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Carmela Rosso, ‘savia nueva’ para relanzar un clásico de Cibeles

S. Riera

11 may 2016 - 04:53

Carmela Rosso se abre paso de nuevo en la moda. Cuatro años después de que falleciera su fundadora, la diseñadora y empresaria Carmina Becerro, la marca vuelve a tomar fuerza de la mano de sus hijos, Cuca y Antonio Jaramillo. Tras recuperar gran parte de su red de distribución en España, los representantes de la segunda generación han empezado ahora a trazar el desarrollo internacional de la enseña.

 

Carmela Rosso se fundó a finales de los setenta y vivió el boom del diseño made in Spain. En una época de apoyo institucional y de reconversión industrial, la firma Carmela Rosso llegó también a hacerse un hueco en el panorama nacional de la moda. En 1997, la diseñadora dio el salto a la Pasarela Cibeles (hoy Mercedes Benz Fashion Week Madrid), donde desfiló durante varias ediciones hasta que decidió reorientar sus esfuerzos en reforzar su producción y en impulsar su expansión internacional.

 

Licenciada en Ciencias Económicas, Becerro se formó en Decoración y Diseño de Interiores y más tarde se instaló en Milán para estudiar diseño de moda. Responsable de la gestión de la empresa, el diseño de sus colecciones y su comercialización, la empresaria llegó a tener una plantilla de cien personas y a tener presencia en puntos de venta multimarca en España, Francia, Italia, Rusia, Portugal y México.

 

 

Tras el fallecimiento de la fundadora en 2012, la marca quedó en stand by. “Al principio no sabíamos qué hacer”, asegura Cuca Jaramillo. “Pero al final decidimos impulsarla porque pensamos que es una marca de clientes muy fieles y que lleva cuarenta años en el mercado”, señala. A raíz de aquel paso adelante, los hermanos han ido recuperando la red de distribución que tenía la compañía y una de sus primeras conquistas fue el regreso a El Corte Inglés, en la sección Boutique Internacional.

 

Ahora, los nuevos responsables de la marca planean dar de nuevo el salto internacional. En la actualidad, Carmela Rosso cuenta con presencia en puntos de venta puntuales en Portugal, París o Moscú, pero los planes pasan por trazar un proyecto de expansión en firme. En este sentido, la empresa ha empezado a colaborar con el Instituto de Comercio Exterior (Icex) para abordar el mercado latinoamericano a través de países como Perú y Ecuador. La compañía considera que es en estos mercados donde puede tener una mayor proyección por el tipo de producto que realiza.

 

 

En su regreso, Carmelo Rosso se posiciona en el segmento medio alto, con prendas de entre 200 euros y 600 euros. “Pensamos que hay una clase media que sigue existiendo, a la que le gusta vestirse en Massimo Dutti, pero que quiere ir a bodas con un vestido diferente al de su vecina, aunque sin alcanzar el nivel de comprarse un blazer en Chanel”, explica la empresaria.

 

Con estudios en márketing, publicidad y ciencias empresariales, Cuca Jaramilla se responsabiliza de las áreas de producto y ventas. Antes de incorporarse a la empresa familiar, la empresaria se había formado en la escuela Parsons de Nueva York, había trabajado de personal shopper en la ciudad de los rascacielos. Su hermano, por su parte, abogado de formación, es el actual responsable del área financiera.

 

Carmela Rosso aborda esta nueva etapa con una plantilla de diez personas que ya habían trabajado con la fundadora. “Hemos continuado trabajando con la patronista, las costureras, el responsable de almacén o el responsable de contabilidad que ya habían estado con nuestra madre porque son como de la familia”, asegura Jaramilla. La empresa mantiene la oficina en Madrid y confecciona en un taller de Toledo.