Comparaciones odiosas
9 nov 2014
Una de las ventajas del trabajo de periodista es la gente que conoces. Aunque no es cada día ni cada semana, a veces te encuentras con empresarios que te sorprenden. Está feo decirlo (más que nada porque no lo he dicho otras veces), pero con el consejero delegado de Liu Jo me ha sucedido precisamente eso. Se llama Marco Marchi.
La biografía que me enviaron desde su agencia de comunicación para preparar la entrevista que publicamos la semana pasada tenía sólo cuatro párrafos, y no muy largos. En el primero aparecía la palabra fábrica y en el segundo la expresión Acuerdo Multifibras.
Silvia Riera y yo bromeamos frecuentemente en la oficina que sólo freaks de la moda conocen lo que es el Acuerdo Multifibras, pese a lo trascendental de este asunto. Lo resumo como lo explico en clase a los alumnos de cursos de diseño o de retail. En 1974 la Organización Mundial del Comercio (OMC) acordó que en treinta años se suprimirían los cupos de importaciones al textil. Países como España se frotaron las manos, pensando que podrían vender sin límite las prendas producidas en el país. Pero España y otros países no contaban con que, en 2001, China entraría en la OMC. ¿Resultado? En 2005 se cumplieron los treinta años y China se comió el mundo y, de paso, desestabilizó la industria mundial de la moda.
Que una persona como Marco Marchi, vendedor de imagen y de marca como buen italiano y como buen empresario de moda, haya querido introducir el Acuerdo Multifibras en su perfil dice mucho de él. También dice mucho de él y de su manera de entender la moda el hecho de que reconozca que Italia ha perdido fuerza en la industria y sea ahora España la que marca la pauta mundial (al menos en parte).
En España tomamos frecuentemente a Italia como modelo en muchos sectores, pero en la moda sobre todo. Desde España se envidia esa conexión entre industria y diseño que está en la base misma del modelo italiano de empresas de moda (momento promocional: si no habéis leído el libro La Gestión de Empresas de Moda de Stefania Saviolo, hacedlo). Pero, según Marchi, esa conexión se ha roto y España ya no tiene nada que envidiar a Italia, sino más bien al revés.
Pero esta semana he tenido una de cal y otra de arena. Al discurso de Marchi se ha contrapuesto los comentarios escuchados en una mesa de debate en la que me tocó participar, con empresarios, directivos y diseñadores, todos españoles. Que si el consumidor sólo busca precio, que no reconoce a los diseñadores “de aquí”, que no sabe apreciar la calidad… Y, como siempre, Zara y el resto de cadenas de gran distribución, demonizadas.
¿Por qué un italiano sabe reconocer lo fuerte que es España en moda y los de aquí no somos capaces de verlo y sacar pecho? Sé que es una queja que repetimos mucho en Modaes, pero es que seguimos sin ver un cambio en este sentido.
Sinceramente, no me extraña que los italianos sean capaces de vender prosciutto como si fuera el mejor jamón del mundo, ni que nos compren el aceite a los españoles y después lo vendan con etiqueta italiana. Al paso que vamos, harán suyo el fast fashion y en España diremos que vaya idea más buena han tenido.
Pilar Riaño
Pilar Riaño es la directora de Modaes.es. Periodista, especializada en economía y moda, cuenta con una larga trayectoria en publicaciones económicas de ámbito nacional. MBA por Isem Fashion Business School-Universidad de Navarra, forma parte del cuerpo docente de IDEC-Universidad Pompeu Fabra y la Universidad Villanueva de Madrid. A lo largo de su trayectoria profesional ha recibido varios galardones: en 2009 recibió el Premio de Periodismo Textil Pedro Morillo y en 2014 fue reconocida con el Premio Nacional de la Moda en la primera edición de los premios impulsados por el Ministerio de Industria.
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