12 abr 2011
Como cualquier otro sector, independientemente de la coyuntura económica, nos encontramos con circunstancias empresariales que debemos comunicar a nuestros públicos, y no son tan agradables como hablar de nuestros logros.
Crisis pueden surgir de diversos modos y hay que canalizar su comunicación de manera que nos perjudique lo menos posible e incluso que salga nuestra imagen reforzada.
Cualquier rumor o desastre nos deja en una situación comprometida que hay que canalizar. Los estudios estadísticos nos confirman que pocas empresas están preparadas para superar una crisis pese a que el 95% de ellas ,la sufrirá en cualquier momento.
En la moda sabemos que una noticia desafortunada en los medios de comunicación se va a trasladar a la cuenta de resultados, negativamente.
Por lo que más vale prevenir que curar. Invertir en preparar un manual de crisis y formar un portavoz nos ahorrará, a la larga, impactos perjudiciales tanto de resultados como de imagen.
Preparando una buena estrategia de comunicación solventamos posibles descontroles, no vamos a evitar lo que pueda pasar, pero cauterizaremos el problema de la mejor manera posible.
No hay lugar a la improvisación en la gestión de la comunicación en crisis, porque no existen “toques mágicos”. Todo parte de una buena coordinación y planificación.
Sigo diciendo que esta formula es tan válida para pymes como para las grandes corporaciones. Todas tenemos que superar las malas situaciones .
La preparación de un manual de crisis, actualizar periódicamente el mensaje de nuestra compañía, formar portavoces adecuados van a ser unas medidas básicas a tomar.
“Coger el toro por los cuernos” es la mejor manera de afrontar los problemas personales y empresariales. Y ante todo, que seamos honestos en esa comunicación. No podemos mentir por las consecuencias que nos va a traer.
Practicando sobre supuestos nuestra empresa, estará más preparada para actuar inmediatamente, de forma segura, adaptándose al nuevo entorno.
Si necesitamos ayuda externa especializada, haremos uso de ella porque nos ahorrará tiempo y dinero. La diferencia entre salvar un negocio o no , es dejar en manos de profesionales cualificados tales circunstancias.
Hay que minimizar el impacto en nuestro negocio porque las crisis no desaparecen solas, y sus consecuencias,menos.
Además estas son las circunstancias que ,hasta que no pasan, muchas organizaciones hacen caso omiso.
Casos como los de Benetton, Liz Clairborne, Dior, Gap, Nike, Gucci, se han sorteado con mayor o menor fortuna. Sólo puedo decir que aquellas que han planificado e invertido en gestionar correctamente su comunicación en una situación crítica han salido hasta reforzadas de la crisis.
No me ciño a las crisis económicas, hay un amplio espectro de situaciones que nos pueden comprometer: despidos, noticias escandalosas, problemas o desastres naturales o industriales, declaraciones comprometidas de ejecutivos de la empresa, acciones publicitarias engañosas..
Me gustaría que todos hiciéramos un ejercicio de reflexión sobre casos de nuestro sector que nos han llamado la atención, y que elaboremos un feedback con conclusiones sobre lo que creemos que se ha hecho bien, qué se ha hecho mal y cómo se podría haber evitado.
No existen formulas standard pero si elaboramos un manual sobre todas las posibles crisis a las que nos podemos estar afectados, preveremos un entorno y unas respuestas para atajar el problema.
Y como os podéis dar cuenta, no es cuestión de músculo financiero es sólo de planificación. Todos conocemos empresas que facturan cifras fabulosas pero que no han preparado su comunicación para estas circunstancias.
Invertir en publicidad y acciones promocionales aquí no nos va a salvar de nada.
Nacho Espada
Nacho Espada es consultor en comunicación, RRPP y márketing estratégico ,socio de "Tendence & Law", despacho de consultoría jurídica y de comunicación estratégica para los sectores de la Moda y Lujo.
Mar Rodríguez es abogada en Rubio,Rodríguez y Marín SLP y consultora jurídica en "Tendence & Law".
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