Galliera): “La moda es un elemento transformador de la sociedad”
“La moda está de moda, también en los museos, y hay un gran interés y expectación por las exposiciones”.

Cristina Sanchis

8 feb 2024 - 05:00

Actor cultural y económico. Así es como Miren Arzalluz, directora del Palais Galliera, el museo de la moda de París, ve el sector de la moda. La responsable, hija del histórico político vasco Xabier Arzalluz, señala que el Gobierno debe abarcar la moda desde distintos ambientes institucionales “no sólo a través de la cultura y la economía”, por su carácter transversal. Además, Arzalluz considera que la moda puede ser un “potencial actor transformador” por su presencia e importancia en disantos ámbitos de la sociedad. La directora del museo, que acaba de recibir el premio Felicidad Duce de LCI Barcelona, reconoce que la percepción de la moda en Francia continúa muy alejada del resto de países y que, pese al avance de la sociedad de los últimos años, la moda todavía tiene una percepción “frívola y consumista” que es equivocada.

 

 

Pregunta: Una española dirigiendo un museo de moda en París. ¿Cómo ha llegado hasta ahí?

 

Respuesta: El entorno de historiadores de moda es muy pequeño. Yo ya había estado muchos años en la fundación Balenciaga y trabajaba con el museo de moda de París como investigadora freelance y comisaria social. Cuando el entonces director decidió marcharse y surgió la oportunidad, una amiga me convenció para presentarme. Al principio me parecía imposible que me eligieran a mí, que no soy francesa y prácticamente no hablaba francés. Sin embargo, preparé mi proyecto (que era una visión del museo para los próximos años) y fue este proyecto el que ganó. La directora general de todos los museos de París lo decidió junto con la alcaldesa y tuvieron una visión internacional y sin prejuicios. ¡Fue una combinación de factores! Aunque llevo ya seis años no me olvido de los inicios, que siempre impresiona hacer frente a un reto de esas dimensiones.

 

 

P.: ¿La moda es cultura?

 

R.: Por supuesto, la moda es muchas cosas. La moda es industria, una disciplina creativa, una potente herramienta de expresión… a través de la moda podemos interpretar y comprender la sociedad desde muchos puntos y es un potente actor cultural, económico y social.

 

 

P.: Pero, ¿es más cultura o negocio?

 

R.: Es las dos cosas, eso es lo que la hace tan compleja y contradictoria. Esto hace que muchos tengamos, a veces, una relación un poco conflictiva y contradictoria con la moda. Hay veces que sentimos pasión y otras veces rechazo porque en la moda vemos lo mejor y lo peor. La moda tiene una gran parte de negocio y tiene el potencial de transformarse en algo positivo, una industria que tenga un papel transformador si empieza a ser más responsable respecto a la sostenibilidad o la sociedad. La moda tiene muchas asignaturas pendientes, pero tiene muchas papeletas para que sea un elemento de transformación en la sociedad, precisamente, por su peso económico.

 

 

P.: ¿Hay estima en Francia por la moda española?

 

R.: Realmente, París se mira a sí misma (y tiene motivos para hacerlo porque es una de las grandes capitales de moda y todos los diseñadores del mundo quieren presentar sus colecciones ahí). París acoge a todo el mundo que quiera venir, pero lo que pasa es que todo lo que entra se convierte en París. Sí que hay un reconocimiento de todos los diseñadores que vienen a presentar a la capital francesa, pero rápidamente adquieren el tono predominante de la ciudad. Así que se podría decir que Francia no tienen ese interés de profundizar en el origen y en la cultura del resto de diseñadores internacionales. Se puede decir que en Francia se conoce y quiere la moda española que viaja a París.

 

 

 

 

P.: ¿Por qué en Francia se valora más que en España la moda como un bien cultural?

 

R.:  Porque es una apuesta que ha hecho el estado francés desde el siglo XVII. En Francia no se discute el valor cultural, el artístico o el carácter de patrimonio de la moda y lo asumen como uno de sus grandes valores. A través de la moda Francia ha influido en todo el mundo a lo largo de los siglos, con una gran carga ideológica y económica. La moda ha sido una herramienta de gran influencia y lo seguirá siendo. Nadie discute la importancia de la influencia de la moda en Francia; nosotros somos un museo municipal dedicado enteramente a la moda y hay otras instituciones que se dedican sólo a la moda.

 

 

P.: Justo lo contrario que en España, se dice que en el país no hay cultura de moda, ¿cree que es cierto?

 

R.: Realmente creo que la cultura en Francia es muy excepcional y que se puede comparar con muy pocos casos. En el mundo en general la moda esta concebida como algo frívolo, puramente comercial y siempre relacionado con la frivolidad femenina. Esto es histórico y luchamos para cambiar la percepción que tiene la gente de la moda en esos términos, que es lo que dificulta la apreciación de la moda en cualquier sociedad. Aunque la situación ha ido cambiando y está en proceso de plena transformación, Francia se postula como ejemplo excepcional porque la situación allí siempre ha sido distinta. El mundo en el que vivimos es machista y por tanto los prejuicios son así. En el siglo XIX, a raíz de la industrialización, hay una unificación del estilo del hombre, que adopta un traje neutro (en comparación con los decoros de los siglos anteriores). Desde ese momento, la capacidad de expresar a través de la apariencia se regla exclusivamente a las mujeres y se objetiva la ropa de la mujer, que se relaciona con el éxito del marido. Esta percepción todavía perdura en muchos países y el proceso de darle la vuelta es un proceso muy largo.

 

 

P.: ¿Se imagina un Ministerio de la Moda en España?

 

R.: No creo, porque tampoco existe en Francia. La moda tiene que ser tratada desde distintos ámbitos institucionales, ya sea en promoción económica o como cultura. Esa dimensión tan compleja del sector hace que tenga que ser tratada desde distintos focos.

“La moda está concebida como algo frívolo, puramente comercial y siempre relacionado con la frivolidad femenina”

 

 

P.: ¿Cómo se gestiona un museo de moda?

 

R.: Con mucho equipo, apoyo institucional y grandes colaboradores. Tenemos una relación excepcional con nuestros colaboradores, pero es inevitable necesitar apoyo del Gobierno. Además, hay que ser exigente con la responsabilidad que tenemos respecto al público, y no olvidarnos del objetivo principal: hacer la moda accesible al público.

 

 

P.: ¿Un museo íntegramente de moda puede acoger a tantos visitantes como, por ejemplo, el Museo Picasso?

 

R.: Algunas de las exposiciones con más visitantes de los últimos años han sido de moda. La colección Chanel vende las primeras entradas en la primera semana y está meses expuesta. También es un ejemplo la de Dior, que hizo 77.000 visitantes y lo mismo pasa con Alexander McQueen. Son exposiciones que atraen a muchísima gente. Evidentemente Picasso es un monstruo, pero nosotros hemos tenido más problemas por limitar el aforo más que por llenarlo. La moda está de moda, también en los museos, y hay un gran interés y expectación por las exposiciones. También hay que tener en cuenta que ofrecemos experiencia y atraemos un público mas diverso porque atraemos la moda como creación, como herramienta de construcción de nuestra identidad, hacemos un análisis sobre la relación de la moda con política… abordamos el sector desde un enfoque que la gente no pensaba que se pudiera tratar.

 

 

 

 

 

 

P.: ¿Los retos a los que se enfrenta un museo de moda son distintos a los de museos tradicionales de arte?

 

R.: No, todos los museos tenemos retos comunes: hacer accesible lo que hacemos, que sea relevante y pertinente. No estamos en los museos para hacer exposiciones que nos gusten sólo a nosotros. Somos un servicio público y estamos ahí para conectar con los ciudadanos y el reto principal es acertar. En el museo de moda buscamos que la gente entienda a través de distintos enfoques que el sector es fascinante, que es inspirador y tiene un gran potencial de transformación. El resto ahora es seguir trabajando por promover esa reflexión y este nuevo pensamiento en torno a la moda.

 

 

P.: La desaceleración del consumo, especialmente en moda, ¿afecta también a las visitas del museo de la moda de París?

 

R.: No, para nada. Hay un enorme interés en descubrir qué ofrecemos porque una exposición de moda es una experiencia y provoca emociones, que es en lo que quiere invertir ahora el consumidor. La moda choca con nuestra vida personal e intelectualmente una exposición de este calibre es muy interesante, porque aprendes de historia también.