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Carlos Aguilar (Aeqct): “Las empresas químicas tienen mala fama, pero son las que más trabajan en sostenibilidad”

El presidente de la Asociación Española de Químicos y Coloristas Textiles (Aeqct) analiza cuál es el estado de la industria textil de cabecera en España.

Jaime Cevallos

21 mar 2019 - 04:47

Carlos Aguilar (Aeqct): “Las empresas químicas tienen mala fama, pero son las que más trabajan en sostenibilidad”

 

 

Carlos Aguilar es el presidente de la Asociación Española de Químicos y Coloristas Textiles (Aeqct) desde 2015. El directivo señala que el textil de cabecera se enfrenta a un nuevo escenario en el que la sostenibilidad, la economía circular y la digitalización serán factores clave para garantizar su supervivencia. ¿El mayor hándicap? La falta de talento.

 

 

Pregunta: Después de la crisis, el textil de cabecera en España es más pequeño. ¿Cómo ha sido la evolución tecnológica?

Respuesta: Las empresas que sobrevivieron salieron mucho más reforzadas y han avanzado mucho en el terreno tecnológico. Tanto, que algunas de ellas, sobre todo las que especializadas en tejidos y acabados, están vendiendo sus productos y servicios en otros países de la Unión Europea.

 

P.: ¿La Industria 4.0 es una realidad en el textil?

R.: No completamente, porque la modernización del parque de maquinaria no se puede hacer en dos días y requiere grandes inversiones. Sin embargo, los equipos que actualmente se están instalando en algunas de las empresas ya son de alta tecnología. Parte de la maquinaria que se utiliza en el sector de los acabados ya está conectada con los grandes centros de fabricación.

 

P.: En los últimos años, empresas de química especializadas en textil y moda se han concentrado. ¿Ha llegado a su fin este proceso?

R.: No, porque las empresas necesitan seguir ganando tamaño para poder invertir, pero en el caso de las industrias que trabajan para el textil, no sólo se están concentrando, sino que se están especializando en un determinado segmento como, por ejemplo, el de los tintes. En la actualidad, ser generalista no tiene ningún futuro.

 

 

 

 

P.: ¿Hay deslocalización de las empresas químicas, como ocurre con otras partes de la cadena de valor?

R.: Muchas empresas han creado sus filiales en Asia, porque es donde se concentra la mayor parte de la producción de moda. Sin embargo, no han dejado de tener sus fábricas en Europa.

 

P.: ¿Las imágenes de ríos contaminados con vertidos son parte del pasado?

R.: En Europa puede haberse producido algún fallo en cierta ocasión, pero en la actualidad ya no se entiende la existencia de una fábrica textil sin unas buenas instalaciones y sus correspondientes depuradoras. La industria química tiene mala fama, pero esa imagen no tiene nada que ver con la realidad.

 

P.: ¿La industria química está preparada en materia de sostenibilidad?

R.: La industria química es una de las más avanzadas en este campo, porque las empresas cumplen de manera estricta con el Reach y han dejado de trabajar con productos nocivos para el medio ambiente. Además, las compañías están desarrollando cada vez colorantes más sostenibles, fabricados con materias primas que proceden de la naturaleza.

 

 

 

 

P.: ¿Qué ha supuesto para las empresas las nuevas normativas?

R.: Todos estamos de acuerdo en que hay que cumplir unas normativas, lo que implica un alto coste. En este contexto, las empresas europeas pueden sentirse discriminadas, porque en otras partes del mundo no existen las mismas reglas que hay que cumplir aquí a la hora de producir.

 

P.: ¿Las empresas han perdido competitividad?

R.: Prefiero ver los problemas como una ventaja. Cumplir con todos los requisitos que exige el Reach tendría que ser valorado de manera positiva por los clientes. En la actualidad, en el norte de Europa ya se valora mucho este aspecto, y los consumidores están dispuestos a pagar más por tener acceso a productos sostenibles.

 

P.: ¿Todavía hay empresas que prefieren producir fuera de Europa para ahorrar costes?

R.: Claro, porque el mundo está abierto. Nosotros siempre discutimos sobre este aspecto. Quizás tendríamos que ser más estrictos con los controles de los artículos que vienen de importación. Si en Europa se hacen algunos artículos cumpliendo con unas normativas y, de repente llegan artículos similares de otros países, a un precio mucho más baratos, pues…

 

 

 

 

P.: ¿Por dónde pasa el futuro de la industria textil europea?

R.: Por la sostenibilidad, la industria circular y la digitalización. Gracias a la digitalización ha crecido, por ejemplo, la personalización en el mundo de la moda, porque las máquinas de hoy en día permiten hacer diseños para cada uno de los usuarios. La personalización va en aumento y está llegando con fuerza a los puntos de venta, cosa que antes era impensable.

 

P.: ¿El reciclaje es una asignatura pendiente de la industria textil?

R.: Cada vez existen más proyectos destinados a reciclar ropa, sobre todo en esta época, en que las temporadas del textil se han difuminado. Ahora, las empresas realizan diez colecciones al año y los usuarios cambian de ropa con mayor rapidez. Además, la maquinaria que está llegando a la industria permite revalorizar los deshechos textiles, que se convierten en hilos o en materiales para otro tipo de sectores.

 

P.: ¿La relocalización es un mito o una realidad en España?

R.: Existe la relocalización, pero no en el sentido de que las grandes fábricas vuelven a instalarse en España. En la actualidad, las series cortas y las repeticiones ya se hacen en el país, e incluso se ha vuelto a producir artículos que se estaban haciendo exclusivamente en el extranjero, como es el caso de los vaqueros. Este tipo de producción irá a más, tanto en España como en toda la Unión Europea.

 

 

 

 

P.: Entonces, ¿cree que el sector textil recuperará empleo?

R.: Me gustaría que eso ocurra, pero, de momento, no es así. En los centros de producción cada vez se necesita menos gente debido al avance de la tecnología. En cambio, se están creando nuevos puestos en las áreas de diseño o de la electrónica, pero no existe personal para cubrir las vacantes. Esto es un problema muy grave, porque el mercado laboral español no está preparado para los cambios que se están produciendo. Por un lado, hay personas que no encuentran trabajo porque carecen de la preparación adecuada y, por otro lado, las empresas no hallan empleados que se adecuen a los perfiles que necesitan.

 

P.: ¿Cuál es el problema concreto de la industria textil?

R.: Que no hay técnicos, porque ahora a los jóvenes no les interesa este tipo de carreras. El textil siempre ha tenido siempre una imagen de industria anticuada, cosa que se corresponde con la realidad, porque el sector ha evolucionado mucho gracias a la tecnología.