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Igualada y las claves de la relocalización: más rapidez, mayores volúmenes y menos márgenes

S. Riera

22 feb 2016 - 04:50

Igualada (Barcelona) retoma el hilo de la producción, pero con unas nuevas reglas de juego. Esta semana, la localidad catalana celebrará la segunda edición de Bstim, una feria especializada en el aprovisionamiento local que reivindica y pone en valor la fabricación textil que permanece en la región diez años después de los efectos de la deslocalización. Más de setenta empresas participan en este evento que tiene como fin atraer las producciones de marcas y grupos de retail que exigen rapidez y proximidad.

 

Las instalaciones del antiguo matadero de Igualada volverán a ser escenario de la nueva industria del textil en Cataluña, uno de los polos históricos del sector en España. El año pasado, en la primera edición del evento, acudieron a él un millar de visitantes, entre los cuales responsables de compras de Inditex, Mango, Desigual o El Corte Inglés, entre otros.

 

El año pasado, en la primera edición del evento, acudieron a él un millar de visitantes, entre los cuales responsables de compras de Inditex, Mango, Desigual o El Corte Inglés, entre otros.

 

“Hemos vuelto a trabajar, pero no de la misma manera que hace diez años”, apunta el presidente de la agrupación textil Fagepi, Joan Gabarró, propietario de la empresa Gavi Punt. Gabarró asegura que después de dos décadas de deslocalización y de reestructuración de la industria textil en la zona, las empresas que han permanecido son complemente diferentes.

 

“Nos hemos reconvertido en empresas pequeñas y medianas que realizamos prenda acabada, realizamos muestrarios personalizados para marcas de gama media, desarrollándose el producto adecuado para sus tiendas”, explica el empresario. “Nuestras principales bazas son diseño y velocidad”, apunta. Aun así, y a pesar de la transformación de su tejido productivo, Igualada es consciente que compite de manera directa con el resto de polos productivos globales, como China o Bangladesh: “trabajamos para empresas que se aprovisionan en otros países del mundo”, recuerda Gabarró. No obstante, la industria local es capaz de producir una colección en un mes.

 

Los empresarios de la zona tienen muy interiorizado que las marcas y los grupos de distribución no acuden a ellos por razones sentimentales, el made in o porque realicen mejor las cosas, sino porque les es rentable. “Sobre todo los grupos de distribución tienen muy claro cuáles son los márgenes que quieren y no están dispuestos a ceder, tú tienes que adaptarte o no les interesa”, asegura un empresario de la ciudad que trabaja para empresas como Inditex o El Corte Inglés.

 

La industria local intenta aprovechar dos factores: volúmenes pequeños y el encarecimiento de la producción en China. “Es muy difícil que un fabricante chino acepte volúmenes de 2.000 o 3.000 prendas, con los que aquí estamos comodísimos”, señala Gabarró. Por otro lado, el empresario asegura también que la producción en China, por ejemplo, se ha encarecido entre un 30% y  un 40% respecto a años atrás por el cambio de divisa entre euro y yuan, además de la subida salarial en China y el incremento de otros costes productivos.

 

La industria local intenta aprovechar dos factores: volúmenes pequeños y el encarecimiento de la producción en China

 

La reconversión ha obligado también a un cambio de la cultura empresarial del sector. Se ha pasado de pedidos a quince euros por prenda a tratar de no superar los diez euros. “Mis padres no comprenden cómo llevamos el negocio ahora, el estrés y las exigencias: trabajamos el triple que antes y ganamos la mitad”, señala otro empresario igualadino. “Nos hemos convertido en una empresa española con mentalidad china”, añade. Este mismo emprendedor explica que para seguir vivo en la producción textil en España es necesario cambiar de mentalidad porque los esquemas de antes no sirven: “No todo el mundo está dispuesto a adaptarse al sistema de ajustar precios, trabajar volumen y hacerlo muy rápido”.

 

 

Relocalización a paso lento

El presidente de Fagepi, igual que otros empresarios de la ciudad, habla de la relocalización con la boca pequeña. Gabarró asegura que toda la producción que pudo tener Igualada décadas atrás nunca regresará, pero al menos el sector puede afirmar que han vuelto al terreno de juego de la producción textil y que éste se encuentra en mejores condiciones que cinco años atrás para intentar remontar. “No estamos frente a un boom, pero sí podemos afirmar que hemos parado la sangría”, añade.

 

Por el momento, los primeros síntomas de esta tendencia los han percibido las empresas que sobrevivieron a los años de deslocalización y reconversión, y desde el mismo sector, consideran que es aún prematuro ver inversión y nuevas fábricas. “Para invertir en este sector tienes que estar muy involucrado en él y haberlo vivido, porque no es nada fácil montar una fábrica”, subraya Gabarró

 

Otros empresarios consultados por Modaes.es tienen una visión muy escéptica sobre el retorno de la producción en Igualada. “De las decisiones de compra que puedan realizar las marcas y empresas de distribución españolas, sólo un 1% van a Igualada”, asegura uno de ellos. “La gente que sigue trabajando aquí es porque tiene una estructura pequeña, la fábrica pagada, la maquinaria amortizada y el propietario es el mismo que ajusta los tornillos”, señala y añade que los márgenes con los que se está trabajando son muy pequeños.