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Los recortes pinchan la burbuja de las pasarelas regionales

S. Riera

19 ene 2015 - 04:43

Valencia Fashion Week

 

 

El mapa de las pasarelas en España se transforma y la explosión de eventos regionales para la moda se desvanece. La cancelación de Valencia Fashion Week pone fin a una etapa en la que proliferaron las pasarelas profesionales en España y en la que cada comunidad autónoma quiso tener sus propios certámenes de promoción de las empresas y de los diseñadores locales. La crisis ha barrido de la geografía eventos como la Pasarela Abierta de Murcia y ha desinflado los carteles de las de Castilla León y Andalucía, entre otras.

 

No hace ni diez años, muchas comunidades autónomas del país se reivindicaban como pasarelas internacionales, algunas incluso con dos ediciones al año, que se marcaban como objetivo promocionar el talento local ante distribuidores de España y del extranjero. El propósito era dar visibilidad a todo un entramado de empresas y diseñadores que no tenían cabida ni en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, entonces Pasarela Cibeles, ni en la recién reconvertida Pasarela Gaudí en 080 Barcelona Fashion.

 

Los presupuestos autonómicos destinaron importantes partidas a la organización de este tipo de certámenes y Valencia Fashion Week se coronó como el evento de referencia más allá de los de Madrid y Barcelona, que movían presupuestos millonarios. La pasarela de Valencia llegó a rozar el millón de euros de presupuesto en sus inicios y trató incluso de posicionarse por delante de Barcelona como la segunda cita de referencia el país.

 

Pero la crisis y los recortes presupuestarios de las administraciones públicas pasaron factura a la organización de estos certámenes y pusieron en jaque su continuidad. Valencia Fashion Week echa el cierre ante la falta de fondos públicos y privados. Las últimas ayudas que recibió su organización fueron de 100.000 euros por parte de la Generalitat Valenciana. Su última convocatoria, en septiembre de 2014, contaba sólo con diseñadores emergentes y estudiantes de diseño.

 

Otro de los eventos que sucumbió a la crisis fue Pasarela Abierta de Murcia, que se canceló en 2011. El proyecto, que tenía la voluntad de ser plataforma de talento nacional e internacional, no sobrevivió a los cortes presupuestarios del Gobierno regional.

 

Otras pasarelas, como las de Castilla y León, Andalucía, Canarias o Ibiza continúan organizándose, dependiendo siempre de las partidas presupuestarias de los gobiernos autonómicos. Los recortes les han obligado a moderar sus pretensiones, aunque intentan mantener su corte profesional para evitar caer en un evento de promoción del comercio local.

 

La Junta de Castilla y León celebró la edición número 18 de la pasarela en junio de 2014 y, por ahora, todavía no tiene fechas para 2015. La pasarela castellano leonesa, que inició su andadura en 2002, tomó fuerza en 2009 con la celebración de dos ediciones anuales con un presupuesto de 600.000 euros cada una.

 

Pero las arcas públicas no pudieron soportar este coste por mucho tiempo y, en 2012, la Junta  canceló el certamen. Un año después, el Gobierno autonómico volvió a retomar el proyecto, pero con una edición anual, menos desfiles, menos invitados y un plan de comercialización para ayudar a las empresas locales a establecer contactos con distribuidores nacionales.

 

En Sevilla, Andalucía de Moda ha permanecido desde 2005 como evento de jóvenes diseñadores y estudiantes de diseño de la región. El certamen, cuyo plato fuerte es el Certamen de diseñadores noveles de Andalucía, sigue contando con el apoyo de la Junta de Andalucía a través del Instituto Andaluz de la Juventud, y del Ayuntamiento de Sevilla. En los últimos años, la pasarela ha pasado de organizar dos ediciones anuales a tan solo una y ha dejado de tener un puesto fijo en el calendario.

 

En el caso de Ibiza, la isla intentó a mediados del 2000 dotar de mayor protagonismo y profesionalidad a la pasarela de moda adlib, con el objetivo de reivindicar una denominación de origen para un estilo de vestir ibicenco. El evento, con más interés turístico que industrial, continúa contando con el apoyo del Gobierno de las Islas Baleares, aunque su presupuesto ha ido menguando en los últimos años.

 

En la última convocatoria de 2014, el certamen contó con un presupuesto de 235.000 euros, cien mil más que el año anterior, pero lejos de los 400.000 euros de años atrás. El encuentro perdió también el año pasado su carácter profesional para abrirse al público final.

 

 

El baño salva Gran Canaria Moda Cálida

Por último, la isla de Gran Canaria sigue manteniendo un evento profesional especializado en baño. El Cabildo de la isla sigue apoyando este evento que se redimensionó en 2010, pasando de dos ediciones anuales a una. El evento, que sigue dedicado a los diseñadores y las empresas locales, continúa invitando a marcas extranjeras, con el propósito de consolidar un epicentro europeo para la moda del año. En 2014, el certamen se abrió también al niño con la celebración de una pasarela infantil, que arrancó con cuatro desfiles.

 

La pasarela forma parte además de un programa de acciones más amplio, que pilota el Gobierno local y que tiene como objetivo dinamizar la actividad industrial de la isla vinculada a la industria textil y, en concreto la del baño. Dentro de este programa se encuentran otras acciones de promoción y misiones comerciales, así como ayudas para la participación en ferias.

 

 

Madrid y Barcelona resisten

Mercedes-Benz Fashion Week Madrid mantiene su músculo. El certamen, que organiza Ifema, conserva su presupuesto de tres millones de euros por edición, el 65% de los cuales cubren los patrocinadores privados. El 30% del coste del evento corre a cargo de la institución ferial. El patrocinio del gigante de la automoción ha dado oxígeno a su organización.

 

Sin embargo, el certamen desde 2010 impone una cuota de 4.000 euros a los diseñadores para desfilar.

 

En Barcelona, la Generalitat de Catalunya trata de mantener el presupuesto de 1,1 millones de euros por edición de las últimas convocatorias, la mitad del que tenía en sus inicios. El certamen también ha transformado su concepto y, aunque sigue apostando por diseñadores independientes, ha sumado sin reparos a gigantes de la distribución, como Mango y Desigual.