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Première Vision mantiene el tipo en una edición marcada por la crisis del coronavirus

Varios de los expositores de la feria parisina de aprovisionamiento señalaron que han visto superadas sus expectativas a pesar de que numerosos clientes procedentes de China hubieran cancelado su visita.

Carmen Juárez

13 feb 2020 - 04:58

Première Vision mantiene el tipo en una edición marcada por la crisis del coronavirus

 

 

Première Vision mantiene el tipo en su última edición. Coronavirus ha sido la palabra más repetida en los cinco pabellones de la feria francesa de aprovisionamiento. Sin embargo, la opinión general de los participantes es que la jornada ha conseguido sobreponerse y ha salvado la edición.

 

Durante los días previos al evento, tanto la organización como los expositores y los compradores se mantuvieron alerta no sólo ante la decisión de los operadores y clientes de china de no acudir al certamen, sino también de varios participantes procedentes de países europeos, que se echaron atrás en el último momento ante la crisis del coronavirus.

 

Con todo, el clima general del evento, que ha tenido lugar entre el 11 y el 13 de febrero, fue positivo. El miércoles, primer día de la feria, se saldó con largas filas a primera hora para acceder al recinto ferial Paris-Nord Villepinte y un tráfico elevando en los pasillos de los cinco pabellones de la feria, donde expusieron un total de 1.775 compañías de más de cuarenta países.

 

El miércoles y el jueves la jornada dejó situaciones similares. La organización prevé igualar la cifra de visitantes de la edición de febrero del año pasado, cuando acudieron alrededor de 53.000 personas.

 

 

 

 

“Ha ido mejor de lo que esperábamos pese a lo de China”, señala la compañía española Bombardo, especializada en tejidos. “Sobre todo porque al final sí que han acudido compradores, que era nuestro mayor temor”, explicaban desde Obradors.

 

“Esperábamos un desastre total, pero nos ha ido mejor que otras ediciones”, señalaban desde Textil Settam. “Estamos más contentos de los que pensábamos, teníamos expectativas muy altas y se están cumpliendo”, explicaban, por su parte, desde Textil Dimas.

 

De hecho, la feria continúa concentrando su atractivo en los expositores de tejidos. Este segmento copa el grueso de los stands de la feria y está compuesto en su mayoría por compañías internacionales, el grueso de ellas procedentes de Italia, Portugal o Turquía.

 

Entre los expositores españoles se encuentran pesos pesados como Gratacós, que explicaban que “para nosotros Première Vision es la mejor de todas”; Juan Boluda, Textil Settan, Sedatex, Diverchildren o Tejidos Rebes.

 

 

 

 

Los expositores internacionales de tejeduría también se mostraron satisfechos con esta edición de Première Vision. “Estamos teniendo más visitas de las que esperábamos”, explican desde la compañía italiana Manteco. “Por ahora estamos contentos”, señalaba por su parte un proveedor turco el primer día de la jornada.

 

Sin embargo, aunque Première Vision mantiene alto el número de visitantes, la mayoría de los expositores de tejidos coinciden en que “esto no es lo que era antes” y que lo “importante es que compren”, y eso “no se sabe hasta el final”.

 

Mientras que en los halls cinco y seis, ocupados casi en su totalidad por expositores de tejidos, se respiraba un ambiente optimista, en el hall tres la situación era la contraria. El espacio, ocupados por los expositores de cuero, fue uno de los que recibió menos tráfico y dejó a algunos stands cruzados de brazos y con poco movimiento.

 

 

 

 

Aunque los italianos fueron los que ocuparon más metros cuadrados en el espacio dedicado al cuero, España estuvo representada por empresas como Curtidos Badía, Juan Poveda, Colomer 1792, Texpiel o Inpelsa, entre otros.

 

“Esta edición ha ido peor que otros años”, explicaban desde Curtidos Badía. “Y no ayudan que coloquen el espacio de sostenibilidad al lado”, señalaba el representante del stand. El empresario se defendía argumentando que “la piel es el primer producto sostenible, porque sino se tiraría, y sería un desecho”.

 

El área de empresas eco también contó con la participación de empresas españolas como Recover, de hilo sostenible, o Greendyes, especializada en tintes ecológicos. El Smart Creation Area reunió a cincuenta compañías con propuesta de productos con una fuerte base innovadora y sostenible.

 

Tampoco se mostraron satisfechos con esta edición de Premiére Vision los fabricantes de tejidos. “Falta organización, no se distingue entre fabricantes y distribuidores y eso dificulta la visita de los agentes”, señalaban desde la española Dobert.

 

“El atractivo de la feria es el tejido, la hilatura no tanto”, explicaban por su parte desde Arifil, que también se mostraron escépticos con esta edición de Première Vision. Lo mismo defendían desde el stand de Seaqual y Antex, argumentando que “esta edición está muy parada”.

 

 

 

 

El sector continúa perdiendo peso

A pesar de las diferencias entre los distintos expositores sobre el éxito o no de esta jornada de Première Vision, todos se mostraron de acuerdo en afirmar que el sector de la moda, en todas sus áreas, no pasa por un buen momento.

 

El ajuste de la producción por parte de los gigantes del sector, la desaceleración del consumo, el cambio en los hábitos de los consumidores o la crisis de los retailers, que provoca un efecto dominó en el resto del sector, son algunos de los motivos que esgrimieron los expositores, desde Textil Santanderina a Lakidain by Encajes Laquidain, sobre esta situación.

 

 

 

 

“El sector está en decadencia, se ven venir los nubarrones, sobre todo en España”, señalaban desde el stand de Juan Boluda. “La gente ya no va a las tiendas, con lo cual ellas no vienen a nosotros, pero ni los grandes ni los pequeños, que son los que al final nos salvan”, explicaban.

 

Otros se mostraban más dramáticos. “El sector lleva muchos años sin reponerse”, señalaban desde Juan Poveda. “Nuestro sector lleva treinta años en crisis”, defendían por su parte, desde  Textil Settam. “Estamos así desde que los retailers se fueron a confeccionar y a proveerse a China, y no van a volver”, añadían.

 

Los grupos internacionales también mostraban la misma opinión pesimista. “El futuro se ve muy negro”, explicaban desde un stand francés. Y a pesar de su importancia como principales hubs de aprovisionamiento, algunos expositores turcos e indios también se mostraron escépticos con la situación.

 

 

 

 

Factores externos como la climatología o, en esta ocasión, el coronavirus también pasarán factura a los operadores del sector. “El año estará marcado por esta crisis, se nota la ausencia de clientes chinos y continuará así durante los próximos meses”, opinaban desde Curtidos Badía.

 

La falta de ayuda de los gobiernos o la escasa colaboración por parte de las grandes empresas son otros de los factores que acentúan esta situación. “No nos ayudan, ni desde el Icex ni desde el gobierno”, se quejaban desde el stand de Juan Boluda. “Tenemos que ir de la mano, porque al lado de Zara no somos nadie, pero ellos también nos necesitan”, añadían desde Sedatex.

 

Otros de los puntos en común de todos los expositores fue el camino que marcará el futuro del sector: la sostenibilidad. En cambio, no creen que el futuro pase ni por la producción en proximidad, “ya que requiere una gran inversión volver a abrir fábricas”, ni por la concentración.

 

Todos los expositores confesaron que, “aunque no tenemos una fórmula mágica”, una de las soluciones en “crecer en transparencia, tecnología y sostenibilidad”. Así, según Dobert, “la industria volverá a ser importante”.