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Fimi crece en internacionalización mientras vuelve a estudiar un cambio de ubicación

Silvia Riera

20 ene 2015 - 04:45

 

Fimi vuelve a firmar una buena edición. La feria española de moda infantil, que concluyó ayer su edición número ochenta, volvió a registrar una gran afluencia de público asistente, sobre todo en las dos primeras jornadas. Expositores y organización observaron un incremento de compradores internacionales respecto a ediciones anteriores. Sin embargo, hubo participantes que se quejaron de la ubicación, sobre todo los del área See Me, que se concentraron en un pabellón adjunto.

 

Por otro lado, ayer a última hora, el comité organizador de Fimi puso a revisión su nuevo modelo ferial. Después de tres ediciones en Madrid, la organización del certamen se reunió horas antes de finalizar su última convocatoria para debatir si Fimi continúa en la capital del país y, en caso de ser así, si permanece en el recinto Madrid Arena.

 

El equipo organizador pone de nuevo sobre la mesa la continuidad del proyecto con el que abandonó Valencia y que consistía en dotar a Fimi de un carácter itinerante. "La premisa de Fimi continúa siendo la de ir allí donde haya negocio para nuestras empresas y así lo continuaremos haciendo", ha explicado la directora general del salón, Alicia Gimeno. La directiva asegura que en Madrid han logrado remontar la feria y que están logrando consolidar el certamen.

 

Uno de los motivos en los que se apoya Gimeno para defender la continuidad del certamen en Madrid es en el incremento de expositores y visitantes extranjeros que está experimentando Fimi. En cuanto a las empresas participantes, en esta edición la feria ha contado con la presencia de tres de los grandes grupos internacionales de moda infantil: el danés Bestseller, presente con su marca Name it, la portuguesa Zippy y los gigantes franceses Groupe Zannier CWF. Portugal ha participado en el certamen con 17 marcas, entre las que se encuentran LaranjinhaDr. Kid o Lion of Porches, que está impulsando su recién estrenada línea infantil.

 

También han estado presentes en el último Fimi firmas francesas de gama media alta, como Petit Bateau, o nuevos proyectos empresariales, como la griega Lamajama, de prendas disfraz, que trata de abrirse camino en el segmento infantil a través de otros canales de distribución, como jugueterías, tiendas de regalo o establecimientos de ocio para niños.

 

Entre los expositores internacionales, la valoración de su paso por Fimi fue desigual. Sea por la ubicación o por el posicionamiento de la marca, hubo participantes que alabaron la última edición del certamen con el mismo empeño que los que consideraron que no estuvo a la altura de las expectativas. "El mercado español todavía está muy difícil, la reactivación del consumo todavía no se percibe en el multimarca y el precio continúa siendo determinante", aseguraron desde Groupe Zannier.

 

Desde el extremo contrario, un directivo de Lion of Porches aseguró que el certamen había sido incluso mejor que el de la anterior edición de julio. "Nuestra propuesta está teniendo muy buena acogida, la gente valora una calidad a la altura de Gant o Tommy Hilfiger, pero a un precio más competitivo", señaló.

 

En cuanto a los expositores españoles, Fimi ha vuelto a despertar el interés de grandes grupos del sector en el país, como MayoralLosan o Desigual, entre otras. Otras empresas que lideran el sector en España, como Tutto PiccoloFoque o Barcarola , continúan apostando por el certamen. En esta última edición, también debuto La Ormiga, una empresa sevillana con tan solo dos años de trayectoria que cubre ya el mercado español a través de 26 establecimientos monomarca.

 

 

Los participantes españoles valoraron una mayor presencia de compradores internacionales, sobre todo italianos y de Oriente Medio. "Hemos notado un fuerte incremento de compradores extranjeros y de nuevos mercados para la moda infantil española, como Estados Unidos, Corea del Sur, Kazajistán, China, Bulgaria o Hungría, entre otros", señaló la directora del evento. A falta todavía de datos exactos sobre la afluencia de visitantes al certamen, la directiva considera que en esta edición se ha reforzado la vertiente internacional de la feria.

 

Por otro lado, una de las quejas más habituales de esta edición fue la ubicación. A pesar de la buena afluencia de público durante las dos primeras jornadas del evento, sábado y domingo, la distribución de la oferta en tres niveles de difícil acceso entre sí provocó que hubiera áreas muy concurridas en detrimento de otras.

 

Donde más críticas hubo en este sentido fue en el espacio See Me, de firmas de reciente creación. A diferencia de las dos anteriores ediciones, la organización trasladó esta zona a un pabellón adjunto dentro del recinto Madrid Arena, fuera del paso natural del tráfico de público. "Nuestros clientes, con los que ya habíamos contactado, nos han encontrado, pero nos ha sido difícil contactar con nadie más porque son muy pocos los que llegan hasta aquí", aseguraron las propietarias de Macali.

 

En paralelo a la oferta comercial, Fimi volvió a organizar la pasarela de moda infantil. En esta ocasión, el evento contó con tres desfiles, dos dedicados a las marcas presentes en feria y un tercero de jóvenes diseñadores de moda infantil. En esta edición, la feria decidió organizar dos desfiles de marcas en vez de uno para poder dar cabida a la participación de un total de 22 enseñas, una cifra insólita en la trayectoria del certamen.