Opinión

Mascarillas, para qué os quiero

Pepa Bueno

29 abr 2020

Mascarillas, para qué os quiero

Talleres de Fely Campo, Dolores Cortés y Apram 

 

Nunca pensé que gran parte de mi jornada laboral iba a estar dedicada a hacer un curso rápido e intenso de mascarillas, pero así es la vida. Como dice el refrán, donde menos se piensa, salta la liebre. Y esta liebre nos ha cogido por sorpresa…

 

Según me han transmitido desde el ministerio de Industria, en España vamos a necesitar 120 millones de mascarillas semanales, y en el momento en el que me lo dijeron, hace unas dos semanas (el tiempo ya se me confunde y empasta, ¿no les pasa lo mismo?), en España sólo se producían 10 millones. Quizás ahora se produzcan algunas más, pero no muchísimas más.

 

Durante estas semanas de encierro hemos visto cómo numerosas empresas de moda, desde la más grandes a las más pequeñas, y tanto dentro como fuera de España, han puesto todos sus recursos en la fabricación de este elemento, que ahora se ha demostrado indispensable, y de otros como batas, gorros o calzas para el personal sanitario. En realidad, hay que recalcar que esto es muy fácil de decir, y mucho más difícil de hacer: “yo hacía bolsos o camisas o bañadores y ahora me pongo, y en un día, hago mascarillas”. Pues no.

 

Primero hay que conseguir los textiles y gomas de sujeción adecuados -por cierto, hace años que se dejaron de fabricar en España porque sale más barato traer los elásticos desde China-; obtener las certificaciones y homologaciones pertinentes y el marcado CE reglamentario; localizar a los intermediarios que las vendan o encontrar tú mismo los canales de distribución, que no son los habituales, etc. etc. A quien esto lo parezca fácil y rápido, que venga a mi casa a explicármelo cuando acabe el confinamiento.

 

 

 

 

Tampoco es lo mismo ni tiene los mismos requerimientos legales fabricar Equipos de Protección Individual (EPI) o Productos Sanitarios (PS) que hacer mascarillas higiénicas, que son las que debe llevar la población -sana- cuando sale de casa. Para confeccionar material sanitario, el taller donde se realiza ha de cumplir con unos requisitos muy específicos y debe pasar una serie de inspecciones por parte de las autoridades sanitarias, con lo cual, de un día para otro, uno no se puede poner a hacer mascarillas como si tal cosa.

 

Por otro lado, las mascarillas homologadas deben llevar varias capas de un tejido concreto, famoso entre los que habitan conmigo porque lo he introducido en la mayor parte de mis conversaciones, el Tejido No Tejido, conocido por sus siglas TNT, y realizarse en unas determinadas condiciones de asepsia, más restrictivas, lógicamente, en el caso de las que tienen clasificación de EPI o PS (las mascarillas quirúrgicas, por ejemplo, son PS).

 

El caso es que, en España, y hasta ahora, había muy pocas empresas que fabricaran este material, entre otras cosas, porque era más económico importarlo de China. De hecho, ya las hay que están experimentando con otro tipo de textiles, como es el caso de Rutex, que ha aplicado un tratamiento a un algodón orgánico para hacer mascarillas que se puedan utilizar 5 veces sin que pierdan sus propiedades protectoras y filtrantes.

 

 

 

 

Con todo esto, lo que quiero recalcar es que, si ustedes oyen o leen que hay empresas españolas de moda que se han puesto a hacer cualquier tipo de mascarillas o vestimenta protectora para hospitales, sepan apreciar el grado de esfuerzo y dificultad que les ha conllevado, y todo ello, a cambio de casi nada, porque o bien se ha traducido directamente en donaciones, o el retorno económico es escaso.

 

En realidad, lo que les ha permitido, y en concreto a las firmas de moda de autor, es mantener cierta actividad y cierta cantidad de liquidez para sacar a sus empleados del ERTE… Las condiciones laborales en España no son las de los países asiáticos, y si el precio de venta al público de una mascarilla quirúrgica se ha fijado en un máximo de 0,96 € (IVA incluido), hagan ustedes las cuentas.

 

Hay otro punto que me gustaría poner encima de la mesa, y es el tema medioambiental. Antes comentaba que en España vamos a necesitar 120 millones de mascarillas a la semana, mascarillas que en su inmensísima mayoría son de un solo uso (lo de las toallitas húmedas va a ser un chiste en comparación con esto). El tema del reciclaje de estos complementos, que se van a convertir en omnipresentes en nuestras vidas, es otra cuestión que tenemos que pensar e intentar solucionar, y hacerlo antes de que nos muramos ahogados por ellos…

 

Yo no tengo una bola de cristal y no creo en los que hablan como si la tuviesen, pero ¿aprenderemos algo de esta crisis sanitaria y global? Deberíamos darnos cuenta de que el sector textil es estratégico, y de que tener un país sin industria textil no sólo es peligroso para la economía, lo es, sobre todo, para la salud; deberíamos aprender que lo barato no sólo sale caro sino que también es mortal -piensen en los cargamentos de material defectuoso que ha puesto en riesgo vidas-; y deberíamos ser conscientes de la urgente necesidad de intervención de las autoridades para garantizar la producción nacional de estos materiales, lo que a su vez supondría la supervivencia de los talleres textiles y la consecuente creación de empleo.

 

 

 

Nota al pie: Desde aquí quiero enviar mi agradecimiento y el de la Asociación Creadores de Moda de España a todas las personas y empresas que han colaborado en la donación a IFEMA, Caritas, Residencia de Mayores Ballesol y a la ONG World Central Kitchen, de 70.000 mascarillas higiénicas realizadas con tejido homologado y esterilizadas:

Sontara Asturias; ASINTEC; IONISOS; Reynasa Recambios; Familia Cascales & Llorente; APRAMP; CSDMM; Devota&Lomba; Confecciones Hortensia; Dolores Cortés; Fely Campo; INuñez; IES Leonardo Da Vinci; Juana Martín; Al Dedal; Magrit; Maya Hansen; Mercedes-Benz España Prensa; Miguel Marinero; Taller Ágape; Taller Antonio Fernandini; The Extreme Collection; Ulises Mérida.

Pepa Bueno

Pepa Bueno

Pepa Bueno es historiadora del Arte, especializada en historia del diseño, y ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la prensa femenina y de moda. Tras pasar por medios como Woman, Elle y Vogue Novias, entre otros, formó parte del equipo de lanzamiento de Yo Dona (Unidad Editorial), donde ocupó el cargo de subdirectora. Desde su llegada a ACME en 2013 ha potenciado la entrada de nuevos socios y liderado numerosas acciones dentro y fuera de España para promocionar y dar a conocer el valor cultural y económico del diseño de moda de nuestro país. Ha comisariado exposiciones de moda, como las tres ediciones de Made in Spain: La mode au delà des frontières, en la residencia del embajador de España en París, e impartido clases y conferencias en diversas instituciones, tales como IED Madrid, Universitat Pompeu Fabra o Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Ha recibido el premio ADYMO 2017 a la Comunicación de Moda, es miembro del Comité de Moda de la MBFWM y forma parte de la Mesa de la Moda, constituida por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y en la que están representados los principales miembros del sector.