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De refranes y cantares, tiene la moda mil millares

La moda es uno de los sectores más presentes en el refranero popular debido al papel que ha tenido tradicionalmente la indumentaria a la hora de definir a las personas. Sin embargo, muchos han quedado en el olvido. 

Berta Bernal

11 abr 2018 - 04:30

De refranes y cantares, tiene la moda mil millares

 

 

Por la facha y por el traje se conoce al personaje; a buen amigo, buen abrigo; vísteme despacio que tengo prisa; ropa dominguera, del portal para fuera; abrigan más unas copas que unas ropas... La moda es uno de los sectores más ricos en refranes debido al papel que ha tenido tradicionalmente la indumentaria a la hora de definir a las personas y su posición en el contexto social.

 

El origen de la mayoría de ellos data del Renacimiento. Fue entonces, mientras el hombre persistía en su incansable búsqueda de la belleza y la perfección dentro del arte, cuando los refranes vivieron su época de máximo esplendor. Sin embargo, el hecho de que muchos nacieran en ese contexto ha provocado que algunos hayan quedado caducos.

 

Dichos como el vestido del criado te dirá el del amo han caído en desuso por la propia evolución de la sociedad. Lo mismo ha ocurrido con la mayoría de los refranes sobre la mujer, como la mujer y la ensalada, sin aderezo no son nada; albarcas, borona y mujer, cerca de casa están bien, o andar bien vestida, hace a la moza garrida, asociados a tópicos machistas que hoy comienzan a desaparecer.

 

 

 

 

“Hace ochenta años, lo que un hombre sentía por una mujer, y viceversa, era lo mismo que ahora, por este motivo, los refranes referentes a las emociones nunca van a desaparecer, pero otros vinculados al vestido sí lo han hecho”, destaca el filósofo y escritor Ferran Sáez.

Al cambio social se suma también el cambio climático. El efecto invernadero no sólo hace desparecer los campos de cultivo, sino también refranes con una larga historia como es el caso de hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, que poco a poco también se van desvaneciendo.

 

Muchos de los dichos aluden a prendas como el sayo, el jubón, el ropón o el gabán, que remiten a otros tiempos en los que esas ropas estaban de moda y servían para protegerse del frío o de la lluvia. “En 2013, el año en que España no tuvo primavera, la gente hizo caso al sabio y antiguo meteorólogo y no se quitó el sayo, porque si no, se mojaba”, explica la investigadora de cultura popular María del Carmen Ugarte.

 

Lo que quita el frío, quita el calor es otro refrán que forma parte del repertorio perdido, el cual hace referencia a la eficacia que tienen los tejidos naturales a la hora de proteger el cuerpo de los agentes térmicos. Y, posiblemente, hasta que no pase abril no aligeres el vestir, se irá para no volver. Los que sí permanecen son aquellos que, si bien incluyen palabras relacionadas con la moda, no hacen referencia a la indumentaria: no dar puntada sin hilo, cocodrilo que se duerme se convierte en cartera, muy utilizado en Argentina, o zapatero a tus zapatos, siguen teniendo casi tanto protagonismo en el español como la moda en la vida de sus habitantes.