Look

Moleskine, el cuaderno de los pensadores

24 ene 2011 - 00:00

C.Pareja.- Cuenta la leyenda que Vincent Van Gogh, Pablo Picasso, Ernest Hemingway o Bruce Chatwin no se separaban de él. Sus esquinas redondeadas, sus tapas duras de color negro, sus hojas, suaves y en color crudo, y su goma, para asegurar el cierre, era objeto de deseo de los artistas de la época. Moleskine era y es el cuaderno de los más sibaritas.

Todo empezó en París, la cuna de los artistas, dónde una pequeña encuadernadora abastecía a las papelerías de toda la ciudad con estos peculiares cuadernos. Compañeros de viaje, perfectos para anotar pequeñas frases o simplemente para dibujar un boceto.

 

Chatwin, escritor de Los trazos de una canción, la bautizó como Moleskine y le dedicó unas páginas en algunos de sus libros. En 1986, el productor de estas libretas, la familia Tours, cerró el negocio. “Le vrai moleskines n´est plus”, con estas palabras, la familia Tours se despedía de todos los vanguardistas que en su día eligieron Moleskine para sus anotaciones.

 

No fue hasta 1997 cuando una pequeña editorial milanesa decidió volver a fabricar estas libretas y resucitar una extraordinaria tradición. Moleskine, que presume de realizar sus cuadernos uno a uno y a mano, es hoy en día sinónimo de creatividad, imaginación e identidad personal. Una práctica analógica que a los más nostálgicos sigue encantando.