Look

‘Louis Vuitton en París’ hace las maletas

28 feb 2011 - 00:00

Mario Core.- La exposición Louis Vuitton en París se ha despedido del museo Carnavalet de París con un balance de 61.075 visitantes, según ha informado hoy la organización.

 

La prestigiosa marca francesa de lujo ha expuesto durante cuatro meses más dos centenares de modelos históricos de maletas y baúles de viaje, testigos de un siglo y medio de desarrollo empresarial.

 

La colección ha presentado así por primera vez al gran público el savoir-faire de la saga de los Vuitton, desde algunos ejemplares de mediados del siglo XIX hasta los diseños pop de Takashi Murakami o Richard Prince.

En la muestra, que ha incluido pinturas, planos, dibujos y fotos antiguas, se han podido ver las primeras pruebas del célebre estampado Monogram patentado en 1896 y que alterna cuatro motivos, entre ellos las iniciales de la casa y una flor de cuatro pétalos inspirada en los balcones del palacio ducal de Venecia.

 

La tela, con un diseño más complejo que sus predecesoras, fue ideada por el hijo del fundador de la empresa, Georges Vuitton, para evitar los plagios, tal y como había sucedido con las anteriores telas Trianon y Damier.

 

La trayectoria de la firma, contada a través de la evolución de los diseños de las maletas, atestigua de las numerosas colaboraciones artísticas puestas en práctica durante el último siglo. El diseñador Philip Starck, el pintor Arman, la modisto británica Vivienne Westwood, el diseñador español Manolo Blahnik, la interiorista Andrée Putman o la costurera de origen tunecino Azzedine Alaïa son algunos de los artistas que han firmado interpretaciones de las famosas maletas de Vuitton.

 

En 2009, la marca francesa propiedad del grupo LVMH encargó el diseño de dos grandes baúles al polémico artista británico Damián Hirst, que imprimió sus símbolos fetiche: mariposas, calaveras, y los colores negro y azul.

 

Historia

La historia de la enseña gala es un viaje de 174 años. La epopeya comenzó en 1837 con la llegada a París del fundador, después de recorrer a pie más de 400 kilómetros desde su población natal, en el este de Francia.

 

Con 16 años, el joven Vuitton ingresó como aprendiz en varias casas de fabricación de maletas hasta acabar contratado al servicio de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III.

 

En 1854, Vuitton fundó su primera tienda en el número 4 de la calle Neuve-des-Capuchines de París, y cinco año más tarde el taller de Asnières-sur-Seine, donde todavía hoy en día dos centenares de artesanos elaboran año 450 baúles personalizados.

 

Entre medio ha hecho falta el trabajo de tres generaciones clave: el fundador Louis; su hijo Georges, que internacionalizó la empresa y apostó por la publicidad; y los hermanos Pierre, Jean y Gaston-Louis, que supieron aprovechar la revolución de los transportes entre finales del siglo XIX y principios del XX.

 

La hija de Gaston-Louis, Odile Vuitton, fue la encargada de pilotar junto con su marido la compañía a partir de 1977, hasta su integración en el conglomerado francés Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), el primer grupo mundial de lujo dirigido por Bernard Arnauld.

 

LVMH, donde también se encuentran marcas como Christian Dior, Loewe o Marc Jacobs, registró en 2010 una cifra de negocio récord de 20.320 millones de euros, que le permitió obtener un beneficio de 3.032 millones, un 72,7% más que el año anterior.